La meta del feminismo es hacer del mundo un lugar más justo con las mujeres, teniendo en cuenta las diferencias con los hombres. La meta es cambiar las leyes del mundo para que haya sanciones fuertes al maltrato, al abuso o a la violación de las mujeres; es cambiar la justicia para que sea cada una quien defina qué hacer con un embarazo no deseado; es cambiar las leyes para que no haya diferencia de salario entre los hombres y las mujeres que hacen un mismo trabajo. No se entiende por qué las actrices de cine de Hollywood ganan 30% menos que los actores.
El feminismo bien entendido empieza aceptando la responsabilidad de los propios actos. Educarse completamente y competitivamente es la primera responsabilidad. Sin educación no se puede trabajar, no se está preparado para enfrentar las dificultades de la vida y, en consecuencia, no se puede pedir equidad y menos cambiar el mundo como lo deseamos. Sin educación se está por fuera del round.
Ser mamá y atender el hogar es trabajar, y trabajar duro, y cuenta como aporte económico; sin embargo, machismo es pensar que al hombre no le toca la crianza de los hijos; esta tarea debe ser compartida. Machismo es esperar a casarse para que un hombre sea el responsable de la manutención para siempre de todos en la familia. El verdadero feminismo empieza en la billetera. La libertad se gana con aportes, con plata, o con trabajo. Llevar un buen porcentaje de la carga económica en la relación, un porcentaje que se acerque o supere el 50% es la meta, pues en la mayoría de las relaciones el que pone la plata pone las condiciones.
Machismo es dejar que el hombre pague siempre la cuenta en el restaurante, machismo es dejar en manos del otro el manejo y la administración de los asuntos de la casa y de la vida. Feminista es quien administra o al menos conoce a la perfección el manejo de las platas, los impuestos, los pagos de los gastos de un hogar. Feminista es aquella que conoce y maneja la tecnología y no necesita ayuda para imprimir o escanear un archivo, es quien sabe cambiar la llanta pinchada del carro.
La verdadera feminista pasa menos tiempo en la peluquería, o ninguno, pues gasta menos tiempo en asuntos superfluos y más en asuntos serios. La verdadera feminista no pasa su vida mirándose al espejo o recorriendo los almacenes donde se exhibe la última moda. Feminismo es utilizar el tiempo en ser mejores, más capaces, más competentes. Feminismo es tomarse la vida en serio, trazarse metas claras y objetivos, y hacer todo por lograrlos.
Feminismo es conocer el propio cuerpo y no esperar que el otro lo haga por uno. Feminismo en el sexo es aprender sola o acompañada a gozar de este, es no dejar en manos del otro la responsabilidad del propio placer y bienestar. Es dejar de decir que un hombre se la gozó; si usted lo permitió, y no gozó, pues culpa suya. Los hombres casi siempre están dispuestos a dejarse entrenar para dar placer. No se trata de darles clase, sino de hacer insinuaciones sexis y efectivas. La frase “no hay mujeres frígidas sino malos calentadores” es superficial. Todas las personas son distintas y necesitan distinta clase de estímulos, pero cada uno tiene la responsabilidad de comunicarse y hacerse entender. Feminismo es respetar al otro y respetarse a sí misma.
