¿Quién no ha sentido dolor muscular dos o tres días después de haber hecho un fuerte ejercicio o después de haber bajado decenas de escalas o de haber corrido loma abajo? Este dolor, que además va acompañado de cansancio, pérdida de fuerza y de rango de movimientos del área afectada, puede durar tres o cuatro días y, a veces, hasta dos semanas. Se creía que era causado por el ácido láctico que se acumula en el músculo cuando se ejercita con exageración; pero no, hoy se sabe que el ácido láctico abandona el músculo mucho antes de que el dolor haya desaparecido.
El dolor es protección. Es bueno poner cuidado a las señales del cuerpo, solo así puede uno cuidarlo. El dolor es una manera de evitar que dañemos el músculo. No prestarle atención al dolor es desatender una señal clara de que el cuerpo necesita descanso para recuperarse.
En esas actividades en las que el músculo se tiene que alargar, cuando por el contrario las fibras deben contraerse, o cuando se ejercita por un tiempo prolongado o se esfuerza de una manera desacostumbrada, el músculo consume más oxígeno que en estado de reposo. Si estas actividades se prolongan o necesitan incrementarse, no solo aumenta el consumo de oxígeno, sino también el de glucosa, metabolizada en una sustancia que se llama piruvato. La glucosa (una forma de energía) entra en un ciclo metabólico y responde a la escasez de oxígeno convirtiéndose en lactato. El lactato hace más rápida la descomposición de la glucosa que da energía al músculo para continuar ejecutando el movimiento. Después de tres minutos de ejercicio extremo continuado, el lactato se empieza a acumular en las fibras musculosas hasta alcanzar niveles altos. El efecto secundario es la acidificación de las células musculares y la interrupción de la actividad de otros metabolitos. Los mecanismos para la ejecución de actividad se entorpecen y se siente ardor y cansancio, y estas sensaciones, en conjunto, inhiben el daño consiguiente que se obtendría de continuar con el ejercicio. Con la quietud, el lactato desaparece, así como lo hacen también otros metabolitos, por eso se considera que el dolor no se debe a la acumulación de lactato.
Todavía no se sabe la causa del dolor muscular que aparece varios días después de haber hecho el ejercicio. Quizás se debe a múltiples desgarramientos leves en el tejido muscular. Se sospecha, sin confirmar, que las células musculares se dañan realmente, y que además se produce una liberación elevada de metabolitos en los tejidos que rodean las células, cuya reacción común es la inflamación. Tomar antiinflamatorios y analgésicos puede mejorar la sensación de dolor, pero es peligroso pues hace que desatendamos el llamado a la quietud, única manera de dar tiempo a para que se reponga el daño celular. Hacer ejercicio con el musculo adolorido lo daña. Lo mejor es hacerle caso a la sabiduría del cuerpo y descansar. Si a uno le angustia no hacer ejercicio, los médicos aconsejan caminar suavemente hasta que el dolor desaparezca.
Ana Cristina Vélez
Estudié diseño industrial y realicé una maestría en Historia del Arte. Investigo y escribo sobre arte y diseño. El arte plástico me apasiona, algunos temas de la ciencia me cautivan. Soy aficionada a las revistas científicas y a los libros sobre sicología evolucionista.