Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

Ciencia y naturaleza. La física, la química, las matemáticas, la belleza y la inteligencia en los seres vivos.

Este título largo corresponde a un libro que mi papá, Antonio Vélez, y yo, Ana Cristina Vélez, escribimos y acabamos de publicar en Amazon, para kindle. Este libro es, se puede decir, un homenaje que hemos rendido a ese ser extraordinario que ha dedicado su vida a hacernos enamorar de la naturaleza: David Attenborough.

En el libro mostramos los mejores descubrimientos que los seres vivientes han llevado a cabo, millones de años antes de que los científicos los descubrieran, explicaran y pusieran en uso para los humanos; como es el caso de las leyes del movimiento, que los animales aprovecharon mucho antes de que Newton las explicara. Mostramos cómo los seres vivos han sacado partido de las leyes físicas y de todas las estrategias químicas y mecánicas que llevan a correr, acelerar, flotar, subir, saltar, nadar, viajar por los árboles o por el mar o por la nieve o por el desierto con máxima eficiencia. Mostramos cómo los órganos de los sentidos se anticiparon por millones de años a los científicos de este mundo civilizado en lograr percibir señales secretas del mundo y se pusieron a disposición de la necesidad particular de cada especie, que en unos casos debe entender los olores, en otros, los sonidos, o los ultrasonidos, o los infrasonidos, o los colores, o las ondas ultravioleta, o el infrarrojo, o los campos magnéticos, y en otros, servirles de brújulas, de GPS, o de trasmisores de electricidad, o de productores de luz, volviéndolos bioluminiscentes, etcétera. Muchísimo antes de Galeno y de todos los médicos y farmaceutas de este mundo, las plantas y los animales habían descubierto maneras de curar, y también lo contrario: de matar con sus venenos mortales.

Este un libro que se deleita con la magia de la vida, de las matemáticas que los seres vivos han descubierto para aumentar su eficacia biológica, de la química, que es la base de la vida en el planeta, pues cada célula es un laboratorio en miniatura; que intenta acercarse al misterio de la costosa y seductora belleza y de la inquietante inteligencia. En ocho capítulos ricos en ilustraciones contamos cómo se lleva a cabo el hecho de vivir y de reproducirse, esto es, cómo actúan los mandatos sagrados de natura, sin violar nunca las leyes de la evolución darwiniana. Los seres vivos son unidades biológicas aptas para vivir en el planeta Tierra, donde nacen, crecen, se alimentan, viven y se reproducen. Para ejercer estas funciones vitales deben poseer un diseño que respete las leyes del mundo: matemáticas, físicas, químicas y biológicas. Si se viola alguno de los mandatados de natura, el individuo deja incompleta su función evolutiva: vivir y dejar copias o descendientes, o deja muy pocas, hasta que desaparece.

Después de una larga investigación, exponemos los casos más bellos y sorprendentes que animales, plantas, protozoos, musgos y bacterias han logrado en algún campo. El mundo natural rebasa todo conocimiento, entre más se sabe más enorme y complejo se vuelve el panorama. La vida del hombre en el Planeta ocupa una fracción de tiempo despreciable en la historia total. La vida en el Planeta ha contado con megasiglos para evolucionar, para cambiar y para adaptarse, así que esta es una puerta que estamos abriendo, por la que entran los primeros rayos de luz útiles para su comprensión, y es apasionante lo que se ve allí y lo que se intuye que está por descubrirse.

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