CastroOpina

Publicado el

Volver después de una necesaria pausa.

Hace más o menos un mes cumplí dos años desde la vez en que tomé con seriedad la idea de escribir Blogs como este. Antes de eso había escrito un par de cosas más, textos con mi opinión sobre uno que otro tema, y me parecía fabuloso. Ese sentimiento fue el que me llevó a iniciar con la escritura de mis opiniones.

Las palabras tienen la bella cualidad de que al ser usadas de una manera y en un orden especial dan como resultado la mayor obra que la humanidad puede aspirar jamás: la comunicación.

Recuerdo cómo el decano de mi facultad en la época que fui universitario constantemente nos pedía intentar darle un mensaje al otro sin la posibilidad de hablarle, tocarlo o escribirle. El anterior ejercicio siempre terminaba en el mismo fin: era básicamente imposible. Y la conclusión es aún más fácil de entender: entre mejor sean usadas las palabras y los medios de comunicación, será entonces mejor ese máximo fin al que la humanidad debe aspirar.

A pesar de que en varias ocasiones fui centro de esa especie de juego impartido por mi decano no fue hasta hace un par de meses que me confronté y entendí lo necesario que es el buen uso de la palabra.

Me encontraba en esta ocasión en la primera clase de latín, con quien otrora habría sido mi profesor de debate. Una clase virtual en la que me sentí sistemáticamente ofuscado y frustrado ante el desconocimiento y el mal manejo que tenía -tengo- sobre nuestro idioma. Fueron dos horas de extremo sufrimiento. Una tortura larga, que se sintió eterna, y durante la cual solo rogaba porque llegara el final de la clase.

El malestar fue causado por algo que consideré que era un conocimiento que tenía apropiado y manejaba con suficiencia. Sin embargo, durante esa clase descubrí que no sé hacer una oración, tampoco identificar las partes de esta y ni hablar de cuando se empezó a hablar de párrafos.

Esa noche después de clase el encuentro de emociones era grande, se sentía como un gran choque de trenes dentro de mi cabeza. La incertidumbre dentro de mi ante ese golpe a la confianza me hizo pensar por horas, y como consecuencia mi tiempo de sueño fue el principal afectado.

Unos días después me llené de valor y le solicité al profesor una guía, y como era de esperarse me llevó de frente a las fuentes académicas. Es apenas obvio que cuando uno no sabe de algo lo mejor es preguntarle al que sabe o a un libro que escribió alguien que si sabe.

Para mí, que en muchos casos tome este medio como una forma de expresar algún sentimiento o alguna idea, es de gran frustración hacer una revisión detallada de los escritos publicados y encontrar tantos errores y tantas fallas, de carácter simple y otros muy graves. La decepción personal fue enorme.

Antes de continuar con este escrito, habiendo acusado mis errores, quiero ofrecer mi más sincera disculpa por esos errores.

Viendo con gran inconformidad mi propia obra decidí retirarme temporalmente de este oficio. Me costó mucho confrontarme a la realidad del mal uso que estaba haciendo de nuestro idioma. Y antes de seguir haciéndolo mal, creyendo que estaba bien, preferí hacer una muy necesaria pausa.

En estas semanas, después de horas de estudio he podido maravillarme con el significado de muchas palabras, pero, sobre todo me he confrontado hallando muchos errores tanto en mi escritura como en la forma en la que hablo.

Cuando uno acepta con humildad la ignorancia y entiende que el camino que se debe recorrer es aún muy largo, ve el mundo desde otra perspectiva. Y hoy veo el idioma desde otra perspectiva, por ende, veo mi hablar y mi forma de escribir de otra forma.

Mi profesor me dice que aún no debería escribir porque aún me falta mucho. Y aunque creo que tiene la razón en mi juicio la práctica es la que hace al maestro. Así que de la misma forma que hace dos años les daba la bienvenida a mi blog, hoy les doy una nueva bienvenida después de este parón.

En esta ocasión agradezco su tiempo para leer mis escritos y me excuso por las molestias propias ocasionadas porque escribir mis opiniones aún cuando a mi proceso de aprendizaje tanto camino le hace falta por recorrer.

Comentarios