Incluso el más concentrado ya debió haber perdido la cuenta de las veces que el mundo estuvo al borde de la Tercera Guerra Mundial. Sin embargo, los hechos que están ocurriendo en los últimos meses -quizá años- permitiría decir que nunca el mundo estuvo tan al límite de iniciar un conflicto de escala global. En…
Incluso el más concentrado ya debió haber perdido la cuenta de las veces que el mundo estuvo al borde de la Tercera Guerra Mundial. Sin embargo, los hechos que están ocurriendo en los últimos meses -quizá años- permitiría decir que nunca el mundo estuvo tan al límite de iniciar un conflicto de escala global.
En primera medida, esto es otra reconfirmación de cómo el sistema internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial ha fracasado. El esquema de Naciones Unidas cada vez se parece más al modelo de la Sociedad de Naciones, que poco o nada hizo en el periodo entreguerras hace un siglo. Adicionalmente, la lucha por los objetivos de desarrollo se ha convertido en un ideal supremo que parece inalcanzable debido a la desconexión de las decisiones políticas de cada uno de los países.
Asimismo, la ejecución de consejo supremo para evitar conflictos como lo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con representación desigual, con vetos de algunas superpotencias y con incapacidad de evitar o de frenar conflictos en cualquier rincón del planeta hace pensar que aquella nación que desee romper el frágil orden internacional podría hacerlo sin repercusiones y con una vía libre para la consecución de sus objetivos.
También es de gran reflexión que haya un gran policía global que determine quienes pueden y quienes no hacer algunas cosas. Estados Unidos se convirtió en ese supremo juez que permite quiénes pueden tener relaciones con algunos países, quienes pueden tener armas nucleares o quienes pueden tener intereses contrarios a los suyos.
Ahora bien, el hecho de que Israel y Estados Unidos estén en conflicto hace reflexionar sobre la línea de suministros para la defensa estratégica y los activos bélicos de Colombia. Con respecto a Israel, Colombia depende enormemente de su ala aérea y de armamento para la infantería del ejército. En tanto a Estados Unidos, dependemos en términos de inteligencia, Fuerza Aérea, armamento pesado del Ejército, armamento de la policía y parte de las armas de la Armada. Con la adición de que EEUU cuenta con la Ley de Control de Exportación de Armas (Arms Export Control Act, AECA, lo que le da opción al Congreso de derecho de revisar y, en ciertos casos, bloquear las exportaciones de armas a otros países.
Lo anterior pretende decir que a pesar de la existencia de la INDUMIL y de COTECMAR, aún Colombia depende en extremo de otros países para poder contar con su propio material bélico y de defensa, lo cual se convierte automáticamente en una confirmación para encontrar el camino que permita la autonomía en la producción de armas.
Esto se puede lograr con avances como el realizado por la Fuerza Aérea al elegir a la empresa SAAB para el reemplazo de los aviones supersónicos, que incluye la transferencia de conocimiento para el mantenimiento dentro del territorio nacional y la posibilidad del desarrollo de armamento en el país. También es una buena ruta la contratación de las Plataformas Estratégicas de Superficie, reemplazo de las fragatas clase Almirante Padilla, a través de una empresa francesa que usaría los recursos de COTECMAR como una forma de fortalecer la industria nacional y de garantizar que Colombia pueda fortalecer la autonomía de defensa.
Sin embargo, no logra ser suficiente ese esfuerzo. Es pertinente que haya una alianza público-privada que permita crear una entidad que desarrolle armamento pesado para no depender de proveedores que pueden bloquear la venta de armas o que por su estado de conflictividad no garantice la línea de abastecimiento para el país.
Nota al pie de página: Esta propuesta debe ir muy alineada con una propuesta de desarme en Colombia. Se debe garantizar el monopolio de las armas en el país, no solo en el ámbito del conflicto armado sino dentro de los civiles. Se debe reducir la cantidad de armas blancas y armas de fuego que son portadas legal e ilegalmente para garantizar bienestar en la población y que las fuerzas armadas puedan cumplir a cabalidad su función.
@castroopina
Un bogotano tratando de entender este maravilloso y país.
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