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El bajo precio del petróleo debería preocuparle, y MUCHO!

Para arrancar esta columna quiero iniciar citando a Hernán Peláez, ex director del programa radial La Luciérnaga, cuando dijo: “Al ciudadano de a pie no le interesa ni el precio del dólar, ni del petróleo, ni del euro, ni las acciones de la bolsa. Pero, a la gente le gusta saber de eso porque los hace sentir importantes y que tienen el manejo del tema … ¿O es que usted no ha empezado una charla diciendo: “Oiga: ¿Cómo está de caro el dólar?”.

Así pues, vamos a hacer cuentas rápidas. El país utiliza los ingresos generados por la venta del crudo al mercado internacional para ayudar a financiar las actividades de sí mismo, tales como el funcionamiento, inversión pública, inversión en infraestructura y pago de la deuda. Para Colombia la venta de crudo representa el 12% de los ingresos corrientes.

Para mayor exactitud, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público planificó sus finanzas para el año 2020 estimando el dólar a $3.320 COP y el barril de petróleo de referencia Brent (Que es el produce Colombia) a $67USD, en un país que produciría 850.000 barriles de petróleo al día. Lo que indicaría una producción de 189.074 millones de pesos en petróleo cada día.

El 20 de abril de 2020 quedará en la historia como el peor día de la historia del crudo (hasta el momento), llevando al precio de la referencia del WTI a números negativos, y al que nos interesa como colombianos a mínimos preocupantes. El dólar hoy estuvo a 3.976 COP, es decir $650 pesos por encima de lo estimado; mientras el petróleo Brent a $25.88 USD por barril, es decir $41,12 USD por debajo de lo estimado; lamentablemente la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), que es la agencia encargada de contabilizar las reservas y explotación de petróleo mensual – entre otras responsabilidades – no tiene actualizada la cifra, pero se sabe que en el mes de Enero de este año la producción fueron 835.000 barriles de petróleo al día. Uniendo esas 3 cifras en un casi hipotético la producción diaria es de 85.921 millones de pesos en petróleo cada día.

La diferencia entre lo planteado por el Ministerio de Hacienda y la realidad diaria vendría siendo entonces del orden de los 103.153 millones de pesos al día, y si calculamos esto por unos 2 o 3 meses que es lo que debería durar la emergencia estamos hablando de un default de 9.2 billones de pesos (9.200.000.000.000) en las finanzas públicas.

A esos 9,2 billones de pesos hay que sumarle, también en números rojos, los 12 billones de pesos que el Estado ha dejado de percibir por razones de IVA y Renta, los dos impuestos que más ingresos le generan a la nación. En ese orden de ideas, el país atraviesa un déficit de un poco más de los 21 billones de pesos, y la situación empeora. El estado de emergencia utilizado por el Gobierno Nacional para afrontar la pandemia del Covid-19 le permitió al ejecutivo desfinanciar algunos programas, proyectos e inversión para financiar los subsidios y préstamos que están actualmente en ejecución, algo que a decir verdades interpretó y ejecutó muy bien. Pero el hueco de inversión del Estado debe estar rondando entre los 27 y 30 billones de pesos.

Cuando Carrasquilla, el ministro de hacienda de turno, salió a decir que una reforma tributaria era necesaria de seguro tenía esa cifra en mente. Y aunque Duque diga que “no es el momento de hablar de reformas tributarias”, la verdad es que la reforma tributaria es mucho más que obligatoria, es en realidad inminente y debería ser el primer proyecto de Ley que el Gobierno ponga en la agenda legislativa que recién empezó la semana pasada.

Los 27 billones de pesos que están “desaparecidos” representan aproximadamente el 4% del Producto Interno Bruto del país, es decir que el estado por los dos factores que he mencionado hasta el momento frenaría la economía nacional en el orden del 4% o mucho más, dependiendo de las repercusiones en los sectores que impactan indirectamente en la industria petrolera nacional.

Colombia no siempre dependió del petróleo como forma de ajustar sus ingresos. Pero, siempre ha dependido de productos con precios muy volátiles, lo que ha hecho que su economía sea muy frágil y dependiente a esa volatilidad. Otrora fue el café, el algodón o el tabaco.

Si bien ya sabemos que es una estrategia que no representa ningún tipo de beneficio al país, la ANH debe ponerse la mano en el corazón y aceptar que la idea de explotación a través de medios no convencionales es inviable financieramente puesto que se requiere el precio de barril al menos a 45 USD, para el caso específico de Colombia. Es decir, deberían estar evaluando dejar en un eterno “ya veremos” los pilotos de Fracking en el país.

En cambio, desde la Agencia de Renovación Rural y desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, con el apoyo e impulso del INVIMA, se debería estar pensando en la versión mejorada de lo que fue nuestra economía. Volver a la producción masiva en los campos, pero con valor agregado.

No sé en qué nefasto momento se fijaron más en un barril de petróleo que en un saco de café. Ahora, vendemos un petróleo que no es rentable y un café cualquiera. El reto para la economía en Colombia es reactivar los campos y hacer que cada uno de sus productos sean diversificados y comercializados, no solo dentro de Colombia sino a nivel internacional.

Por mucha literatura académica que haya sobre modelos productivos de cremas, aceites, mermeladas, artesanías y demás productos diversificados de los productos agrarios de nuestros campos, la realidad dista mucho. Hoy todos tenemos el reto de iniciar los procesos de diversificación de lo que podemos producir y que nos genere grandes ingresos y que no se dependa de la volatilidad de la bolsa.

 

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@CastroOpina

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