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El nuevo cáncer de las redes sociales

A lo largo de los últimos años se ha podido confirmar que la accesibilidad y asequibilidad a la información en cada rincón del mundo es cada vez más fácil. La intensificación y masificación del consumo de celulares, computadores, tabletas e Internet garantizaron que la información fuera más fácil de difundir a lo largo y ancho del planeta.

Durante muchos años se ha llegado a proponer que los elementos anteriormente mencionados se hicieran de carácter e interés social, ya que son herramientas fundamentales para la alfabetización y la expansión de una cultura interesada por el aprendizaje.

No obstante, dista mucho la expectativa de la accesibilidad a la información desde las herramientas tecnológicas y lo que se puede hacer con la misma. Diversos obstáculos han hecho que a hoy la masificación de la información no se vea representado en un avance significativo del conocimiento y generación del conocimiento en la humanidad.

Una falla vital en el proceso de expansión de la información es que jamás se preocupó nadie por enseñar a hacer un uso constructivo de la información. Con esto quiero decir que el método científico quedó relegado a un plano secundario, y se le dio prioridad a que las personas pudieran simplemente ver, ver y seguir viendo la información que se ha logrado recolectar a lo largo de la historia de la humanidad.

Las personas ahora tienen más información, pero no saben en absoluto qué hacer con ella. Para ejemplarizar esto, podríamos decir que las personas saben que al activar un interruptor se prenderá la luz, pero que ignoran los procesos relacionados a la generación de energía, los procesos de transporte y estabilización de la electricidad y algo tan básico como el funcionamiento de una bombilla casera, y las implicaciones que esta tiene como el manejo de los recursos finitos y el racionamiento de su uso.

La ignorancia sobre el cómo funcionan las cosas ha hecho que las personas hoy puedan tener más información en su mente, pero esto no representa que las personas tengan más opciones de actuar dentro de su abanico de opciones.

Es por eso por lo que la O.C.D.E. nos dijo: «La explosión informativa desencadenada por las TIC requiere nuevas habilidades de acceso, evaluación y organización de la información en entornos digitales. Al mismo tiempo, en aquellas sociedades donde el conocimiento tiene un papel central, no es suficiente con ser capaz de procesar y organizar la información, además es preciso modelarla y transformarla para crear nuevo conocimiento o para usarlo como fuente de nuevas ideas.»

No obstante, las cadenas de WhatsApp se convirtieron en el nuevo y más frecuente medio de difusión de información, y funciona con un constantemente flujo de información enviada a través de los vertiginosos grupos que esta red social tiene. Seguida por Facebook, que está alimentada por un sinfín de páginas, grupos y links viciados y llenos de falsedades. Y acompañado de Twitter y los miles de perfiles falsos manejados desde las muy conocidas “Bodegas”.

Las redes sociales están preocupadas por este fenómeno. Facebook, por ejemplo, tiene un detector de noticias falsas. Twitter hace lo suyo a través de sugerencias y notificaciones que permiten acceder a fuentes confiables de información. No obstante, no son suficientes esos esfuerzos.

La siguiente etapa dentro del consumo masivo de las redes sociales está en dejar de lado el cáncer de la información masiva y darle la bienvenida a la “quimioterapia” del método científico para verificar la realidad y veracidad de lo que a diario se puede encontrar en los medios digitales.

La invitación que quiero dejar con esta entrada es que cuando vea algo que le interese o le llame la atención cuando este entregado a sus redes sociales, se realice preguntas al respecto, casi que usted se parezca un niño preguntando el porqué de cada cosa, y que cuando tenga las respuestas a dichas preguntas se anime a identificar como cierto o falso lo que usted está viendo. Y una vez realizado ese ejercicio: ¿Cómo mejorar lo que acabo de ver en beneficio del mundo?

Agradezco profundamente su lectura. Si le ha gustado lo invito a que lo comparta en sus redes sociales para que juntos combatamos el exceso de información y la ausencia de conocimiento.

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