Cara o Sello

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A propósito de la Encuesta..

Imagen: Portada encuesta Colombia Opina Abril 2015. Link Aquí: http://static.iris.net.co/semana/upload/documents/Documento_426328_20150502.pdf
Imagen: Portada encuesta Colombia Opina Abril 2015. Link Aquí: http://static.iris.net.co/semana/upload/documents/Documento_426328_20150502.pdf

 

Por Julio Morales Daza

Quise esperar un poco para hablar de lo que, en mi opinión, hace unos días fue la noticia del semestre: aquella encuesta en la cual el Gobierno cae estrepitosamente en todos los temas. Tuve que leer muchas columnas de opinión y hablar con varios amigos para empezar a hacerme una idea de lo que iba a escribir en estas líneas.

La verdad –la mía, por supuesto–  es que el país no va tan mal como lo pintan en estos sondeos de opinión. Creo que Colombia está en un bueno momento que, sin embargo, no está siendo aprovechado por el Presidente de la República; al menos no de la manera correcta.

Aunque esto pueda sonarle extraño a las personas que me conocen puesto que, usualmente, no defiendo al presente Gobierno, debo decir que es momento de matizar: nuestra administración actual ha fracasado –o por lo menos está en vías de hacerlo– con lo que han sido las banderas que ruidosamente se dedicó a defender. Ni los diálogos de Paz van bien, ni la seguridad del país parece estar en buenas manos y a eso agréguenle los múltiples escándalos que se producen casi a diario en la opinión pública por cuenta del accionar descuidado de los principales miembros del mismo.

Sin embargo, y seguramente para sorpresa de mi círculo cercano, no me siento entre ese 23% que cree que nuestro país va por mal camino. No me gusta en manos de quién está nuestra administración pero eso no es suficiente para mandarlo todo al abismo. Colombia va bien en el ámbito económico, o por lo menos eso es lo que entiendo, puesto que se ha hecho un buen trabajo para incentivar la inversión extranjera (a través de ProColombia, por ejemplo); la creación de trabajos que han ayudado al crecimiento de la clase media; y la integración regional con países que también gozan de un buen momento (La Alianza del Pacífico); y la relocalización en territorio nacional de empresas transnacionales. Además, en términos de relaciones internacionales, aunque tengo algunos reparos, en general estamos bien.

Ahora, al punto, la favorabilidad del Presidente Santos cae hasta el 29% porque es un hombre tibio, que parece estar en la mitad entre la derecha y la izquierda pero no en el sentido de estar en el centro, sino en el sentido de no tener claro hacía que lado inclinarse. Es una persona que necesita tener mucho más carácter porque no es el presidente de Noruega, ni de San Marino; es el Presidente de Colombia con todo lo que eso implica. Su discurso se contradice con su accionar: dice no tolerar los actos del terrorismo pero demuestra una increíble pasividad ante cada atentado o cada show mediático que montan los grupos insurgentes. Pareciera tener el poder de la llamada Unidad Nacional, pero lo cierto es que ahí cada quién hace lo que quiere y la muestra más clara es lo que está pasando con las candidaturas a la Alcaldía de Bogotá, nada más y nada menos que el segundo cargo público más importante de Colombia.

Es apenas obvio que la imagen favorable del Presidente Uribe (57%), del Ministro Vargas Lleras (44%)  y de las Fuerzas Armadas (76%) suban después de los últimos meses de aparente debilidad del Gobierno dado que estos tres son sinónimos de mano fuerte. Incluso la imagen del Procurador General de la Nación también está al alza. La gente está aburrida de que este Gobierno no se ponga los pantalones cuando debe ponérselos para defender, así sea simbólicamente, a nuestros policías, a nuestros ciudadanos, a nuestros padres, a nuestros hijos.

De hecho, a mi me parece muy similar el comportamiento de la opinión pública en este momento al que tenía a finales de los noventa y principios del nuevo milenio cuando estábamos hasta la coronilla de la pasividad de los Gobernantes y elegimos a un Presidente de mano dura –pero corazón grande–. He leído recientemente lo mismo en algunos artículos de opinión gringos sobre la –no tan posible– elección de Hillary Clinton como presidente de los Estados Unidos por cuenta de la fatiga que, supuestamente, tienen los electores de ese país dada la extrema tibieza de Obama; lo que no hace tan descabellada la elección de personajes como Jeb Bush –a pesar de sus lazos familiares– o Marco Rubio, por citar un ejemplo. Ocho años de gobierno pueden también dejar grandes pérdidas para un movimiento político si no se maneja con eficacia.

Por otro lado hay pesimismos reales, muy reales, como el de la Justicia y el Congreso Nacional que  están por encima del 80% ; cosa absolutamente natural porque, con excepción de un treintena de congresistas, los demás no deberían tener ni siquiera el derecho de representar a su propia familia. Además y para nuestra tristeza a estos dos poderes públicos todavía les queda un gran camino por recorrer para que al menos sean decentes. Otros descontentos que muestra la encuesta tienen que ver con el cumplimiento de promesas de campaña (81% piensan que no se han cumplido) y con el desempeño del Presidente Santos (sólo le satisface al 25% de los encuestados), lo cual es totalmente lógico porque es un mandatario que literalmente traicionó a sus electores en el primer período y en el segundo se le notó un esfuerzo anormal por apropiarse del Proceso de Paz; cosa que, por supuesto, en el momento que va mal afecta directamente la imagen de Santos, que es exactamente lo que ha pasado.

Pero, y aquí vuelvo a mi habitual línea de pensamiento: ¿Qué es lo que queremos los colombianos? Queremos que se acabe el conflicto y que aumente la seguridad y, sin embargo, 50, 95% de los electores votan por un segundo periodo de Santos; aún cuando tenían claro que no era una persona con la suficiente fortaleza política como para llevar eso a feliz término. Y con esto no estoy diciendo que tuvimos que haber elegido a otro de sus contrincantes, porque evidentemente la mayoría de los que votaron por el actual Jefe de Estado lo hicieron para que el candidato del Centro Democrático no quedara; pero ahora tenemos que afrontar las consecuencias, todos, así no hayamos votado por el Presidente.

En eso estamos. La encuesta que se dio a conocer en los últimos días solo nos muestra una radiografía de una sociedad que casi se puede predecir. Un país de conservadores (tanto campechanos como agazapados) donde los únicos liberales de verdad son, muchas veces, los columnistas de opinión; y esos no cuentan. Un país que muestra la necesidad de tener un comandante en jefe que tenga bien puestos los pantalones para lidiar con todos nuestros demonios y achaques pero que luego se arrepiente porque cree que hemos alcanzado el estado en el cual ya podemos tener presidentes liberales, abiertos, gerenciales y todos esos apelativos que gratuitamente le damos a aquellos que dicen estar en la centro-izquierda y, sin embargo, nunca votamos en concordancia.

Para ver la encuesta completa, ir al siguiente link: http://static.iris.net.co/semana/upload/documents/Documento_426328_20150502.pdf

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Rápidamente:

Es increíble que todavía haya personas que crean que la izquierda no va a ganar en Bogotá otra vez. Con la cantidad de candidatos de «centro y derecha» que hay por lo menos anunciados, lo raro sería que no ganara Clara o el candidato del Progresismo.

Gran columna de Juan Esteban Constaín esta semana en El Tiempo, «seguir muertos», aquí: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/seguir-muertos-juan-esteban-constain-columnista-el-tiempo/15701056

Estuve leyendo el análisis de la Silla Vacía sobre la puja por las próximas alcaldías y gobernaciones en la costa atlántica y quedé aterrorizado, no por que no lo supiera ya sino porque estamos tan acostumbrados a eso que el tono de la información presentada es absolutamente natural. ¡qué horror!

 

 

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