“Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia, cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer y de impedir el alza exorbitante en los costos de la subsistencia (…)” Rafael Caldera, en el Congreso, sobre el frustrado golpe militar de Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992.
Si algo demuestra la profunda y compleja crisis política y social en que está sumida Venezuela es que la democracia no se agota en las elecciones. Es más, incluso éstas pueden significar el fin de la democracia, en lugar de su comienzo. Tal paradójica situación sucede cuando las elecciones no están antecedidas por un acuerdo sustancial entre sus principales protagonistas sobre aquellos asuntos vitales que están ocultos tras el tinglado de las votaciones. Algo similar sucede en los Estados Unidos, por eso las semejanzas entre Maduro y Trump son tan significativas y peligrosas. Ambos utilizan el mismo lenguaje procaz y amenazante en sus campañas e intimidan a sus contrincantes y ciudadanos con baños de sangre si ellos no ganan las elecciones. Incluso Trump, recientemente, anunció al mundo que de no ganar las elecciones podría haber una “tercera guerra mundial” [1]
Maduro y Trump, forajidos autócratas.
Guardando las distancias, Venezuela y Estados Unidos son ejemplos del eclipse de la democracia. Eclipse que se encuentra en juego en las elecciones de Estados Unidos de Norteamérica desde el surgimiento de Donald Trump con su famoso “Make America Great Again” (Maga) [2], que lo llevó a desconocer su derrota frente a Biden en el 2020 y a promover la violenta toma del Capitolio el 6 de enero de 2021. [3]
Tras MAGA se oculta el mayor desafío que enfrenta la democracia estadounidense que es reconocerse como un Estado y una sociedad multicultural capaz de resolver políticamente sus conflictos y diferencias en lugar de negarlos y reprimirlas violentamente en nombre de la supremacía blanca y la hegemonía de un capitalismo agresivo y depredador. Por ello, Trump incluso niega que su contrincante demócrata, Kamala Harris, sea una afroamericana y la trata despectivamente como india, pues dice que “se volvió negra de repente para ganar votos de los afroamericanos”.[4] Así como también es un negacionista de la crisis climática y un defensor a ultranza de la industria petrolera y militar, internamente representada por la poderosa y mortal Asociación Nacional del Rifle [5] (NRA, sus siglas en inglés) de la cual es miembro destacado y ya recibió su apoyo para la campaña en curso, pues “aseguró que ha sido el mandatario que más ha defendido la Segunda Enmienda y dijo que lo seguirá haciendo si vuelve a la Casa Blanca” [6].
Pero Maduro lo supera en el apoyo que recibe de las armas, pues cuenta con el valioso legado de su padrino político, el fallecido Teniente Coronel Hugo Chávez, en tanto los militares constituyen una valiosa reserva electoral al concederles la Constitución Bolivariana derecho al voto. Se explica, entonces, que los militares tengan más de un estímulo para votar lealmente por Maduro: su bienestar y poder dependen de su continuidad en la Presidencia. Es más, su impunidad y la de Maduro estarán garantizadas en tanto no pierdan las elecciones. Tal es, quizás, la principal razón para no reconocer el triunfo de la oposición. El miedo comprensible de pasar de carceleros a prisioneros. Sin duda, Maduro gobierna con las bayonetas, el 42% de sus ministros han sido militares [7] y cuenta con una masa electoral cautiva que le proporciona entre 4 y 5 millones de votos, los cuales al parecer no fueron suficientes para derrotar a la oposición y mucho menos lo serán para gobernar democráticamente. Por eso sus anuncios intimidatorios de construir rápidamente más prisiones que Bukele y encarcelar allí a todos los opositores, empezando por María Corina Machado y Edmundo González, bajo el inverosímil cargo de ser peligrosos terroristas. Su fórmula de gobernabilidad: Fuerza Pública más asistencialismo populista y corrupción generalizada está llegando a su fin. Por eso Maduro precisa de poderosos aliados internacionales, como Rusia, China e Irán, interesados, al igual que Estados Unidos, en las insondables reservas venezolanas de petróleo. Con dichas reservas, disponibles para sus aliados más incondicionales y con su implacable “mano de hierro”, que ya descarga sobre la oposición, Maduro pretende gobernar hasta 2031. Todo parece indicar que Venezuela, como Nación y pueblo, ya no tiene más elecciones que las que aparecen en el escenario internacional, pues internamente está bloqueada por el profundo antagonismo que la divide. Un antagonismo irreconciliable que aumentará con la represión y el odio creciente entre las partes, incapaces de reconocerse como miembros de una comunidad política nacional. Una comunidad dividida y extraviada desde la noche de los tiempos por la disputa de la riqueza petrolífera y la codicia de sus gobernantes, ayer cleptocratas distinguidos y hoy cacocratas [8] plebeyos.
Lo anterior puede conducirlos al extremo de comprometer en el mercado, con el mejor o varios postores internacionales, sus reservas de petróleo y riquezas minerales. Maduro con quienes le brinden su apoyo para impedir el triunfo de la oposición y continuar gobernando, consolidando su régimen cacocrático en nombre de un supuesto “socialismo del siglo XXI”. Y la oposición, con quienes le ayuden a desalojar de la conducción del Estado al actual usurpador de los votos mayoritarios y llevarlo al cadalso. Una oposición que elude así su responsabilidad histórica por haber convertido la “democracia venezolana” en una cleptocracia administrada impunemente por sus dos desaparecidos partidos tradicionales, COPEI y AD, que propiciaron el Caracazo de 1989 y con ello el surgimiento de Hugo Chávez y su Movimiento V República que lo llevó a la presidencia en 1998. Desde entonces parece confirmarse la eterna anaciclosis [10] de Polibio, según la cual todo régimen político tiende ineludiblemente a degenerar y colapsar. La crisis de la monarquía da paso a la tiranía, luego a la aristocracia, que muta en oligarquía y ésta en democracia que a su vez degenera y culmina en oclocracia, el gobierno de la muchedumbre, que hoy correspondería a los populismos de derecha o izquierda y sus líderes mesiánicos, que siempre dejan una hecatombe política y social en nombre de fantasmagóricas banderas como “America Make Great Again” o el “Socialismo del Siglo XXI”.
Escenarios improbables
Solo faltaría, en este desalentador escenario, que Trump gane las elecciones en noviembre y se ponga de acuerdo con Putin para resolver la crisis de Venezuela respaldando a Maduro. Pero a lo mejor sucede lo contrario y Kamala Harris gane la presidencia y respalde a María Corina Machado. En ambos casos, la elección del destino político y social de Venezuela ya no está solo en las manos de los venezolanos. Algo todavía peor nos sucede a los colombianos, pues para salir del laberinto de violencias, criminalidad e ilegalidad en que vivimos precisamos de la comunidad internacional para superar la errática guerra contra las drogas. Sin duda, el prohibicionismo es el principal dinamizador de los grupos armados ilegales y de la corrupción política y ética que nos degrada y beneficia principalmente a la industria militar, el sistema financiero nacional e internacional, junto a burocracias policivas, judiciales y políticas, que medran junto a los nuevos narcos invisibles [11] y respetables empresarios testaferros. Tal es el caso de “Memo Fantasma”, Guillermo Acevedo, y sus relaciones comerciales con la sociedad inmobiliaria de Álvaro Rincón, esposo de la exvicepresidenta Martha Lucía Ramírez, según la investigación del periodista Jeremy McDermott en entrevista con María Jimena Duzán [12] . Toda la razón tenía Leonardo Sciascia [13] cuando expresó: “La mafia es un capitalismo ilegal y el capitalismo una mafia legal”, como lo demuestra Marcelo Colussi en su artículo “El capitalismo es una mafia peligrosa disfrazada de legal”. [14]
[1] https://caracol.com.co/2024/07/28/trump-dice-que-si-no-gana-las-elecciones-puede-haber-una-tercera-guerra-mundial/
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Make_America_Great_Again
[3] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-55568590
[4] https://www.msn.com/es-co/noticias/other/estados-unidos-donald-trump-sugiere-que-kamala-harris-cambi%C3%B3-su-identidad-racial-para-conseguir-votos/ar-BB1qZ0MW
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Asociaci%C3%B3n_Nacional_del_Rifle
[6] https://www.univision.com/shows/noticiero-univision/trump-recibe-apoyo-oficial-de-la-asociacion-nacional-del-rifle-y-promete-una-defensa-de-la-segunda-enmienda-video
[7]https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Gabinete_de_Nicol%C3%A1s_Maduro
[8] https://www.fundeu.es/consulta/cacocracia/
[9] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-47379668
[10] https://es.wikipedia.org/wiki/Anaciclosis
[11] https://co.video.search.yahoo.com/search/video?fr=mcafee&ei=UTF-8&p=narcos+invisibles&type=E210CO1490G0#id=5&vid=b627a57137b1025eb46e0253f4954c18&action=click
[12] https://www.youtube.com/watch?v=CUlrUt2xvX4
[13] https://es.wikipedia.org/wiki/Leonardo_Sciascia
[14] https://www.pressenza.com/es/2020/02/el-capitalismo-es-una-mafia-peligrosa-disfrazada-de-legal/
Hernando Llano Ángel
Abogado, Universidad Santiago de Cali. Magister en Estudios Políticos, Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. PhD Ciencia Política, Universidad Complutense Madrid. Socio Fundación Foro Nacional por Colombia, Capítulo Suroccidente. Miembro de LA PAZ QUERIDA, capítulo Cali.