Debo confesar el sentimiento de culpa que tengo por tener que haber esperado a que Antonio Caballero escribiera en su columna sobre Cúcuta para animarme a continuarlo. A subsanar:
La situación ha sido poco abordada, incluso reviso la web de La Opinión de Cúcuta y tampoco. Renson Said es uno de los pocos buenos periodistas que hay en Cúcuta (como pocos buenos periodistas hay en todos lados). Este hombre ha sido amenazado por sus críticas: cuenta Caballero que hace días entraron unos hombres a su apartamento en Cúcuta, cerca de la Catedral, y le orinaron sus libros. Que se cuide, a ver qué le pasa si no.
Said es periodista de la Javeriana, un hombre respetado por la minúscula e intrascendente intelectualidad cucuteña, que es como una isla en la isla cucuteña. Imagínense: peor que el artista de Platón que está a dos pasos de la realidad. Así son, no digamos insensibles, sino poco influyentes por falta de autoridad moral en una sociedad que no admite autoridad. De tal modo que el columnista de La Opinión es conocido dentro de lo que cabe, y aquí el apoyo y la defensa son proporcionales a la popularidad.
Ahora, no sé qué tan conocido sea en realidad. Le pregunto a mis paisanos y si no saben quién es Caballero –hombre conocido y reconocido en el país-, mucho menos van a pasarse los dedos por la página de opinión de La Opinión, un diario que, según vi una publicidad hace días cuando estuve en Cúcuta, tiene seis lectores por ejemplar, es decir, más de cien mil lectores diarios en Cúcuta de las columnas de opinión. ¿De verdad? Falta poco para que dejen de hablar de toche y pasen a recitar a Dickinson. Y el diario no es que sea muy independiente, ni que haya hecho mucho por defender a su periodista, a pesar de que es un periódico que, como El Espectador, ha sufrido en tinta propia la violencia de quienes los han querido callar. Pero La Opinión es un periódico local que reproduce información nacional e internacional, de triste redacción y, si no es muy predecible, sin Opinión.
La situación de Cúcuta es muy interesante porque ilustra en casi todos los aspectos los problemas de la periferia colombiana: una ciudad decadente, narcotizada y corrupta, con una cultura de evasión de normas increíble, una falta de legitimidad del Estado, una ciudad que vive de los alimentos que ingresan por toneladas irregularmente desde Venezuela. Cúcuta es una ciudad que desde hace décadas se está muriendo y nada que se muere, que tiene relámpagos de lucidez cuando algún milagro le revive la economía, que es una economía sin futuro por sostenerse del contrabando y la informalidad y de una moneda foránea sin suelo, podemos seguir… Con los mismos problemas de la costa norte, ni que decir del pacífico, del sur. Hablando de futuro, uno camina por Cúcuta como por El desbarrancadero (cito de memoria, seguro fallo): “sin ver adelante nada, ni a los lados nada, ni atrás nada, y yendo hacia la nada, hacia el sinsentido…”.
Hace unos meses seguí una de las polémicas del periodista, esa vez con el alcalde de Cúcuta. El tono era de arrabal y unas críticas no eran más que insultos de peluquería. No es ese el tono de una discusión entre un alcalde y un periodista serio, pero no juzgo: ese tono es indicador de la verdadera decadencia colombiana: la decadencia moral. Y no hablo de la moral ordoñista e hipócrita, similar a la propuesta por el alcalde cucuteño (un político que sigue de campaña, ora con los evangélicos, ora recogiendo aplausos en misas populistas e improvisadas por un sacerdote Restrepo de-no-se-sabe-dónde). Hablo de la moral liberal, del respeto al disenso, de la protección del malpensante, de la respuesta razonada.
Una sociedad que ignore a los críticos nacidos en su seno, que sea indiferente ante las amenazas, en suma, una sociedad que no se indigne cuando buscan callar con amenazas lo que no se puede callar con ideas, está condenada a cien años de agonía.
A pesar de todo lo anterior, hay en Cúcuta –en Colombia, en general- una generación joven que trabaja y se esfuerza. Ahí está Liliana Cárdenas, una querida amiga. A ella esta triste reflexión.
@VicentePerezG