Bajolamanga.co

Publicado el Bajolamanga

Santos y Peñalosa: dos malos candidatos

Por: ANDRÉS PRECIADO (@andrespreciado3)

La actual campaña presidencial en Colombia es floja. A un mes de elecciones pareciera que estuviéramos apenas empezando gobierno, cuando los candidatos comienzan a perfilar propuestas y formas de entender asuntos claves de la realidad y la coyuntura nacional.

Que la campaña sea soporífera se debe fundamentalmente a Enrique Peñalosa y Juan Manuel Santos, para hablar de los que hasta ahora parecen ser los dos políticos con más opciones de ganar, además de a sus equipos de campaña, que pretenden llevarse la presidencia al mejor estilo de ganar raspando, igual a cuando se estudia para sacar un 3.

Por el lado de la campaña de la llamada Unidad Nacional la estrategia burda de poner vulgaridades y lugares comunes en los slogans, por ejemplo una arepa en algunos anuncios en Medellín, es de una mentalidad ochentera que cree inocentes a los votantes o de alguna manera, mala por demás, busca generar cercanía con un candidato bogotano a partir de una tradición arraigadamente paisa, el resultado es el descalabro conocido de un interés por lo cultural que no es más que fingido.

La negativa del candidato presidente a los debates es otra buena forma de entender la mentalidad básica de su campaña “con poquito podemos ganar”. Y es que nadie más que él y sus cercanos saben que tienen rabo de paja pues sus estrategias mediáticas no funcionan y cada vez más su candidato es menos valorado, al final entonces para Santos no ir a debates puede hacerle perder votos, pero ir y hablar puede hacerle perder muchos más.

En cuanto a Enrique Peñalosa, candidato de la Alianza Verde, las cosas no son muy distintas. Luego de una mini ola verde 2 a raíz del resultado de la consulta interna, el tiempo está dejando en su sitio la candidatura. Se trata de un personaje al que la mayoría de personas le reconocen haber sido un buen alcalde de Bogotá pero que es un pésimo político y un nefasto candidato, acartonado, con aires soberbios y que poca química despierta en el electorado común.

En Peñalosa es aun más perjudicial su decisión de no asistir a debates en cuanto considera que debe dedicarse a conocer el país, bien vale recordarle que el país se conoce antes de decidir ser presidente y no en la marcha. Si la excusa, como se dice por debajo de mesa, es que no va a asistir a ningún debate en el que no esté Santos, la explicación es peor, pues su principal enemigo no es Santos sino su propia imagen, por eso es inaceptable que pierda la oportunidad de tener un diálogo franco con los demás candidatos que lo sitúen diferente en cuanto a propuestas e ideas, por demás en uno de los espacios clásicos del ejercicio democrático.

Con ambos candidatos termina pensándose entonces que sus plataformas que hacen uso de mensajes de integración, agrupación y unidad – Unidad Nacional y Alianza Verde – no son más que dos buenas formas de esconder peleas internas y divisiones de descontento en dos colectivos políticos que lo hacen perfectamente bien en la carrera por perder la presidencia. Ganará quien al final haga las cosas menos mal.

Nota: el desespero de Santos está en un punto de llamada de urgencia al estratega JJ Rendón. Si Peñalosa sigue con frases como la de la Revista Bocas, jamás será presidente “trabajé más de dos años como obrero raso en una construcción. Tan raso que era el único no negro de la obra”.

 

Ésta y otras columnas podrá leerlas en www.bajolamanga.co (@bajo_lamanga)

Comentarios