Bajolamanga.co

Publicado el Bajolamanga

Ofensiva militar o indiferencia

Por: Camilo Arango (@camiloarangoo) y Laura Gallego (@lauragallegom)

Los lamentables hechos ocurridos en las última semana en varios territorios del país, donde la guerrilla de las FARC y las fuerzas militares han vuelto al campo de batalla arrojando cifras escalofriantes de muertos en combate, bombardeos y ataques de parte y parte, han puesto de nuevo sobre la mesa muchas preocupaciones en relación con la posibilidad de avanzar en el desescalamiento del conflicto armado en Colombia en el marco de las negociaciones de paz que se llevan a cabo en la Habana.

La primera conclusión, que este tipo de coyunturas nos permiten reforzar, es que los procesos de negociación de la paz son lentos y complejos, con altos y bajos en la construcción de confianza entre las partes, y con la posibilidad de que este tipo de eventos lamentables sigan ocurriendo. Por eso es recurrente en los defensores del proceso de paz la referencia a los plazos que se tomó la negociación en los procesos de paz centroamericanos, en Sudáfrica o en Irlanda del Norte, y el llamado no puede ser otro que a recuperar la voluntad de negociación y continuidad en la mesa para no echar por la borda los avances obtenidos.

La segunda conclusión, es que el gobierno las FARC empezaron un nuevo round de combates para demostrar su situación militar en el territorio, que puede generar cambios en la mesa de negociaciones si alguno resultara especialmente vulnerable. Los triunfos o derrotas militares, definirán de nuevo la lógica y el poder de negociación de las partes en la mesa. Las fuerza militares parecen haber tomado ventaja del periodo de cese unilateral de hostilidades, pero seguramente pasarán meses hasta que se pueda volver a un escenario de negociación de suspensión de esas operaciones.

Finalmente, y más complejo en relación con el objetivo de la paz, es que los hechos ocurridos vuelven a dejar claro que no existe un sueño colectivo de la paz que tenga como acuerdo mínimo la el cese al fuego definitivo en favor, no solo de las partes en conflicto, sino de todos los colombianos. Voces de todo tipo se han escuchado en los últimos días en favor y en contra de los hechos ocurridos, pero han faltado las reflexiones de fondo en relación con lo que ocurre en Colombia donde somos capaces de recibir la noticia de ataques terroristas, bombardeos y pérdidas humanas de un lado u otro como un titular más, o incluso, como una vuelta a la realidad normal en la que nos acostumbramos a vivir, como si la paz fuera un estado incómodo para el que no estamos preparados.

El propósito ineludible de la paz debe ser la excusa y la preocupación de gobierno y FARC en la Habana. Construir confianza entre las partes para avanzar en un cese definitivo de hostilidades que permita el real desescalamiento del conflicto en Colombia en el reto más grande pero el objetivo más noble que sigue pendiente en la mesa de trabajo. Volverá a empezar desde cero la negociación de un cese bilateral de hostilidades, y con ello, la necesidad de construir confianza.

Ésta y otras columnas puede leerlas en Bajo La Manga (www.bajolamanga.co)

Comentarios