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Nicaragua y Costa Rica, vecinos hostiles

Mucho se ha hablado ya del conflicto que azota nuestra frontera oriental, hoy por hoy son más de 7000 los colombianos (según la ONU más de 12000) que han salido del país vecino y contando. El presidente Santos, adulado y criticado a nivel nacional por su respuesta al gobierno de Maduro, ha establecido en la ciudad de Cúcutavarios albergues, así como unidades móviles de la Registraduria Nacional, el SENA y Migración Colombia con el fin de atender de la manera más rápida y eficiente a los compatriotas que retornan por la fuerza.El episodio, sin duda, dejará mella en la historia nacional, pero no es un evento que sea raro en nuestras relaciones binacionales. Venezuela, a lo largo de su historia, ha pasado continuamente de ser nuestro mejor amigo a sernuestra peor pesadilla, aún en tiempos de la IV República, como se le conoce al periodo de tiempo antes del advenimiento de Hugo Chávez.

Podría citar varios ejemplos en la región parecidos al nuestro, sin embargo no hay uno más evidente que el de Costa Rica y Nicaragua. Ambos países comparten una frontera bastante amplia comparada a su extensión territorial, poseen grandes riquezas económicas y han estado unidas en épocas pasadas. Hoy en día son dos países que cargan dos banderas ideológicas distintas, Nicaragua gobernada por la izquierda sandinista del Presidente Ortega y Costa Rica propietaria de una democracia establey de constante alternancia del poder.

En el año 2010, poco después de elegida la presidenta Laura Chinchilla, el gobierno nicaragüense desplazó un contingente armado a un sector conocido como Portillos, un territorio reconocido internacionalmente como costarricense. Costa Rica, sin ejército alguno, inició una aguerrida campaña internacional que implicó un pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia a su favor – todo mientras el presidente Ortega argumentaba que la situación se trataba de un ánimo expansionista de Costa Rica, apoyado desde Colombia y México en complicidad con carteles del narcotráfico – .

No cabe cuestionamiento alguno, en este episodio no hubo deportados, ni refugiados, ni militares asesinados o contrabandistas, pero sin duda es un gran ejemplo que ilustra la convivencia con un vecino completamente hostil.

Nuestra reciente disputa debe tomar más de este ejemplo que guiarse por la retórica nacionalista y agresiva promovida por algunos, una solución como esta es incluso desechada por países poderosos, pues a largo plazo podría implicar consecuencias negativas para cualquiera de las dos partes. La presidenta Chinchilla aun comandando un país sin ejército, logró mediante los órganos internacionales y las correctas jugadas diplomáticas, derrotar al presidente Ortega en su pretensión, lo que confirma lo dicho por Kofi Annan en sus tiempos al mando de la ONU “Si la guerra es el fracaso de la diplomacia, entonces… La diplomacia, bilateral y multilateral, es nuestra primera línea de defensa”.

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