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La selección Colombia no tiene la culpa

Por: JUAN FELIPE SUESCÚN (@jfsuescun)

Los triunfos de la selección Colombia en la Copa del Mundo de Fútbol Brasil 2014 ha contagiado a muchos colombianos de lo que algunos llaman “fiebre mundialista” al ver comoganamos dos partidos seguidos en un mundial. Sin embargo, la celebración de estos triunfos ha estado marcada desafortunadamente por el caos, las riñas, las lesiones e incluso la muerte.

Ante esta situación las autoridades de varias ciudades del país han tomado algunas medidas para prevenir situaciones similares el día de hoy en el partido contra Japón. Por ejemplo, en Cali, Pasto y Pereira habrá Ley seca, al igual que en Neiva dondese restringió la circulación de motos con parrillero y el uso de harina y espuma. En Cúcuta se implementará el toque de queda para los menores de edad desde la 1:00 pm. En Medellín se dispondrá de 2.000 uniformados más. Y en Bogotá se implementará la Ley seca y también habrá Pico y Placa todo el día.

Además de estas medidasestúpidas de las autoridadestampoco han faltado las opiniones moralistas de quienes lamentan estos comportamientos, como si fueran algo nuevo. Manuela Restrepo Sylva, columnista de Bajo la manga, expresó su descontento con la situación de euforia colectiva que vive actualmente el país con los triunfos de la selección.

Primero crítica a los medios de comunicación por desplegar más información acerca del mundial que sobre la actualidad política nacional, “lo que suceda en las próximas semanas, quedará en un pequeño rincón de los periódicos y no llegará jamás al conocimiento del ciudadano” como si “nuestras pequeñas y grandes tragedias” (nuevo presidente, nueva legislatura, ¡Venezuela!, entre otros temas), hicieran parte del interés del común de los colombianos en su vida cotidiana.

A continuación se concentra en las consecuencias de las celebraciones alrededor de los triunfos de la tricolor. “Dos muertos, 4.667 riñas y 84 lesionados, son un preocupante resultado para la celebración de un partido de nuestra selección”.

Pero las cifras no son como las pintan.Si bien el triunfo de la selección Colombia no justifica 2 muertos, 4.667 riñas y 84 lesionados, no podemos caer en la torpeza de afirmar que son productodel resultado de un partido de futbolsolamente.

En Colombia este año el Día de la Madre murieron al menos 77 personas, una celebración que comparte con el Día del Amor y la Amistad los primeros puestos de los días más violentos cada año en el país. En la pasada Feria de Cali hubo al menos 32 muertos, y en el Carnaval de Barranquilla se presentaron al menos 18. El nuevo año 2014 dejó 44 muertos, entre los muchos que dejan éstas y otras celebraciones.

En enero El Tiempo publicó:“cuatro de cada 10 homicidios de los 14.782 que ocurrieron el año pasado en el país se dieron en medio de riñas y disputas personales. Cada día, al menos 15 personas pierden la vida por casos de intolerancia. Son más de un centenar de víctimas fatales cada semana, que se suman a casi 1.500 que resultan lesionadas o heridas de consideración en medio de peleas”. (http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13336500)

Colombia es una sociedad violenta. Como dice Fabián Sanabria, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) “el impacto violento de las riñas y venganzas se explica por la ausencia de una cultura que enseñe a resolver conflictos por vía del diálogo”.

Resulta entonces que la selección Colombia, la misma que en 2013 nos dio la alegría de clasificar a un mundial después de 16 años y que ahora, gracias a la dirección técnica y al esfuerzo de los jugadores, pero también al apoyo de casi todo un país, logró la clasificación a octavos de final después de 24 años, es la culpable de la violencia que nos ha caracterizado a los colombianos a lo largo de nuestra historia.

Con este pensamiento, carente de cualquier análisis inteligente, las autoridades policiales han optado por las medidas predecibles que siempre las han caracterizado: aumento del pie de fuerza, toque de queda ¡desde la 1:00 pm!, prohibición de parrillero y del uso de espuma y harina, y la conocida Ley seca.

Medidas mediocres que no reducirán las cifras negativas que se han presentado hasta ahora en las celebraciones de los triunfos de la selección. Por el contrario, estas restricciones también traen consecuencias nefastas para la economía de una ciudad como Bogotá en donde el comerció puede ver disminuidas sus ventas hasta en 30 mil millones, y puede ver como se aumenta hasta en un 50% la venta de licor adulterado y de contrabando.

Manuela termina su columna afirmando: “Yo prefiero una Selección Colombia perdedora que un muerto más a causa de sus triunfos” aunque lo intente matizar diciendo que “la solución de todas maneras, no puede ser esta”.

La Selección Colombia no tiene la culpa de la violencia que caracteriza a este país. Yo de verdad espero que ganemos hoy y clasifiquemos de primeros en nuestro grupo, y que sigamos ganando y avanzando en el mundial.

Preferiría que no fuera así, pero habrá caos, riñas, lesiones, e incluso muertos, pero no por esto deseo que pierda la selección con la ingenua esperanza de que sus derrotas no generarán más muertos, como pretenden los aguafiestas que le atribuyen a los triunfos de la Selección Colombia las consecuencias de un rasgo cultural de nuestra nación.

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