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“La izquierda colombiana es peligrosísima, más de lo que creen”

Rodrigo SaldarriagaENTREVISTA BAJO LA MANGA (@bajo_lamanga)

Es un antioqueño rebelde y radical. Perteneciente a una de las familias más católicas del departamento, Rodrigo Saldarriaga rompió desde joven con todos los esquemas ortodoxos de su época, y empezó a construir un camino propio entre la arquitectura, el teatro y la izquierda política.

Estudió la primaria y bachillerato en la UPB. “Calcule lo goda que es mi familia, que mis tíos son fundadores de la UPB”, recuerda. Nunca se graduó de arquitectura, carrera que empezó en la Universidad Nacional, pero la ha ejercido cuando ha diseñado teatros y asesorado amigos en algunos proyectos.

Como dramaturgo se hizo a un nombre propio en Medellín, como fundador del Pequeño Teatro. Este reconocimiento que ha logrado le permitió, como dice él, prestarle un servicio al Polo Democrático poniendo su nombre a consideración de la ciudadanía como candidato a la Gobernación de Antioquia en 2007 y 2011. Este año, continúa su camino encabezando la lista de su partido a la Cámara de Representantes en Antioquia.

Bajo La Manga: Rodrigo Saldarriaga se ha movido entre la política, el teatro y la arquitectura. ¿Cómo fueron sus inició su vida pública y profesional?

Rodrigo Saldarriaga: yo quería estudiar pintura, pero no encontré dónde. Estoy hablando de 1968. Terminé estudiando arquitectura en la Universidad Nacional, porque esa facultad la regentaba Pedro Nel Gómez, un gran pintor antioqueño que admiraba desde mi infancia. Coincide mi entrada a la universidad con dos cosas muy importantes: mayo del 68, que es un acontecimiento importantísimo del siglo XX para la juventud y el pensamiento moderno. Ahí aparece con mucha fuerza el marxismo, el psicoanálisis, el nihilismo, el existencialismo, en fin: todas las ideas libertarias, que desemboca en esa jornada de pensamiento y protesta que llevó a tumbar a Charles de Gaulle. Además, alrededor de eso aparecen otros acontecimientos nuevos que aportan al pensamiento de la juventud: el Rock, la marihuana, el ácido, el sexo, la liberación femenina, movimientos libertarios, y a la cabeza de eso los grandes intelectuales europeos. En Colombia, esos movimientos tuvieron una repercusión, específicamente en las universidades. Todas las universidades se levantaron al tiempo. Allí, la juventud colombiana tiene un despertar a un pensamiento distinto al rosario, la misa, la comunión…toda esa cosa goda, confesional. Ahí cambia mi vida: de tener una niñez y principios de juventud en mi familia, que es la más goda de Medellín, la más goda de Antioquia, la más goda de Colombia y la más goda de América…esa familia es terriblemente goda. Mi vida cambió de un extremo a otro y salió disparada para otro lado.

El segundo acontecimiento importante es que me encuentro a Jairo Aníbal Niño, en la facultad de arquitectura de la Nacional, dirigiendo en grupo de teatro de la universidad. Entonces ya no es arquitectura ni mundo confesional ni respeto por la familia ni respeto por nada, sino de abrir otro camino, que es el de la izquierda, del pensamiento libertario, anarquista…todo lo que pudiera sonar contra el establecimiento, y ahí aparece el teatro, algo que nunca esperé, pero lo encontré como forma de expresión de todo lo que sentía. El teatro me llevó a abandonar mi carrera de arquitectura. O sea, cuando yo siento que el grado se me puede convertir en una oficina o un trabajo que me implicaría sacrificar mi libertad, digo: “termino aquí”. Me dediqué al teatro, no sé por qué, pero lo he hecho con toda la pasión. En ese camino me encontré a la política de izquierda, con un pensamiento distinto al de la sociedad. Yo soy uno de los fundadores del MOIR y también participé en la fundación del Polo.

BLM: antes de iniciar este camino de la izquierda, su familia lo había criado con creencias muy apegadas a la religión católica…

RS: a mí me criaron para ser papa. No para obispo: para papa. Mis juguetes eran los ornamentos, el cáliz, en fin. El recuerdo de mi infancia es verme vestido de cura, echando vino y comiendo hostias. Pero cuando salí del colegio dije “no más”, yo no voy a rezar más, no voy a comulgar más ni me voy a confesar…voy a venderle el alma al demonio, hijueputa, voy a ser ateo el resto de mi vida, voy a ser comunista, no quiero saber nada de ustedes, y me fui de la casa.

BLM: ¿cómo evalúa la trayectoria del Polo y cómo le ve en el futuro?

RS: cuando fundamos el Polo, hace siete años, teníamos muy claro qué estábamos haciendo: estábamos creando un partido político que es una herramienta para transformar la sociedad. Un partido político no es un grupo de amigos, en Colombia sí; no es para robar plata, en Colombia sí; no es para tomarse el presupuesto del Estado, en Colombia sí; no es para favorecer a las élites y multinacionales, en Colombia sí. Cuando dijimos “vamos a fundar el Polo”, dijimos “vamos a transformar a Colombia”, y listo. Y juramos transformar a Colombia, y ahí vamos.

Las transformaciones sociales no son lentas, sino que no llevan el mismo ritmo del tiempo biológico. Lenin dice: “hay días que transcurren como siglos, y siglos que transcurren como días”. Lo que le hemos aportado a Colombia en estos años es una forma distinta de ver el mundo. A mí me impresiona ver a los campesinos hablando del TLC y multinacionales. Hablan con mucha propiedad sobre los problemas del país, y eso lo enseñó el Polo. Al país no le enseñó a hablar así el señor Uribe ni Santos. A esos sinvergüenzas no les interesa que la gente piense. Nosotros no creamos el Polo para enriquecernos, sino para transformar la sociedad, aunque se nos colaron unos hijueputas en el partido, pero se las cobramos; porque los partidos políticos tienen ese problemita: hay mucho triplehijueputa que se mete en los partidos. Pero creo que en el Polo tenemos una visión clara y distinta de la sociedad, y la vamos a transformar.

BLM: ¿cuál es el país que se sueña el Polo Democrático?

RS: no tenemos un modelo en el mundo que queramos emular, sino que tenemos un sueño de país. Un país con estas características: independiente en lo económico, en lo social y lo político, en pie de igualdad con todas las naciones del mundo. Es decir: es tan importante Estados Unidos, China, Rusia, como Colombia. Soñamos un país con soberanía, y creemos que no la tiene. Somos una neocolonia entregada a las multinacionales por estos sinvergüenzas que están en el Estado hace años, y son testaferros del capitalismo extranjero. Vivimos en un terreno privilegiado, con todas las posibilidades de ser uno de los países más desarrollados del mundo. Queremos un pueblo altivo con dignidad en el trabajo. Aquí tenemos gente chantajeada, que le dan el puesto por unos meses, y mañana no tiene trabajo. Cuando decimos trabajo hablamos del esfuerzo humano en favor de la felicidad. Por último, hablamos de desatar las fuerzas productivas. Es decir: que el capital y el trabajo se pongan al unísono.

BLM: desde que fundaron el MOIR, Colombia ha cambiado mucho, ¿Qué diagnóstico puede hacer sobre los cambios que ha tenido el país?

RS: en Colombia, toda situación es susceptible de empeorar. Nunca creímos tener un peor presidente que el anterior, nunca. Era imposible que después de la dictadura de Rojas Pinilla llegara uno peor, y lo tuvimos. Luego crearon el Frente Nacional, y cada uno era peor que el anterior.

Al final de los años 70 el mundo capitalista encontró una debilidad en su diseño. Era tanta la riqueza que creaba el sistema, que los Estados se estaban volviendo riquísimos, entonces se podían prestar buenos servicios a la sociedad. Se podían hacer buenas carreteras, prestar excelente servicio de salud y educación. El Estado devolvía el bienestar a las sociedades, y eso se conoció como el capitalismo de Estado. Se dieron cuenta que a medida que crecía la riqueza de la sociedad, el Estado se volvía más fuerte. Es decir: era el camino directo al socialismo. Muchos países tenían unos estándares de vida impresionantes. Pero al final de los años 70, la señora Margaret Tatcher y Ronald Reagan, par de genios de la extrema derecha dijeron: “esto no puede ser así, porque nos van a quitar el negocio”, y ahí diseñaron el neoliberalismo, con lo que empieza la debacle del mundo. Empiezan a debilitar el Estado para ponerlo en servicio de los privados.Telecom, por ejemplo, se lo entregamos a Carlos Slim. Con la salud, por ejemplo, cogieron la ley 100 con Álvaro Uribe que es el genio de esta estupidez y dicen: “la salud tiene que ser excelente y el Estado no puede brindarla”, y se la entregaron a los privados. No hay campo de la sociedad que no se lo hayan entregado a los privados para desmontar el estado de bienestar. Entonces hoy, 85 millonarios del mundo, tienen la misma riqueza que la mitad de la población mundial…¡eso ni en la época del feudalismo! El neoliberalismo es la involución del gran progreso que tuvo la sociedad.

Este país siempre va en caída libre. La gran población del país ha estado sacrificada por el 2% de los colombianos: el 2% de los colombianos viven como jeques árabes. Recibieron del Estado el donativo de todo lo que teníamos, a costa de la pobreza colombiana.

BLM: ¿cuál es el principal problema que tiene Colombia?

RS: el principal problema es el pueblo colombiano, que es el que hay que transformar.

BLM: ¿por qué se suele atacar tanto a los miembros de la izquierda en Colombia?

RS: porque es peligrosísima, más de lo que ellos creen y saben, porque les vamos a quitar la riqueza. La transformación que proponemos es entregarle esa riqueza al pueblo colombiano. Entonces ellos nos tienen que tratar de terroristas, guerrilleros…nos matan. Cuando fundamos el Polo, al otro día nos empezaron a estigmatizar. ¿Quién puede creer que Carlos Gaviria cargaría un fusil? Un viejo caqueco como Carlos Gaviria, o como yo, o como Robledo…y que la guerrilla, y las armas, y la violencia. Nos tildan de todo. Nosotros estamos proponiendo una transformación civilizada y pacífica de la sociedad. Nos estigmatizan, nos dicen que somos peligrosos, porque esta clase que ha dominado a Colombia, ese sector de apátridas es muy agresivo, por defender sus intereses y bolsillo. Es que el negocio más grande que tiene Colombia es el Estado. Aquí no hay una empresa más grande que el Estado, y esa es la que está en juego y queremos dirigir. Ellos no nos lo van a entregar por las buenas, recuerde que esto tiene miles de muertos. Estos tipos son muy hábiles y han confundido al pueblo colombiano, tratando que la guerrilla sea la expresión de la izquierda.

BLM: ¿hay alguien rescatable en el establecimiento?

RS: la tarea no es unir a la izquierda, sino al pueblo colombiano. Yo le he pedido cita a los señores de Haceb para hablar de la situación frente al peligro del TLC con Corea, porque nos da miedo que quiebren a Haceb como pasó con Fabricato, Coltejer…como quebraron toda la industria antioqueña. Aquí hay empresarios pequeños, medianos y grandes que se van a unir a esta causa. Tenemos campesinos, cafeteros…en fin: la unión que proponemos es del 98% de colombianos frente a los sinvergüenzas que han entregado este país.

BLM: usted fue candidato a la Gobernación, ¿cómo evalúa la gestión de Sergio Fajardo?

RS: como le dije en un debate a Fajardo: no hay nada más peligroso que un neoliberal honrado. Porque un corrupto se roba la cosita, pero deja la carcaza allá. En cambio el neoliberal se roba hasta la carcaza. Eso es Sergio. Fue capaz de escindir EPM-UNE, para entregárselo a Millicom seis años después. Eso lo tenía él en la cabeza, clarito. Ese es Sergio. Es el mayor peligro para el Estado.

BLM: ¿qué leyes promoverá o cuáles son las ideas con las que piensa llegar a la Cámara de Representantes?

RS: uno en cinco semanas no puede convencer a la gente. Lo primero que le digo a la gente, cuando entro a las reuniones es: “yo no vine a convencer a nadie, sino a contarles qué hemos hecho. ¿Ustedes oyeron del paro campesino? ¿quién estaba en el paro? ¡Nosotros! ¿Defendiendo los paperos y cafeteros? ¡Nosotros! ¿Quiénes les dieron la mano a los estudiantes con lo de la reforma a la ley 30? ¡Nosotros!”. No ha habido movimiento social en los últimos siete años en los que no haya estado el Polo. Hasta el punto en que Juan Manuel Santos decidió decir que había un senador haciendo política con el movimiento social, incitándolo a la violencia. Y Clara López, que es muy inteligente, le contestó: “nosotros no hemos estado detrás del movimiento social, sino adelante”.

Uno no se explica cómo un Representante a la Cámara llega a ser multimillonario. El sueldo es bueno, sí, pero la vida es costosa. Con ningún sueldo, por bueno que sea, uno se vuelve millonario. ¿De dónde resultó con plata Suárez Mira, un señor que era chofer en Bello? A Luis Alfredo Ramos, por ejemplo, lo conocí cuando era secretario de Bavaria en Medellín. Yo tenía un cargo más alto, porque por lo menos era el director del Pequeño Teatro, y las fincas que él tiene hoy en Llanogrande valen la plata que usted quiera, y no trabajó sino unos días en Bavaria y el resto con el Estado. Haga las cuentas que eso es muy fácil.

 

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