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La importancia del Concejo

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El pasado martes 24 de febrero quedó ratificada en Medellín la importancia que tiene una corporación pública de elección popular como el Concejo municipal. Pese a la oposición de varios sectores de la sociedad y unos pocos concejales, se aprobó el Acuerdo 300 donde se le daban facultades al alcalde de la ciudad para realizar los cambios administrativos que considerara necesarios, aún sin claridad del mismo acuerdo y su exposición de motivos sobre lo que se quería hacer.

Y es que los concejos en el país cobran un papel fundamental para los municipios en cuanto a la aprobación de proyectos de diferente índole, la discusión de temas de interés para toda la ciudadanía como el plan de desarrollo y el presupuesto municipal, citar a rendir cuentas a los secretarios del alcalde sobre lo que se está haciendo, y así muchas otras funciones y atribuciones contempladas en la constitución política del 91 y varias leyes que han salido al respecto, como la 1551 de 2012 con la que se pretendió modernizar la organización y funcionamiento de los municipios.

El Concejo es una corporación de carácter político-administrativa, pero con la aprobación del Acuerdo 300 en Medellín, quedaron en entredicho precisamente eso que lo caracteriza y dos de sus principales funciones. En cuanto al orden administrativo, la que establece el artículo 313 de la constitución referente a “Determinar la estructura de la administración municipal y las funciones de sus dependencias; las escalas de remuneración correspondientes a las distintas categorías de empleos; crear, a iniciativa del alcalde, establecimientos públicos y empresas industriales o comerciales y autorizar la constitución de sociedades de economía mixta”; se la cedieron al alcalde sin mayor problema y sin tener claro cuáles entidades públicas o nuevos cargos se iban a crear, ni para qué. Y en el orden político, lo referente al control que debe ejercer sobre la administración municipal.

Volviendo a la sesión del martes en el Concejo de Medellín, pude estar presente un rato en la mañana, y en la tarde la seguí vía internet. Discusión bastante subida de tono que por fortuna no se fue a los golpes, dados sus precedentes. Más de 30 personas hablaron en el recinto manifestándose en contra del acuerdo, en una sesión que terminó alrededor de las 5 de la tarde con 14 votos a favor, 5 en contra, uno que no votó y otro que no podía hacerlo. Y se pregunta uno si el Concejo actual representa los intereses de la gente.

Pero como se dice popularmente, ya no se vale “llorar sobre la leche derramada”, y lo importante ahora es lo que se viene. Y en cuanto a eso si podemos ejercer un verdadero control, no político pero si ciudadano, de 2 maneras: estar pendientes de lo que pretenda hacer la administración municipal convocando las facultades otorgadas al alcalde en el Acuerdo 300. El alcalde aprovechó el Foro Mundial de la Bicicleta que se está llevando a cabo estos días en la ciudad para lanzar la creación de una Gerencia para trabajar en ese tema, pero más allá de la importancia de la bici como medio de transporte y como apuesta para la sostenibilidad urbana, de la cual no tengo duda, genera cuestionamientos si más burocracia sea el medio para darle más importancia o “dientes” a cualquier tema en la ciudad. Una buena amiga me decía en estos días que si al Alcalde se le daba por crear la Gerencia de los Gimnasios ella se le medía. Pero este tipo de comentarios suceden y seguirán apareciendo por la falta de claridad en lo que quiere hacer la administración municipal.

La otra manera en la cual podemos ejercer nuestro poder como ciudadanos es en las elecciones locales del próximo 25 de octubre, y aquí es donde fallamos no dándole importancia a las distintas corporaciones de elección popular. El Concejo y las JAL (Juntas Administradoras Locales) son unas de ellas. Lo que queremos para nuestra ciudad no solo recae en elegir al alcalde y su plan de gobierno. De nosotros depende el Concejo que queremos para los próximos 4 años, y es aquí donde nuestra corresponsabilidad es fundamental.

 

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