Bajolamanga.co

Publicado el Bajolamanga

La gran brecha del liderazgo en Colombia

Por: SANTIAGO SILVA JARAMILLO (@santiagosilvaj)

De acuerdo a una reciente encuesta de Cifras & Conceptos, la imagen favorable del presidente Santos alcanzó el 50% en enero de 2014. En los medios lo señalaron como un “regreso”, como algo inevitable; la osmosis de la popularidad pública: todo lo que baja tiene que subir…

Sin embargo, los detalles de la encuesta dan cuenta de la complejidad de la situación política colombiana. El 63% de los colombianos no apoyan la reelección de Santos y la evaluación detallada de sus políticas de gobierno por parte de los encuestados se lleva una calificación mediocre, en el mejor de los casos.

Santos ganará de nuevo la presidencia, pero no porque lo quieran los colombianos o porque haya hecho un buen gobierno, sino porque, gracias a su suerte, una de sus fortalezas electorales es la debilidad generalizada de los demás candidatos. En efecto, ninguno de sus contrincantes actuales logra despegar –e incluso algunos, como Oscar Iván Zuluaga, retroceden- en su aprobación e intención de voto nacional.

La otra fortaleza electoral de Santos es, por supuesto, su control sobre los asuntos del Estado y su “unidad nacional”. Lo pongo en comillas porque las redes clientelistas que configuran el apoyo de los partidos nunca serán de los presidentes. Le servirán, si, mientras él mantenga el dinero fluyendo, pero si titubea por un segundo, lo entregarán a sus enemigos sin dudarlo. Nuestros partidos políticos –sobre todo los que son controlados por los congresistas- son mercenarios del sistema democrático fallido.

Esto supone que, aunque Santos no es precisamente un líder político querido por los colombianos, nadie logra capitalizar los votos del descontento. La situación es confusa y nos presenta más bien un escenario de ausencia de liderazgos en el país.

Existe entonces una gran brecha entre nuestros líderes y nosotros, los ciudadanos. En efecto, el único santista es Gabriel Silva Luján, con su abnegado trabajo de adulador oficial, y el únicozuluaguista es Álvaro Uribe Vélez, que en realidad es solo otro uribista que dice “bueno, será votar por Oscar Iván…”.

La mayoría de los demás –es decir, nosotros- simplemente nos encontramos perdidos en un mar de malas alternativas: incompetentes, politiqueros y corruptos.

Los pocos que harían de buenos candidatos se esconden en las sombras. Saben muy bien que en la era de la reelección el juego cae en manos de los viejos zorros y que la única opción menos mala que quemarse en las urnas es mantenerse en la oscuridad, agazapados esperando por cuatro años más.

Y así, los colombianos nos abocamos, encogidos de hombros, a cuatro años más del inevitable santismo.

 

Esta y otras columnas podrá leerlas en www.bajolamanga.co (@bajo_lamanga)

Comentarios