Por: Sebastián Díaz (@sebastiandiazlo)
La semana pasada la Sala de Justicia y Paz del Tribunal de Bogotá produjo, como lo calificó la Silla Vacía, “la sentencia más importante hasta el momento en Justicia y Paz: la condena a Salvatore Mancuso y otros seis paramilitares por el conjunto de crímenes cometidos por el Bloque Catatumbo de las AUC”, que operó principalmente en el Norte de Santander.
Es la más importante porque probó, entre otras cosas, que existió relación entre funcionarios de empresas como Ecopetrol y Termotasajero con los paramilitares, y que como se ha dicho en reiteradas ocasiones, los paramilitares sí apoyaron el proyecto político de 2002 de Álvaro Uribe Vélez.
Lo anterior y otros puntos más ya son verdad judicial. Además de la penetración en la clase política, económica y social del país, y más en el departamento de Córdoba, que entre sus prolíficas tierras y extensas haciendas albergaron buena parte del poderío de los paramilitares y como consecuencia fue uno de los departamentos más golpeados, como se ha dicho en varios informes judiciales y periodísticos. Pero se ha registrado poco la injerencia de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en los medios de comunicación.
En Córdoba los paramilitares idearon varias estrategias para tomarse el poder en ese departamento y organizaron un mapa político: cooptaron instituciones, se aliaron con poderosos hacendados, sembraron terror por medio de las armas, firmaron pactos como el de Ralito, con el que jefes paramilitares y más de 50 políticos pretendieron “refundar el país”, y lo que apenas es motivo de investigación cooptaron -también- varios de los importantes medios de comunicación de la región.
Si bien la sentencia dice que las entrevistas que le hicieron a Carlos Castaño Claudia Gurisatti en La Noche de RCN, Darío Arizmendi en Cara a Cara de Caracol y la agencia Colprensa mediatizaron el proyecto de las AUC, y que algunos medios se “comieron el cuento” de combates entre paramilitares y el Ejército siendo mentiras, conocí un audio mucho más amplio de una audiencia de Justicia y Paz de mediados de julio de este año en el Tribunal Superior de Medellín, que estuvo a cargo del magistrado Rubén Darío Pinilla Cogollo (el mismo que hace un año causó polémica por compulsar copias a la Comisión de Acusaciones de la Cámara para que investigara al expresidente Álvaro Uribe por promover y financiar grupos paramilitares en Antioquia).
En esa audiencia el exparamilitar José Luís Hernández Salazar, del Bloque Córdoba de los paramilitares y exescolta de algunos jefes de Montería, le contó a la sala que Salvatore Mancuso fue socio del principal diario de esa región, El Meridiano de Córdoba, además de Pedro Visai, personaje importante del negocio del chance de ese departamento, Apuestas de Córdoba, quien también, según el exparamilitar, le manejaba los dineros al líder paramilitar.
El exmiembro de las AUC cuenta que trabajó alrededor de 2 años y medio en Montería con los paramilitares y aseguró que sabía de la relación entre Mancuso y lo dueños del periódico porque cada vez que eran capturados nunca salían en las páginas de El Meridiano.
Dijo que en repetidas ocasiones acompañó armado con una pistola 9 mm a sus comandantes urbanos cuando ellos iban a hablar en el diario para evitar la publicación de una noticia que los pudiera perjudicar, porque ellos sabían que había una relación entre los dueños de ese diario y Mancuso, que era miembro del estado mayor las AUC.
La primera captura que él tuvo nunca salió en la prensa gracias, dice, al poder que Mancuso tenía en el periódico y lo mismo sucedió con su segundo arresto. “A todos los que capturaban de las Autodefensas nunca nos dieron prensa. Siempre que caía uno de nosotros, nunca nos sacaban”, agrega el exparamilitar.
Es tan importante y delicada esta declaración que el mismo magistrado Pinilla las calificó de graves “teniendo en cuenta que es el principal periódico de Montería”, agregó.
Más de 10 años tardó la justicia en dar un fallo definitivo de la oscura penetración de los ‘paras’ en todas las esferas del Estado colombiano, y apenas se empieza a tejer la telaraña de corrupción de la ‘paraeconomía’. Pronto se empezará a hablar de la ‘paracomunicación’; periodistas y directores de medios que, quizás, por miedo decidieron ocultar el proyecto criminal de los paramilitares.
Entre comillas: dijo el vicefiscal general de la Nación Jorge Perdomo que “no se realizará otro proceso en justicia ordinaria, pues la justicia indígena esta cobijada en la Constitución colombiana”. Tres días le tardó a la comunidad indígena Nasa condenar a siente presuntos guerrilleros involucrados en el asesinato de dos miembros de su comunidad. Mientras que ellos nos dan ejemplo de justicia, a los pabellones de las cárceles no les cabe un preso más sin condena y en una grave escena de degradación humana por el hacinamiento.
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