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Cuando las buenas historias son noticia

Por: Sarita Palacio (@saritapalacio)

Ya son varios los días de mi vida que he dedicado a pensar en comunicación a través de las redes sociales. Con el tiempo, los Trending Topic se convierten en un punto de análisis diario. Después de tantos días, durante tanto tiempo, alegra el alma ver una buena noticia de TT.

Explicarle a alguien la emoción que como habitante del mundo digital siento cuando veo que una buena noticia es relevante no tiene precio.

En no pocos artículos míos en bajolamanga.co he expresado mi indignación por las tendencias de nuestras conversaciones en espacios digitales en Colombia. Un sinnúmero de agresividades, sandeces, farándula y las malas noticias siempre dominan. De eso hablamos los Colombianos todo el tiempo y luego nos quejamos.

Haga el ejercicio. Lea tres veces al día por dos días las tendencias de este país. Es una buena oportunidad para entender por qué estamos como estamos y donde estamos.

Sin embargo, cuando las malas y vacuas noticias son las dominantes en nuestro país, da alegría, toda, ver que las buenas noticias nos unen para compartir, para comentar y para construir.

En un mes he visto cómo se vuelve tema de conversación en el país la apertura de dos Parques Educativos. Y hace unos meses vi cómo Vigía del Fuerte ponía a hablar a cientos de personas en Antioquia y Colombia. Personas que en su vida habían escuchado el nombre de este municipio y otras tantas que tenían referencia de su existencia porque había sido espectador y protagonista de una de las tragedias más sangrientas de nuestro país: Bojayá.

La apertura de un Parque Educativo en Antioquia, son 80, puede ser tranquilamente uno de los eventos más significativos en el municipio en los últimos 50 años. Pero uno creería que no, que es un Parque Educativo en un municipio y ya.

Eso cree uno hasta que ve cómo en las redes con una buena noticia se desborda la esperanza, cómo los sueños vuelven a aflorar, cómo la gente que todos los días se queja de corrupción, tragedias, entre otros, vuelve a pensar que es posible empezar de cero y apostarle a otra cosa, a la educación, a la construcción, al futuro.

Lo que sucede es que estamos acostumbrados a que las malas noticias maten la esperanza, a que sean por agenda más importantes que las buenas, a que sea imposible generar una conversación larga e interesante a partir de una noticia positiva. A eso estamos acostumbrados, por eso sorprende encontrarse con que uno, dos y tres días es más importante para un país atreverse a hablar de la esperanza que de hackeadas.

A mí me llenó de esperanza ver esos Trending Topic. Más allá de  mi tarea laboral en la que también me dio mucha emoción encontrarme con estos resultados, me dio una inmensa alegría ver cómo un país se dedicaba a hablar de las buenas noticias, del presente y del futuro, cómo un país se dedicaba a hablar de la construcción en educación, cómo un país se volcaba a las propuestas. Eso le llena a uno el alma.

Ahora, no puedo pedir que esto pase a diario. Creo más bien que ésta es una coyuntura para reflexionar y pensar que es necesario ser más que parlantes, creadores de buenas noticias. La dificultad no es encontrar las buenas noticias, la gran dificultad está en crearlas y en aportar a la construcción de un territorio desde los gobiernos, las entidades públicas y, en última, desde cada persona.

Ahí está el reto de cada Gobierno, de cada individuo, de todos: ¿qué tal si nos proponemos poner diario un TT positivo alrededor de una buena noticia? Ojo, no personal sino colectiva. Seguro, al menos por competencia, estaríamos ganándole hace tiempo la guerra a la desesperanza.

 

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