Apuntes de Ciencia

Publicado el Santiago Franco

Virus Chikungunya: Muy pronto en Colombia

Imagen extraída de www.paho.org
Imagen extraída de www.paho.org

A estas alturas es apenas lógico pensar que en cualquier momento ingresará el virus Chikungunya al país. El ambiente y las condiciones tropicales son propicias para ello. También los antecedentes; la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reporta hasta el 11 de julio de este año 350.580 casos autóctonos sospechosos y 5.037 confirmados por pruebas de laboratorio. La mayoría de los casos se han presentado en República Dominicana, Haití, Martinica y Guadalupe. Aparte de estos, en varios países de Centro y Surámerica se reportan casos importados de la infección. En contexto, si analizamos estos datos en un mapa, nuestro territorio está rodeado y no estará exento de su presencia. El virus, proveniente de Asia y África ha encontrado en la América tropical el vector, el mosquito Aedes aegypti y a falta de uno ha sabido adaptarse para tener un vector adicional, el Aedes albopictus, también presente en nuestro continente. Estos mosquitos son los transmisores de un viejo conocido nuestro, el dengue, que ha enfermado a miles de personas y ha causado la muerte a otras tantas.

Aedes_aegypti

Y es que chikungunya guarda varias similitudes con el dengue a pesar de provenir de géneros diferentes, por lo que es importante mencionarlas como un posible panorama de la infección en los próximos meses. Los síntomas para empezar son bastante similares. Inician entre 3 y 7 días después de la picadura del mosquito e incluyen fiebre que puede ser superior a los 39 grados centígrados, dolor de cabeza, malestar general y rash maculopapular (sarpullido). Una característica que se presenta en buena parte de los pacientes es el fuerte dolor en las articulaciones tanto de miembros superiores como inferiores. Aunque en el dengue el dolor articular y muscular se puede hacer presente de manera difusa (de ahí el nombre de fiebre quebrantahuesos), en chikungunya (palabra africana que significa «hombre encorvado») este dolor es intenso, se concentra en las articulaciones y es duradero; tanto que en algunos pacientes puede llegar a ser crónico y persistir hasta por 18 meses posterior a la convalecencia. La evidencia actual muestra que al parecer con la infección se desarrolla inmunidad por lo que sólo se sufrirá de chikungunya una sola vez en la vida.

Tanto chikungunya como el dengue no tienen tratamiento específico, no hay ningún antiviral para estas infecciones. El manejo es sintomático, con acetaminofén e hidratación regular. Algunos lectores podrán pensar que el acetaminofén es un capricho médico; en este caso es fundamental no tomar un analgésico diferente pues la infección por chikungunya puede disminuir el número de plaquetas en nuestro cuerpo, no de manera exacerbada como puede suceder con el dengue pero lo suficiente como para prevenir factores de sangrado adicionales como el uso de otros analgésicos, los llamados AINES. El diagnóstico por laboratorio también es similar en ambos casos. Se hace mediante la detección de anticuerpos que nuestro cuerpo produce frente al virus o directamente el aislamiento viral mediante técnicas de biología molecular con muestras extraídas de los pacientes sospechosos.

Las diferencias pueden surgir en las complicaciones. En el dengue la más peligrosa es el sangrado por la disminución de plaquetas y el shock hipovolémico. El dengue grave ha cobrado la vida de 29 personas confirmadas y otras 62 muertes en estudio este año. En cuanto a chikungunya, la mortalidad es rara pero está delimitada por grupo de edad. Los pacientes mayores de 65 años son los que están en mayor riesgo de complicaciones. Se calcula que la tasa de mortalidad es 50 veces mayor en estos pacientes comparado con menores de 45 años. La principal causa de ello son las enfermedades de base que tienen los adultos mayores. Un hombre de 65 años con insuficiencia renal tendrá dificultades para sobreponerse a la infección. En los neonatos también se debe tener especial cuidado, pues la infección puede dejar secuelas neurológicas. Según reporte de la OPS, hasta el momento han fallecido 21 personas por este virus.

Tanto el dengue como chikungunya parecen poder coexistir dentro del mosquito por lo que no sería sorprendente, aunque si raro, que una persona pudiera sufrir de las dos infecciones al tiempo lo cual complicaría el diagnóstico y los síntomas. Preocupan también las estadísticas del dengue en nuestro país. Hasta el 5 de julio de este año se han reportado 55.493 casos totales de dengue, por lo que el panorama para esta nueva infección preocupa. Las medidas preventivas por parte de los ciudadanos deben persistir. No sólo el uso de repelentes sino también evitar y tapar las aguas estancadas  para que la larva del mosquito no crezca. Las campañas de fumigación no estarían mal tampoco. Enfocarse en áreas turísticas y de tránsito como San Andrés (donde existe el vector y el dengue) o la costa atlántica por donde presiento entrará la infección. El Ministerio de Salud afirma estar preparado para la llegada inevitable del virus. Esperemos que la contención sea la adecuada para no tener la compañía duradera de chikungunya. Con el dengue, la malaria y la leishmaniasis tenemos.

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