Apuntes de Ciencia

Publicado el Santiago Franco

¿Chávez fue infectado con cáncer?

chavezmaduro

En la entrevista que pueden escuchar aquí (escuchar entrevista), titulada «No es posible inocular el cáncer»,  tres oncólogos colombianos rechazan de manera categórica la sospecha de Nicolás Maduro de una posible inoculación o transmisión del cáncer que terminó con la vida del presidente Hugo Chávez. Uno de los galenos dice que es imposible y además se despacha con una «editorial» sobre la paranoia de los mandatarios que se perpetúan en el poder.

La ciencia es humilde y se autocorrige siempre. Un estudio puede ser contradicho por otro más grande ó con una mejor metodología. De eso se trata el quehacer científico. Por tanto, decir que algo es imposible en materia científica puede llegar a ser desafortunado. Imposible era para el mundo medieval que la tierra fuera redonda. Más bien deberíamos hablar de «poco probable», muy «poco probable» ó descartado por la evidencia actual.

No voy a contradecir las palabras de tres especialistas, ni más faltaba. Aunque debemos partir de la base de que nunca supimos qué tipo de cáncer afectaba a Chávez, la presentación rápida, el fracaso terapeútico y la ausencia de tecnología que lo permita,  descartan la posibilidad de un ataque al mandatario venezolano.

Ahora bien, ¿es posible inocular cáncer a un ser vivo?. Como bien dicen los oncólogos, si se inyectan células cancerígenas a un mamífero, lo más probable es que nuestro sistema de defensa actúe. Entre el sistema encontramos a las células asesinas naturales (células NK). Células como estas patrullan por nuestro organismo y ante la presencia de una con características anormales inmediatamente dan aviso al resto de defensores para que la destruyan de manera controlada. Esto pasa todos los días dentro de nosotros sin necesidad de inoculación. Casi siempre es efectivo. En otras ocasiones las células malignas se reproducen tan rápido que es imposible controlarlas.

Hasta ahora en humanos no se ha demostrado que el cáncer sea contagioso y por lo tanto susceptible de ser inoculado. Pero sí en otros mamíferos. El famoso demonio de Tasmania se ha visto en peligro desde la aparición en 1995 de tumores faciales deformantes. El problema ha sido tan grande que ha llevado a la especie a punto de la extinción; los tumores crecen tanto que no le permiten al animal alimentarse o respirar lo que lleva a su muerte. Los investigadores observaron que el tumor se esparcía entre la especie como cualquier enfermedad infecciosa. Los animales sanos que tenían contacto con los enfermos se infectaban del cáncer a través de mordidas, dada la agresividad de la especie. Numerosos experimentos buscaron el agente causal, incluyendo virus, bacterias, hongos, parásitos y toxinas. Ningún agente fue encontrado. Finalmente, Anne Pearse y su equipo lograron demostrar que la línea celular cancerígena era realmente infecciosa, provenía de una hembra afectada cuyo material cromosómico fue encontrado en todas las tumoraciones de los demás animales con la enfermedad. Un descubrimiento asombroso con implicaciones futuras para los mamíferos en general.

Por otra parte, si bien es hoy improbable inocular cáncer en un humano, no es imposible inocular virus cancerígenos. Existen varios de estos virus que se han asociado a la presencia de varios tipos de cáncer en humanos. El ejemplo más mencionado es el del papiloma, que aumenta el riesgo de padecer cáncer de cuello uterino,  ano, pene y orofaríngeo. También encontramos el virus de Epstein- Barr asociado a algunos tipos de linfoma. El virus linfotrópico humano se relaciona con algunas leucemias y el herpes con el sarcoma de Kaposi. Las vías de entrada de estos virus son variables, desde la vía sexual hasta la sanguínea (transfusiones). Un virus como el linfotrópico humano en teoría podría ser inoculado con sangre contaminada. Sin embargo, cabe aclarar que la presencia del mismo no garantiza la formación de un cáncer, sólo aumenta la probabilidad y riesgo.

Estos hechos nos llevan a concluir que la inoculación directa del cáncer a un ser humano es hasta el día de hoy bastante improbable y su idea tiene, como bien dicen los oncólogos, un tinte paranoico. Y aunque puede estar parcialmente justificada, dados los antecedentes de la CIA para armar complots contra mandatarios de izquierda, no por eso deja de ser paranoica.

@lalepradejob

 

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