A la Palestra

Publicado el Juan Sebastián López M

La pandilla de Odebrecht

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Confesar $788 millones de dólares en sobornos destinados a acaparar obras públicas en 12 países de Latinoamérica da cuenta de una corrupción planificada y ejecutada desde la cúpula de la trasnacional.

En Colombia, Odebrecht, además de estar acusada de financiar de manera ilegal las campañas presidenciales de Santos-Vargas y Zuluaga-Holmes, confesó la entrega de $11.5 millones de dólares en sobornos para obtener contratos públicos. El gran socio de Odebrecht en Colombia es nada más y nada menos que Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico del país, muy favorecido por los gobiernos de Santos, Uribe, Pastrana, Samper y Gaviria. Varias de sus empresas participan en los principales megacontratos de Odebrecht en Colombia.

La Ruta del Sol II es un proyecto de $5.6 billones de pesos que hace parte de la vía que desde Bogotá conduce a la Costa. En el consorcio que se quedó con el negocio está Episol, empresa de Sarmiento Angulo. Por este contrato ya hay un ex viceministro preso y confeso, tras aceptar haber recibido un soborno para favorecer a Odebrecht y a sus socios.

Otro de los megacontratos de Odebrecht en Colombia es el de la navegabilidad del río Magdalena. Un contrato de $2.5 billones de pesos entregado dizque en una licitación con único proponente: Navelena, consorcio conformado por Odebrecht con el 87% y Valorcon con 13%. Acá también está Sarmiento Angulo. Corficolombiana, una de sus compañías, es la banca de inversión del proyecto y fue la encargada de gestionar el crédito del Banco Agrario a Navelena por $150.000 millones de pesos, supuestamente garantizados por medio de una fiducia con Fiduoccidente, otra empresa de Sarmiento Angulo. Esos recursos públicos que debieron destinarse a los productores agrarios, pero que fueron usados para pagarle deudas al Grupo Aval, hoy están perdidos.

Los dos proyectos suman unos $8 billones de pesos de plata de los colombianos que se les entregó de una u otra forma a Odebrecht y a Sarmiento Angulo para hacer de la construcción de bienes públicos un súper negocio de magnates.

Estos megaproyectos públicos que fueron “ganados” por Odebrecht y sus socios contaron con la asesoría de Néstor Humberto Martínez Neira. Con los más de veinte nombres con los que presenta sus oficinas de abogados y las de su familia, Martínez asesoró la entrega sin licitación del otrosí Ocaña-Gamarra al consorcio Ruta del Sol, intercedió para conseguir el contrato de estabilidad jurídica del mismo proyecto y una de sus tantas firmas fue asesora institucional de Navelena.

El ahora Fiscal Martínez Neira, miembro de Cambio Radical, llegó al ente acusatorio con el apoyo de la Unidad Nacional y el Centro Democrático, las principales fuerzas políticas involucradas en el escándalo de Odebrecht. Las probabilidades de que los máximos responsables de la corruptela queden en la impunidad aumentan con cada día que el Fiscal, haciendo burla del país, se aferra a un caso que nunca debió asumir.

Los profundos vínculos de Martínez Neira con los involucrados al haber sido abogado de Odebrecht y de Sarmiento Angulo, recolector de fondos para la campaña de Santos y después ministro de este gobierno hacen imperativo ya no solo que se separe del caso, sino que renuncie a su cargo. De lo contrario, los colombianos nunca vamos a conocer toda la verdad sobre la corrupción de Odebrecht.

A los ciudadanos nos corresponde dar un paso adelante. Desterrar de la cúpula del poder a los que han manejado el país desde el siglo pasado. Un combo, un club, una rosca, una pandilla que ha estado presente en todos los últimos gobiernos y que hace mucho tiempo decidió anteponer sus intereses a los del país, de tal forma que mientras a ellos les va bien pues se enriquecen con sobornos y ganan las elecciones, al resto del país nos va muy mal, pues se roban los recursos públicos, no hacen las obras y nos gobiernan de la peor manera.

En 2018 no hay que convencerlos de que cambien y sean honestos, de que la corrupción es un virus que se carcome al país. Ellos lo saben. Lo que tenemos que hacer es derrotarlos.

No se me olvida: al país le hace falta más movilización, pero no detrás de uno u otro de los mismos con las mismas.

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