Luego de tener algunas charlas productivas con varios de mis mejores amigos puedo llegar a la conclusión que muchos hombres no sé dan ni por enterados si nosotras llegamos a sentir el más profundo y agradable orgasmo o simplemente fue un ¿ya, eso fue todo?
El cuento del “mero macho” se lo creen en su totalidad. Están tan seguros de lo que “sentimos” que no se alcanzan a imaginar lo que rodea nuestra mente después y durante el acto sexual.
Cuando dicen que entender una mujer es muy complicado, tienen toda la razón. Pero si se trata del tema de hacer el amor, tener sexo, coger, tirar o como lo quieran llamar, podemos llegar a ser más complicadas de lo que parecemos.
Una tarde estaba en la oficina y de momento llegó “Patricio” estaba en un drama absurdo porque había acabado la relación con la nena que estaba saliendo. Fuimos a tomar café y resultamos hablando de este tipo de cosas, que no son agradables de contar tan abiertamente a todo el mundo pero que con él existe esa confianza.
Le pregunté por su vida sexual con esa persona que le había roto el corazón en mil pedazos y su cara cambio al instante. La conversación se centró en eso y se tornó un poco picante.
Palabras, risas van y vienen. Él con su prepotencia de ser el macho re macho que la satisfacía en su totalidad y con su ego volando no se percataba que las mujeres somos expertas para hacerlos sentir bien sin necesidad de llegar a nada.
Llegó la pregunta ¿a ti quién te garantiza que en realidad cumpliste sus deseos? Quedó de una sola pieza. Se puso pálido, empezó a tararear, le sudaban las manos en su afán de hacerme entender y más aún que le creyera.
Yo en mi posición de fémina controladora le dije: tranquilo, te entiendo perfectamente. Y empecé con el discurso que solo se pueden dar entre amigos.
Sé que en muchas reuniones entre amigos, dan por sentado que nos hicieron ver estrellas, alardeando del montón que han pasado por su cama.
Hombres ¡entiendan!, no siempre nos sentimos complacidas y eso es un punto negativo para ustedes y para la relación. Que ustedes estén sintiendo placer no significa que nosotras, obligatoriamente, estamos sintiendo lo mismo.
Sépanlo, no necesitamos llegar al orgasmo para sentirnos realizadas. Si realmente es amor o estamos disfrutando y obteniendo placer, podemos satisfacer al otro, no somos egoístas, ustedes sí.
Con esto no quiero decir que todos los hombres sean iguales (Sarcasmo).
Lo que quiero es explicar el por qué muchas relaciones se acaban sin razón alguna. Y sí, un punto clave es el sexo.
Si no tenemos un complemento de pareja a la hora de estar íntimamente, estaremos buscando alguien que en realidad se preocupe por hacernos sentir bien, que se preocupe por lo que nos gusta y no.
No es que pregunten todo o que dejen de hacer cosas porque no saben nada. NO.
Somos una cajita de sorpresas, hay días que nos gusta suave, otros duro, otros con amor, otros solo sexo, otros en los que queremos las consentiditas antes de, otros que es solo a lo que vinimos y ya. No es responsabilidad de ustedes que sepan exactamente lo que queremos en días específicos, pero tampoco se den por vencidos.
Así como sabemos perfectamente fingir placer, también es evidente cuando en realidad nos gustó y nos sentimos extasiadas. Tampoco se la den de machos re machos porque no todas las veces que tenemos sexo nos gusta. Hay días de días.
Otra cosa, por favor para tener en cuenta, ¿Quién dijo que después de tener una faena se debe preguntar si nos gustó o no? Créanme, en muchas ocasiones no seremos capaces de dejarles el ego en el piso. Además es un momento inoportuno.
Se nos nota, mucho. También depende del tipo de relación que tengamos con el susodicho. Por ejemplo, si es con nuestra pareja estable (más de un año) no nos va a importar mucho y no damos trascendencia, aunque si es muy seguido esta situación lo van a terminar sabiendo o simplemente decimos: next! Si es con el amigo con derechos con el que la relación es solo para estar íntimamente, se nos va a notar.
Nos tiemblan las piernas, quedamos exhaustas y solo queremos más y más. Ojo, no todas las mujeres llegamos de igual manera. Pero si por el contrario, quedamos ¡plop! Y a dormir, sin besito de despedida ni nada… mi querido amigo haz fracasado.
Por otro lado, mujeres ¡Entiendan! Si los hombres no se preocupan por satisfacerlas, sino que llegan hacen su trabajo y adiós que no te conozco, tal vez eres la culpable. Tal vez eres la que siempre está dispuesta y ellos aprovechan aunque sepan que eres un “jamón pietran”.
Por último, dejen el afán por querer sentir o experimentar solos. Dejen el afán por pensar por los demás, preocúpense por sus parejas, por lo que quieren, lo que desean.
En una pareja estable de varios meses o incluso años se puede ir conociendo claramente lo que nos gusta a ambos. Y si es una pareja de amigos con derechos, es más simple, se tiene la libertad para expresar lo que gusta o no.
Anímense a crear este tipo de conversaciones con sus parejas, pero por favor no antes, durante o después de tener sexo. Ya lo que fue, fue.