300 GOTAS

Publicado el Bastián Baena

Como Neruda, me bebería todo el mar

No tiene sentido que nuestro planeta azul haya sido bautizado Tierra, cuando bien pudo haber sido conocido como Agua. En la Tierra no hay escasez de agua, hay escasez de agua dulce. Apenas un 3% de esa tercera parte de agua que recubre el globo, es agua dulce, y la mayor parte de esa agua se encuentra en estado congelado.

Extraerle la sal al agua no es un asunto reciente. Existen miles de plantas desalinizadoras en más de 150 países produciendo el agua de la que dependen 300 millones de personas. Y, sin embargo, la mayor parte de estas aguas desalinizadas se emplean en el riego de cultivos.

Un método casero de desalinización consiste en hervir el agua salada y aprovechar las gotas producidas por el vapor. Estas gotas son dulces ya que la sal quedará sedimentada en el fondo del recipiente.

A gran escala el método más empleado no varía mucho. Se le conoce como destilación bruta. Es el más común y costoso en términos energéticos, económicos y ambientales. De cien litros de agua salada se producen un poco más de diez litros de agua potable. Además que este método deja un residuo de salmuera concentrado difícil de desechar.

Las nuevas tecnologías prometen reducir los requerimientos para las tareas de desalinización. En Alemania desarrollaron un método más sencillo inspirándose en la tecnología absorbente de los pañales.

Conseguir potabilizar el agua de mar es una de las posibles soluciones ante la urgente escasez de agua dulce en nuestro planeta. No es lo más recomendable en términos ambientales, pero garantizaría la dotación suficiente para todos los habitantes del mundo. Todo parece apuntar a que el ser humano irá eliminando paulatinamente la sal de los mares para convertirla en agua de consumo propio.

Se trata de la aspiración terrestre de Neruda: “Me comería toda la tierra. Me bebería todo el mar”.

Desalinating the seas

It makes no sense to have baptized our blue planet as “Earth”, when it should have been known as “Water”. There is no shortage of water on Earth, there is shortage of fresh water. Only 3% of the water that covers the globe is fresh water, and most of that water is in a frozen state.

Extracting the salt out of water is not a recent issue. There are thousands of desalination plants in over 150 countries, producing the drinking water that 300 million people depend on. Yet most of this desalinated water is used to irrigate crops.

A home desalination method involves boiling salted water and using the droplets produced by steam. These drops are sweet because all the salt settles at the bottom of the container.

On a large scale, the method does not vary much. It is known as crude distillation. It is the most common and most costly in terms of energy, economy and also for the environment. From hundreds of liters of seawater only a little more than ten liters of drinking water are produced. In addition, this method leaves a residue of concentrated brine which is difficult to dispose.

New technologies promise to reduce the requirements for desalination. In Germany, a simpler method was developed, inspired by the absorbent technology of diapers.

Purifying sea water is one of the possible solutions to the urgent shortage of fresh water in our planet. It’s not the best alternative in environmental terms, but it would ensure adequate supplies for the whole world’s inhabitants. Evidence suggests that humans will gradually eliminate sea water’s salt to make it good for their own consumption. In other words, it can be predicted that humans will eventually drink up the sea.

Fuente: UNAM (Mex) / ABC.es / cubasolar.cu

 

Fotografía: minube.com.ar
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