Hace veinte años Nueva Delhi contaba con la mitad de sus habitantes. La ciudad no planificó un sistema público que pudiera proveer agua a 17 millones de personas, y ante la escasez cotidiana el tráfico ilegal se convirtió en una solución tolerada por las autoridades. En una sociedad reconocida por su tremenda desigualdad, el problema parece afectar a pobres y ricos por igual. Algunos barrios de clase alta sólo cuentan con agua por un par de horas al día.
Miles de tanquetas cargadas con agua se movilizan al interior de los barrios capitalinos. Estas tanquetas portan insignias falsas con las que simulan trabajar para la empresa estatal. El agua es extraída de las mismas reservas públicas. Para lograrlo, esta mafia soborna a policías y corrompe a los conductores de la empresa estatal, terminando por explotar y distribuir el agua que de todas formas se está necesitando.
Tratándose de una ciudad con más agua per capita que París, el gobierno asegura que esto no corresponde a una crisis, y que bastaría con poner en marcha un par de proyectos que consigan brindar una solución en el transcurso del tiempo. Pero la escasez es inmediata. Cada vez son más los que se la juegan a cavar su propio pozo para bombear el agua desde el subsuelo. Sin embargo esta práctica ha terminado deteriorando la capa freática y empieza a convertirse en una amenaza ambiental.
Las tanquetas estacionan en cada locación durante quince minutos. A causa del calor, el servicio público volvió a colapsar. Las personas llevan horas esperando. La tanqueta aparece desplegando mangueras a su alrededor, mientras una muchedumbre armada con baldes y recipientes se abalanza sobre ella para exprimirla. La gente se pelea para poder satisfacer la necesidad vital que le garantizará estar mañana mismo peleándose por otros dos litros más.
The water mafia attacks with tanks and hoses
Twenty years ago, New Delhi had half of its inhabitants. The city did not plan a public system that could provide water to 17 million people, and because of the daily shortages, smuggling became a tolerated solution for the political authorities. In a society renowned for its tremendous inequality, the problem seems to affect rich and poor people alike. Some upper class neighborhoods only have water for a couple of hours a day.
Thousands of tanks filled with water move each day into the capital’s neighborhoods. These tanks carry fake badges to simulate being from the state company. Water is extracted from public stocks. To achieve this, the water mafia bribes policemen and drivers of the state enterprise in order to exploit and distribute the water that is needed anyway.
Being a city with more water per capita than Paris, the government argues that this is not a crisis, and that it would be sufficient to launch a couple of projects to provide a long term solution. But scarcity is immediate. More and more people are digging their own well to pump groundwater. However, this practice has damaged the natural system and is starting to become an environmental threat.
The tanks park at each location for fifteen minutes. Because of the heat, the public utility has collapsed once more. People have been waiting for hours. The tank finally appears and displays hoses around, while a mob armed with buckets and containers pounces on it to squeeze its content. People fight to satisfy their vital need in order to ensure that tomorrow they will be fighting again for another two liters.
Fuente: bigstory.ap.org / The Times of India

Aporta información para 300 palabras más a través de nuestra página en Facebook
Curiosidades, datos y estadísticas a través de Twitter: @300gotas
Haznos llegar tus comentarios a nuestro correo [email protected]