300 GOTAS

Publicado el Bastián Baena

El ingenio humano logró domar las aguas

Monumentos del progreso y proezas de la ingeniería moderna, las estructuras más grandes de concreto del mundo tienen como misión la de someter la fuerza de los ríos. Empleando más cemento del que nunca se había utilizado, millones de toneladas de hormigón con diseños de arcos y contrafuertes con armaduras de acero, resisten el empuje demoledor de las aguas.

A lo largo de la historia todas las civilizaciones han aprovechado el río antes de que éste alcance el mar, y las represas han sido la mejor manera de explorar las distintas formas de potencializar el agua.

Desde hace milenios venimos fabricando muros de contención a base de piedra y tierra para retener y almacenar el agua que se acumula durante las épocas de abundancia. Las presas más primitivas también tenían el propósito de desviar el cauce de los ríos para conducirlos hacia embalses de aprovisionamiento. Pero desde hace un par de siglos las civilizaciones encontraron otras posibilidades que podía ofrecerles el control de las aguas, y fue así como se construyeron los primeros molinos que a la larga inspirarían las novedosas centrales hidroeléctricas.

El ser humano emplearía el agua para hacer luz; la potencia de las aguas movería turbinas hidráulicas que a su vez transmitirían la energía mecánica a un generador de electricidad. La energía hidroeléctrica aporta una quinta parte de la energía eléctrica total del mundo, donde China produce casi la mayor parte.

A pesar de ser más limpia que la energía producida por la carburación de combustibles fósiles, las presas representan un trastorno ecológico y social, ya que para la construcción de estas represas es necesario inundar los hábitats donde abundaba la biodiversidad de especies, además de obligar al desplazamiento territorial de pueblos enteros y aquella pérdida invaluable que representa anegar sitios arqueológicos y de considerable interés cultural.

Taming water

Monuments of progress and prowess of modern engineering, the largest concrete structures in the world have the mission to retain the power of rivers. Using more cement than ever before, millions of tons of concrete reinforced with steel resist the crushing pressure of water.

Throughout history, every civilization used rivers before they reach the sea, and dams have been the best way to explore energetic alternatives of water.

For millennia we have been making retaining walls of ceramic and stone for storing water that accumulates during times of plenty. The earliest dams were intended to divert the course of rivers and lead them to reservoirs. A couple of centuries ago, civilizations started trying to find other possibilities offered by the control of water, and this is how the first mills that inspired hydroelectric plants were built.

Humans use water to produce electricity. In order to do so, we use the power of water for moving hydraulic turbines which generate mechanical energy. Hydropower contributes a fifth of the total electric energy production, and China is the largest producer in the world.

Although this energy is cleaner than the product of burning fossil fuels, dams represent an ecological and social disorder. Because for the construction of these dams it is necessary to flood the natural habitats of animal species, force the displacement of entire villages and drown areas of invaluable cultural and archaeological interest.

Fuente: thc.com / fierasdelaingenieria.com

 

Fotografía: ingenieriacivilglobal.wordpress.com

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