En algunas regiones encontramos como una especie de pozos naturales a los que se les ha clasificado con el nombre de cenotes. Los más famosos los ubicamos a lo largo de las penínsulas de la Florida y de Yucatán, así también como hacia el otro extremo del mundo, en las prometedoras tierras australianas.
Los cenotes se formaron durante los glaciares del Pleistoceno, en una época donde el nivel de los mares bajó considerablemente. Constituyen una compleja red fluvial subterránea donde el agua marina (de mayor densidad) acaba mezclándose con el agua dulce. A partir de cierta profundidad, el agua dulce entra en contacto con agua salada, en un proceso que recibe el nombre de haloclina.
En maya traduce “hoyo con agua”. Es literal. Se trata de un lago de origen cárstico, es decir, originado por meteorización química de algunas rocas solubles en agua como la caliza y el yeso. Cavernas con una estructura circular. Concavidades, dolinas, cámaras subterráneas que durante milenios se fueron llenando del agua infiltrada por las lluvias. A medida que el agua asciende en el interior de estos avernos, las estructuras de su techo comienzan a fragmentarse para abrirle paso al agua que quiere aflorar sobre la superficie.
Es así como los cenotes más jóvenes son aquellos que aún permanecen subterráneos, al semidescubierto, en el interior de una gruta. Con el paso del tiempo el agua hará colapsar su cúpula y el viejo cenote revelará los colores genuinos del agua alterada por efectos de la haloclina.
Lugares sagrados para la civilización maya, y en donde incluso se llevaban a cabo rituales de sacrificios humanos, están siendo rellenados con escombros o convertidos en pozos sépticos, el lugar a donde una nueva sociedad acude para celebrar el ritual de no saber qué tratamiento darle a sus residuos y desechos.
Fuente: xenotes.com / aquaworld.com
Aporta información para 300 palabras más a través de nuestra página en Facebook
Curiosidades, datos y estadísticas a través de Twitter: @300gotas
Haznos llegar tus comentarios a nuestro correo [email protected]
Bastián Baena
Corriente Colectiva que se nutre de artículos y reflexiones en torno a un único tema: el agua. Trescientas gotas solidificadas en palabras. Historias, reseñas, noticias y denuncias que abordan todos los acuosos perfiles del asunto. El reto que representa para nosotros como sus custodios, los problemas que enfrenta y las soluciones que aporta. Que cada gota sirva para construir un río, que juntos labremos la ruta que nos llevará hasta el mar. Acércate a la orilla. Déjate arrastrar por la corriente.