No es que se trate de un sabor meloso o acaramelado que se pueda degustar en el agua. Por descarte hablamos de las aguas no saladas, las aguas que no están en los océanos y que representan un mínimo porcentaje del agua disponible en nuestro planeta. La mayor parte de estas aguas está congelada en los grandes témpanos polares, los hielos y glaciares, y otra gran parte se encuentra sumergida bajo tierra acumulándose en los acuíferos subterráneos. Apenas una porción superficial es perceptible en nuestras fuentes, lagos y ríos.
El agua dulce es una manera de nombrar al agua potable, aquellas aguas que podemos consumir y por lo que también se le conocen como las “aguas blancas”, esas agua que son definitivamente salubre, inodoras, insaboras, incoloras y enteramente pura.
Estas aguas contienen cantidades mínimas de sales disueltas y no poseen ningún sólido, y proceden en principio de la precipitación de vapor de agua atmosférica que nutre los ríos y lagos por medio de las nieblas y las lluvias, o bien proceden del descongelamiento de las encumbradas nieves de los cerros más altos.
Varios métodos se están empleando para transformar el agua salada en agua dulce, sin embargo estos procesos acaban contradictoriamente contaminando muchas fuentes de agua potable, por lo que aún es inviable una desalinización del agua con técnicas de eficiencia y sostenibilidad.
Mientras siga siendo limitada nuestra reserva de agua, vale la pena por una cuestión lógica cuidar y velar de ese recurso que es el más importante tesoro para seguir garantizando la vida planetaria.
De nosotros depende mantener este dulzor metafórico de nuestra agua, mantener esa blancura y transparencia en todos los manantiales y fuentes, erradicar con consciencia todas las tantas amenazas por las que peligra la pureza del agua y la supervivencia de todos los ecosistemas terrestres.
Fuente: importancia.org / rincondelvago.com
Fotografía: depositphotos.com
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Bastián Baena
Corriente Colectiva que se nutre de artículos y reflexiones en torno a un único tema: el agua. Trescientas gotas solidificadas en palabras. Historias, reseñas, noticias y denuncias que abordan todos los acuosos perfiles del asunto. El reto que representa para nosotros como sus custodios, los problemas que enfrenta y las soluciones que aporta. Que cada gota sirva para construir un río, que juntos labremos la ruta que nos llevará hasta el mar. Acércate a la orilla. Déjate arrastrar por la corriente.