Yo veo

Publicado el Diego Leandro Marín Ossa

Una canción para Philip Seymour Hoffman

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«Cómo me ha dolido tu muerte ángel robusto y alado, que tras la pantalla me salvaste tantas veces sin saber de mi existencia»

 

Escuchas*

Escuchas esa voz,
Te dice: anda.

¡Ahora para!

Escuchas esa voz:
Todos los días de tu vida
de tu corta y pequeña vida
dijiste yo quiero yo puedo yo soy.
Nada de eso es verdad,
nada es real.

Esa voz te dice que digas y lo dices,
esa voz te dice que hagas y lo haces.
Esa voz ordena tus pensamientos:
Los ruines y los nobles.

Que un día vendrán tus culpas y enloquecerás,
que si acaso tienes la oportunidad redimirás una porción de pecado.
Nada que hacer, ya naciste sin perdón.

Escuchas esa voz y te extravías:
Creíste encontrar el camino (no es ese),
pensabas que llegaría el fin (pero aún no),
sabías que esa pequeña felicidad de la que eres esclavo
era el fruto de tus convicciones (y la decisión no es tuya)

Así es
y así será
tu camino, tu relato, tu propia historia.
Tejida de instantes,
parpadeos, algunos aplausos,
palmaditas en la espalda,
recuerdos que desvanecen,
olvidos mutuos.

Te dijeron algún día todos se van y así fue.
Te enseñaron, te dieron consejo. Hiciste lo mejor que podías.
Ahora ve,
anda.
El tiempo se acaba
Muere.

 

(*Publiqué por primera vez este escrito en mi Facebook el 7 de octubre de 2013, en un homenaje a Sarah Kane (Psicosis 4:48) y a Charlie Kaufman (Synecdoche, New York), protagonizada por Philip Seymour Hoffman, ahora los dueños de este texto son esos tres ángeles, uno de ellos aún vive)

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