El 13 de julio de 1985 Lucho Herrera entró a Saint Etienne bañado en sangre. Se había caído en un la penúltima bajada y llegó a la meta triunfante con la cara marcada por cuatro rayas de sangre que se habían secado en su rostro. Fue en la etapa 14 del Tour de ese año. Es una de las imágenes... Ver post completo.
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