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Dilemas de Solteras: ¿Las inteligentes no se casan?

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En días pasados empezó a rodar en las redes sociales, un artículo que se titula Cuanto más inteligente es la mujer más le cuesta casarse, afirman estudios, entonces como efecto bola de nieve, muchas de mis amigas solteras, treintañeras y que tienen un alto coeficiente intelectual, empezaron a postearlo a fin de justificar su estado civil. Como si tuvieran que explicarle al mundo porque tienen más de 30 y no se han casado.

Dani, una de ellas me llamó preocupadísima y dijo a manera de chiste, que estaba pensando en no hacer la maestría que tenía planeada. Si nada más, con un pregrado le era difícil encontrar un novio, ahora que se convirtiera en una fémina más preparada, le sería casi imposible conseguir un marido.

Me reí durante 5 minutos de su loca suposición y luego le dije: no seas pendeja, ¿O es que acaso yo me volví bruta, porque ahora tengo pareja?  No señorita, ni en broma puedes dudar de tu sueño profesional simplemente porque tienes que encontrar a un sujeto al que no debes intimidar con tu inteligencia.

Dani me interrumpió con un: cálmate que mi comentario fue sarcástico, yo no voy a renunciar a mi maestría, solo que me inquietó un poco esa alarmante cifra de aquel artículo, 40% menos de probabilidades de casarme. 

Sin embargo era demasiado tarde, la viejita cantaletosa que vive en mí, estaba a punto de dar un discurso, así que empecé con un resumen para dummies de la “historia de la soltería volumen 1”.

En otra época, un grupo de pioneras empezaron a promover movimientos para exigir su derecho a la educación, formando un zaperoco bien grande para que las mujeres pudieran ingresar a las universidades pues en aquel entonces se pensaba que no era necesario que una fémina estudiara porque sus roles establecidos eran ser madre y esposa ejemplar.  Es decir su tarea en el mundo era cuidar de los demás y reproducirse. Su prestigio social dependía del susodicho que tuviera al lado, como si ella sola no bastara para ser considerada una persona completa.

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Con la revolución industrial y las terribles guerras que obligaron a los hombres a pelear por sus países, se propició que las mujeres salieran de sus hogares y los reemplazaran en las fábricas, así que algunas de ellas empezaron a sentir un poco de libertad al manejar por primera vez su propio dinero sin tener que depender de un tipo. Las que estaban casadas tenían una situación bastante dura, pues salían de las plantas a seguir el trabajo en sus casas atendiendo a la familia. Por lo tanto varias librepensadoras empezaron a creer que la soltería podría ser un buen estado civil. Obvio que no les tocó nada fácil, tenían más independencia pero eran consideradas rebeldes y su reputación fue puesta en duda ya que no gozaban del mismo estatus que tenían las féminas casadas.

Mi querida Dani, lo triste de la historia es que tenemos sondas espaciales, robots meseros en Tokio y el mundo se digitalizó, sin embargo todavía es complicado ser una mujer autónoma porque las malas mañas de tiempos pasados aún se mantienen: como el acoso social, la fecha de vencimiento para las mayores de treinta o la de moda hace algunos años, que si eres inteligente o fuerte entonces no eres tan atractiva ya que a la mayoría de los tipos les gustan las morrongas, o aquellas que les recuerdan a su mamá, según lo dicho en el famoso artículo ese que leíste.

Así como para algunas es importante casarse antes de los 25, para otras su prioridad son los estudios y cualquiera de las dos opciones está bien, ninguna es más boba o más sabia, ni mejor o peor, lo importante es que sean felices con el camino escogido. Y nadie debería juzgar a las que eligen dedicarse a su carrera, por el simple hecho que cada quien hace con su vida lo que le dé la gana.

El problema no es la inteligencia de la mujer sino alguna parte de la sociedad que no termina de adaptarse a este rol de poder femenino. Pienso que es absurdo creer que el amor y la profesión son como perros y gatos que no pueden verse ni en pintura, tengo muchas amigas exitosas en sus trabajos y que también son esposas felices, lo uno no tiene por qué ser obstáculo de lo otro. Y reconozco que no hay que generalizar, así como hay hombres que se sienten apabullados con las féminas brillantes, hay otros seguros de sí mismos, que están orgullosos de tener a alguien talentoso a su lado. Tampoco niego que muchas mujeres con sus rollos en la cabeza y en el corazón, pasaron de ser fuertes a ser agresivas y obvio que el camino no es por ahí, no hay que competir sino compartir, esto es clave para formar un buen equipo, una relación en donde ambos aporten y se complementen.

Dani, tu deberías estar feliz pues has tenido la oportunidad de escoger la vida que quieres, de estudiar lo que te apasiona, de tirar, de viajar y de hacer esas pequeñas cosas que a veces no valoras por andar pensando en un tipo que todavía no ha llegado a tu vida y  que ni siquiera conoces.

Tienes que entender que no todas encontramos al elegido, a la misma edad ni en las mismas circunstancias y a algunas sencillamente no les interesa que aparezca. Y si quieres formar una familia hazlo porque es tu deseo y no por la presión social o porque ya cumpliste 34 y te entró el afán.

Cuando pensé que estaba hablando sola y que Dani me había colgado el teléfono, escuché su ronca voz al otro lado diciéndome, oye deberías escribir todo eso que me dijiste.

Y bueno, eso hice.

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