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Publicado el El Mal Economista (EME)

Pensiones en Colombia: un verdadero suplicio

Un tema que genera bastante inquietud entre la generalidad de la población colombiana tiene una íntima relación con el sistema general de pensiones. Esto, debido a que muchos desean pensionarse después de una agotadora vida de cotizaciones aquí y allá, pero la consecuencia sui generis es que no existe una garantía ni real ni cierta que ampare un ingreso razonable durante su vejez, cuando no sea laboralmente activo, o cuando sufra un accidente laboral que lo deje notablemente disminuido. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en “Colombia, solo el 30% de la población empleada está cubierta por un plan de pensiones”1.

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Fuente: https://pixabay.com/es/monedas-moneda-inversi%C3%B3n-seguro-1523383/

Por: Fabián Andrés Hurtado

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Un tema que genera bastante inquietud entre la generalidad de la población colombiana tiene una íntima relación con el sistema general de pensiones. Esto, debido a que muchos desean pensionarse después de una agotadora vida de cotizaciones aquí y allá, pero la consecuencia sui generis es que no existe una garantía ni real ni cierta que ampare un ingreso razonable durante su vejez, cuando no sea laboralmente activo, o cuando sufra un accidente laboral que lo deje notablemente disminuido. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en “Colombia, solo el 30% de la población empleada está cubierta por un plan de pensiones”1.

Pero para conocer por qué el Sistema General de Pensiones no asegura una cobertura real y cierta a una población vulnerable debemos, brevemente, conocer cuáles instituciones lo integran.

Primeramente, es pertinente afirmar que el sistema con el que cuenta Colombia se puede denominar como contributivo, en el entendido de la existencia de una obligación por parte de las personas afiliadas, que en este caso sería la cotización, y una finalidad por parte de las entidades administradoras, que vendría siendo el pago de la pensión. Palabras más, palabras menos, los ingresos de dichas entidades administradoras son las cotizaciones y los egresos son las pensiones. Plasmado el anterior esquema, la ley colombiana ha establecido los regímenes de prima media con prestación definida y ahorro individual con solidaridad.

El régimen solidario de prima media con prestación definida es aquel sistema que se encontraba reinando con anterioridad a la expedición de la Ley 100 de 1993. La cotización consiste en pagar una prima promedio por parte de la población, de manera que posteriormente se puedan cumplir contingencias por concepto de pensiones. El régimen de ahorro individual con solidaridad es un sistema nunca visto en Colombia, el cual consiste en financiar la pensión a través de una cuenta individual de ahorro, dirigida por la entidad correspondiente. Como consecuencia de esto, cada afiliado financia su propia pensión.

Criterio Régimen de prima media con prestación definida Régimen de ahorro individual con solidaridad
Reconocimiento de pensión Se garantiza la pensión si se cumplen plenamente los requisitos legales: tiempo y edad. Se garantiza la pensión, pero no por el tiempo de cotización del afiliado ni por la edad, sino que depende única y exclusivamente de la cantidad de dinero ahorrada en la cuenta de ahorro pensional.
Aportes Los aportes o cotizaciones van a un fondo común manejado por la entidad administradora, del cual también salen los recursos pensionales. Los aportes no son dirigidos a un fondo común, sino que son depositados en la cuenta de ahorro del afiliado. Con lo recogido en esa cuenta, se financiará exclusivamente cada pensión.

Ambos sistemas cuentan con graves inconsistencias que producen un tambaleo en toda la economía del país. Por una parte, el régimen de prima media cuenta con un enorme déficit fiscal, en palabras de Santiago Montenegro2, presidente de Asofondos. Las reservas se acabaron alrededor de 2004 y, desde entonces, parte del presupuesto nacional se destina para el pago de pensiones. En 2017, de los 224,7 billones del presupuesto, 38,2 billones serán destinados para el pago de las mismas. Es el sector que cuenta con más presupuesto, a diferencia del sector de Defensa y policía que cuenta con 29,5 billones, el sector de la salud que cuenta con 21,4 billones o el sector de la educación que cuenta con 33,5 billones.

Como puede verse, no resulta lógico, ni tampoco viable, que en un sistema contributivo la pensión no provenga de las cotizaciones, sino que el Gobierno tenga que destinar parte del PIB para poder cubrirlas. Ahora bien, parecería que con el aumento de cotizantes se solucionaría el déficit, pero la realidad va mucho más allá y se encuentra íntimamente relacionada con una mejora en todas las calidades y aspectos del empleo. Y es que, según una publicación del BID denominada Panorama de las Pensiones: América Latina y el Caribe3, las contribuciones al sistema pensional son bajas:

…aproximadamente 130 millones de trabajadores no contribuyeron durante 2010 a un esquema pensional para la vejez. Esta situación se acentúa especialmente en algunos países andinos y de Centro América (Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Perú), donde menos del 20% del total de la fuerza laboral está contribuyendo. En otro grupo de países, algunos de ellos entre los más dinámicos de la región (como Colombia, República Dominicana y México), solamente entre un 30% y un 40% de los trabajadores contribuyen. Por último, en la mayoría de los países de ingresos más altos según los estándares regionales (como Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay), lo hacen entre un 50% y un 70%.

Sumado a esto, se encuentra la enorme brecha en las pensiones que otorga Colpensiones a sus afiliados. Carmen Pagés, representante del BID, aseveró que el sistema de pensiones colombiano es un Robin Hood, pero al revés: le quita el dinero a los menos favorecidos para dárselo a las personas de mayores ingresos4.

Por otro lado, el régimen de ahorro individual también cuenta con dificultades que obstaculizan su total e íntegro desarrollo. Principalmente pensionan pocas personas con relación a la cantidad de pensionados de Colpensiones. Además, no toda la cantidad depositada en la cuenta de ahorro va destinada a la pensión: de esa cuota se sacan unos gastos, tales como comisiones de administración, para primas de seguros de invalidez y sobrevivientes. La jefa de la división de mercados laborales y seguridad social del BID, Carmen Pagés, señaló que este no es un sistema de pensiones, es un sistema de ahorro.

En conclusión, una reforma pensional se torna prioritaria y urgente. Pero esta vez debe realizarse acorde a mapas y lógicas financieras que tracen el camino hacia una cobertura incluyente. Que las ineficacias estructurales, tanto de un régimen como del otro, se vean disminuidas en el marco de que ambos sean complementarios entre sí.

Bibliografía

  1. (s.f.). Aumentando la cobertura de pensiones en Colombia. Recuperado de: http://www.iadb.org/es/temas/gobierno/aumentando-la-cobertura-de-pensiones-en-colombia,8973.html
  2. (s.f.). Panorama de las Pensiones: América Latina y el Caribe. Recuperado de: https://publications.iadb.org/bitstream/handle/11319/6892/Panorama_de_las_Pensiones_America_Latina_y_el_Caribe.pdf
  3. Montenegro, S. (30 de mayo de 2017). El enorme hueco fiscal que marca la realidad pensional del país. El Tiempo. Recuperado de: http://www.eltiempo.com/economia/sectores/problemas-del-sistema-pensional-de-colombia-explicados-por-santiago-montenegro-93438

Sáenz, J. (23 de abril de 2017). “El sistema pensional público es un Robin Hood al revés”: BID. El Espectador. Recuperado de: http://www.elespectador.com/economia/el-sistema-pensional-publico-es-un-robin-hood-al-reves-bid-articulo-690602

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