Sentimiento Embajador

Publicado el sentimientoembajador

¿Y en donde están, que no se ven?

Millonarios muchas veces ha sido justamente criticado, pero precisamente ahora, cuando los resultados deportivos por fin se están dando, cuando la mayoría del plantel parece haber encontrado su rumbo en la cancha y cuando el técnico parece haber afianzado una nómina titular, resulta por lo menos sorprendente ver como la afición se ha alejado de las graderías de manera alarmante.

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Razones pueden existir muchas y se escuchan permanentemente por los pasillos del estadio, en conversaciones con amigos  e incluso a través de transmisiones radiales y televisivas.  La primera que está rondando en el ambiente son los elevados costos de la boletería; luego viene la excusa del horario de la mayoría de los partidos, es decir sábados a las 3:00 p.m. y por último dentro de las más repetidas, está el tema de la presencia y actitud de las barras bravas.

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En primer lugar, el precio de la boletería es más que justificado.  Recordemos que estamos casi a punto de completar un año en el que el estadio El Campín ha tenido reducida su capacidad por las obras de remodelación.  Es apenas lógico que debe haber un incremento en los precios, pues el equipo debe seguir subsanando los gastos de una nómina a la que se le hicieron varias incorporaciones arrancando el año; también continúa pagando los elevadísimos costos que representa el abrir el estadio en términos logísticos y de impuestos; y por último el tema del precio se ha convertido en un válido cernidor de asistentes al escenario.

En el tema del horario estoy completamente de acuerdo.  Los sábados a las 3:00 p.m. es el peor horario que puede existir y ni siquiera es comparable con el de los viernes a las 7:30 p.m.  Las directivas deberían pedir, mientras se termina de instalar la iluminación del Campín jugar los domingos siempre, pues creo que lo que deja la transmisión de los partidos del sábado no compensa los pobres promedios de asistencia que estamos observando.

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Por último, hablar del tema del mal comportamiento de las barras de laterales me parece en principio que es un desconocimiento a todos los trabajos y esfuerzos que hacen entes como la Policía y Goles en Paz para tratar de solucionar y sacar adelante problemáticas que van más allá del fútbol pero que lamentablemente se han anidado no solo en las tribunas del Campín sino en todos los escenarios del país.  Es cierto que se han presentado repetidas escenas de vandalismo y violencia por parte de algunos de estos personajes que no deberían tener entrada a ningún estadio del país y que tendrían que ser judicializados sin excepción, pero ello no es excusa para que una de las hinchadas más fieles se esté retirando de las tribunas.

Viene el partido más esperado por muchos el próximo 23 de abril, el encuentro contra Nacional.  Es  hora de reaccionar y a partir de ese día llenar lo que esté habilitado de estadio.  Algunas voces oficiales dicen que para ese entonces la totalidad del escenario ya estará disponible, así que compremos las boletas con tiempo y no demos oportunidad para que suceda lo ocurrido el año pasado en el partido contra el América.

No puedo terminar esta columna sin hablar y reconocer las mejoras que ha tenido el equipo en todos los aspectos durante  el último tiempo.  Veo jugadores que se han metido en el rol que les corresponde, que corren ordenadamente la cancha, que son colectivos y solidarios y los resultados saltan a la vista, no solo en las victorias sino por ejemplo en la injusta derrota en Ibagué.

El técnico por fin ha mejorado en su tarea de hacer los cambios, excepto en la capital tolimense donde desarmó el equipo en la segunda parte, pero en términos generales ha ordenado la nómina, por fin tiene un equipo base y está dando las directrices adecuadas en el entretiempo y desde el banco.

Veo que la mano de las nuevas directivas, que están adelantando exitosamente el proceso de renovación de nuestro equipo ha traído paz y sosiego, y cuando hay quincenas al día y orden administrativo, los resultados se notan en el terreno de juego.  Bien por José Roberto Arango, Eduardo Silva, Nicolás García y Javier Álvarez, ese es el camino que debemos mantener.

Lo único que a mi no me cuadra en el Millonarios de hoy es la titularidad del señor Candelo.  Muchos dicen que ordena el equipo, que le da pausa, que maneja los tiempos… Para mi, el señor detiene el equipo, retrasa el juego, es errático y deambulante en la mitad de la cancha.  Ha tenido la oportunidad en tres partidos consecutivos… contra Santa Fe no lo hizo mal, enfrentando al Tolima su actuación lo sacó del partido (tal y como había ocurrido en Cali) y en el partido frente al Quindío no destacó un ápice.  Espero el regreso de Tancredi a ver si mejoramos en esa zona.

MI NOTA AL PIE. Un aplauso fuerte y sentido para todos los jóvenes que vistieron la camiseta del Quindío el sábado.  Más allá de la desobligante e irresponsable actuación de Hernando Ángel, estuvo la actitud gallarda de unos jugadores que quieren destacar y que lo hacen  con honestidad y sacrificio. Ojalá que la criticable actitud del propietario no termine con las ilusiones de ese onceno, que puede tener futuro si no es sacrificado en beneficio de sus intereses económicos.  Millonarios por su parte  hizo lo que debía, ganar seriamente y aprovechar la oportunidad que le dio su rival de turno.  De ese partido no hay que hablar más.

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