Bienestar en tiempos de drones

Publicado el Maria Pasión

¿Más homosexual que ministra?

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La ministra de Educación Gina Parody

Pues bien, hombres, mujeres e intersexuales de Colombia: la cosa se nos complicó porque el gobierno no pudo meter mano, porque la ministra que estaba detrás de estas medidas resultó ser más homosexual que ministra para algunos y eso se convirtió en el lazo en los pies que le hizo zancadilla.

Los derechos sexuales en Colombia son un tema más afilado que un cuchillo de zirconia y que fue a clavarse en un agudo ataque a una comunidad que jamás lo ha tenido fácil en el país del Sacred Heart: la LGBT.

El gobierno sí tiene que decir y que actuar con respecto a los derechos sexuales y conseguir que nadie en el país sea discriminado por su orientación sexual, sus preferencias o su identidad de género.

La polvareda levantada por la cartilla Parody es una triste expresión de lo que es Colombia. Un país que no termina de encajar la evolución de su sociedad y  el reconocimiento de unos derechos que no son ultraterrenos, sino que van a conseguir que cada colombiano pueda vivir tranquilo más allá de lo que su sexualidad dicte. Y eso lo incluye a usted y a mí, y también incluye a los hijos, a los sobrinos, a los nietos y a todos los demás colombianos que vengan a un mundo donde existen, existirán y han existido, desde siempre, más de dos preferencias e identidades sexuales, ¿o cree Alejandro Magno quedaba con Hefestión para cocinar?

Por encima de una identidad o de una orientación lo que hay detrás de este asunto es un tema de igualdad y respeto. Los que conforman el colectivo LGBT  no van a desaparecer jamás, sino que por el contrario se harán cada vez más visibles, porque no tienen ningún motivo para estar escondidos. El hecho de estar bajo una sigla no debiera representar un truco para corchar a nadie con lo que significa, porque en este mundo de categorías se hizo necesario encontrar una más, pero lo que conviene saber es que el género y la identidad no son estáticas como la edad o el lugar de nacimiento.

Pero hay una Colombia que empieza a cortar cabezas y a salpicar con términos hegemónicos cuando se habla de derechos sexuales sobre los que difícilmente se discute. Es mil veces más sencillo hablar de armas, paramilitarismo, guerrilla y asesinatos porque la sexualidad y sus derechos en Colombia es un tema espinoso, que, lejos de aceptarse, se ha vuelto una papa caliente que nadie pide sostener en las manos.

Homosexualidad sólo para ciertos entornos, de transgénero ni hablamos, pues muchos y muchas no tienen ni idea de qué se trata el término.¿Pacatería?, ¿negación de lo que es una realidad?, lo preocupante es que la cartilla, que pretendía reformular los manuales de convivencia en los centros educativos y evitar la discriminación, lo que ha generado es precisamente aquello que pretendía combatir.

Hemos visto voces cavernarias en defensa de la familia y ondeando con el estandarte de religión unas teorías inquisidoras que  hacen temer que se ha de mantener todo anudado en una  casilla que no haga saltar el sapo de la homosexualidad, la bisexualidad o ese nuevo renglón en el sexo, -que deja de ser M y F- para incluir una I que se traduce por Intersexual, que en síntesis digital viene a reunir todos quienes presentan conjuntamente caracteres sexuales femeninos y masculinos- porque así es más fácil vivir y el formulario es más cortico, con lo cual se evitan entender bien el tema.

Peligroso descubrimiento porque esos que defienden la familia sin considerar todas las posibilidades de sexo, género e identidad sexuales convierten su casa en un terreno propicio para la homofobia, el maltrato, la violencia y el acoso, porque la diversidad en estas tres no se pide a la carta ni tampoco se evita con marchas multitudinarias, y por su inevitabilidad el asunto de los derechos sexuales se silenciará por otra crisis política pero volverá a arder mañana en Colombia.

Sobre Parody y su valentía, que luego terminó ensopada en medio de acusaciones, cabe resaltar que quitó la tapa de la olla a presión, aunque no terminara bien librada de la lluvia de insultos y absurdos señalamientos por estar visiblemente en la sigla en discordia y de su propia justificación sobre la salida prematura o no de una cartilla que sí era necesaria para el país que la nombró nada menos que Ministra de Educación.

Increíble que sea mejor no saber del tema sobre el que se está intentando legislar para ser más incluyentes y evitar el matoneo en los colegios de nuestro país. ¿Será que es mejor dejar la olla tapada como estaba y estar rezando para que los hijos de uno no tengan que pasar por eso? Se acabará pidiendo al cielo para que la niña no sea lesbiana ni mucho menos de esas que quiera cambiarse de sexo.

 ¿Derechos para qué homosexuales, ni qué bisexuales, ni qué intersexuales si aquí no hay de eso y están todos por ahí escondidos?

 

@mariapazruiz

 

 

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