Bienestar en tiempos de drones

Publicado el Maria Pasión

Buscar pareja se parece a buscar trabajo

Si se tiene muy en cuenta lo que se quiere a la hora de buscar pareja, se minimizan errores en la selección de nuestro socio de corazón

Muchas personas me preguntan en mi consulta por qué no han encontrado a la pareja ideal, o por qué, aún teniendo todas las corazonadas de que esa persona no era la adecuada para formalizar una relación, terminaron casados con ella o ennoviados hasta el tuétano.

Si bien no existe un método para encontrar pareja como tal, sí defiendo que tener una buena pareja se parece –¡y mucho!- a tener un buen trabajo en la vida.

 

Hay personas que insisten en que obtener un buen trabajo depende de la formación, otras dirán que es una mezcla de suerte más que de buenas notas, y siempre habrá unos que puntuarán por encima de todo a los contactos profesionales que se tengan. Todos llevan razón en algún porcentaje. Y en el amor pasa algo similar. Nuestra formación como amantes (personas que aman) viene de nuestros aprendizajes ligados a nuestra inteligencia emocional, nuestra suerte es una mezcla de estar en el lugar y momento apropiados, y nuestros contactos, en este caso personales, son los que nos permitirán acceder con mayor facilidad a esa pareja que deseamos.

Así como para buscar trabajo hay buscadores especializados, para buscar amor también los hay, Tinder funcionaría como un Linkedin, eso quiere decir que hay de todo (incluso hay TinderPlus), pero hay que saber buscar. Otras aplicaciones como Bumble, Badoo, Happn o serían las versiones de buscadores de empleo por las que no pagamos y que tienen resultados que varían mucho según el uso que les demos y lo atinados que estemos para aceptar o descartar candidatos.

Recordemos que existen también algunas apps para conocer pareja que son de pago y que garantizan relaciones de largo plazo, como enamorados.com.co o mimediamanzana, o incluso unas que nos conectan con forofos del ejercicio como Sweatt. Y sobre este tema quería hablar, porque lo considero importante.

 

Todas las parejas tienen algo en común, y esta viene a ser la clave de la pareja: unos se enamoran porque comparten pasión por el triatlón y las motos, otros porque son unos adoradores de la cocina, y otros porque les encantan los boleros, los perros o los viajes para ver ballenas. Lo que he descubierto después de años de investigación sobre amor y parejas es que mientras esta clave se mantenga con el tiempo, y ambos sigan unidos por lo que alguna vez los conectó, la pareja tendrá su lazo fuerte con el tiempo. Si uno de los dos se cansa o desiste, es importante encontrar una nuevo interés que los una para compartir tiempo de calidad.

 

Al tener una pareja, él se vuelve nuestro socio. Si bien la metáfora es muy útil, lo será aún más si vemos que será nuestro socio de corazón; y esto quiere decir que con este socio sí ha de haber intercambio afectivo, físico, emocional e intelectual para que pase de ser socio a socio de corazón.

 

Si no tenemos relaciones sexuales con nuestro socio de corazón, entonces solamente será nuestro socio, y habremos dejado de lado una parte vital de nuestra relación íntima, que es la sexualidad de la pareja.

Si una pareja no comparte ningún interés real y sólo tiene horas de interferencia después del trabajo, tendrán menos razones para seguir invirtiendo en su amor. No quiere decir que les saldrá el letrero de FIN, aunque sí puede ser más difícil que superen adversidades, crisis y problemas venideros si no tienen ese interés común que les haga sentirse cercanos. Un interés común que se mantiene con el tiempo puede ser el sexo, que con el paso de los años también cambia en las parejas. Otro interés habitual puede ser dormir hasta tarde, o levantarse temprano para caminar o para meditar. Como puede apreciarse, si no hay intereses muy específicos y que nos hacen sentir que sólo esa persona entiende nuestro amor desmedido por el manga, las novelas o las fincas, es importante saber que los seres humanos podemos conectar por las necesidades básicas universales: Veamos cuáles son:

 

comer, dormir y tener relaciones sexuales en el plano físico

la familia, el dinero, el empleo y la salud en el plano de la seguridad

la amistad y el afecto en el plano de la afiliación

la confianza, el éxito y el respeto en el plano del reconocimiento

la moralidad, la creatividad, la resolución de problemas y aceptación en el plano de autorrealización.

 

 

¡Por algún lado, -o por varios- podemos conectar con nuestra pareja!

Ahora es el momento de ver cuántos de estos enlaces tenemos, deseamos o podemos reforzar con nuestro socio del corazón si ya lo tenemos, o si lo estamos buscando.

¡Suerte de todo corazón!

 

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