Memorias deportivas

Publicado el @Memordonez

El técnico no es lo de menos

Decimos jocosamente que con un buen grupo de futbolistas cualquiera es capaz de dirigir. También que cuando hay una plantilla llena de estrellas lo único que tiene que hacer el técnico es defir la formación. Pero hoy, más que nunca, está comprobado que no es así.

 

 

En todo grupo humano hace falta alguien que transmita conceptos claros, estrategias concretas ante sutuaciones específicas, una persona que haga cumplir sus órdenes y, sobre todo, que tenga el liderazgo para hacerles creer a sus hombres que sabe para dónde va.

 

 

Argentina es hoy el ejemplo más claro, pues Diego Armando Maradona, el mejor jugador que he visto (Aunque Messi ha hecho más que el 10 cuando tenía su misma edad) no ha logrado armar un buen conjunto y, en cambio, hizo un safarrancho (así califican hoy en Argentina a la selección), con un puñado de excelentes jugadores de fútbol.

 

 

Evidentemente, la claridad mental que Diego tenía dentro de la cancha no es la misma fuera de ella y su facilidad para manejar la pelota a su antojo no tiene nada que ver con sus problemas para comunicar las ideas. Se mantiene en el cargo por su historia, por su condición de ídolo máximo del balompié albiceleste, pero si tuviera otro apellido se habría ido hace rato.

 

 

En Colombia la falla no ha sido la falta de conceptos tácticos de los estrenadores, pues lo que han pasado en la última década se han preparado y conocen bien los conceptos básicos del balompié. Sencillamente ninguno ha tenido el liderazgo suficiente para convertirse en el guía de jugadores, aficionados, directivos y periodistas, ninguno ha logrado la credibilidad para hacer que todos tiremos para el mismo lado.

 

 

Y eso fue lo que consiguió Marcelo Bielsa en Chile, en donde le cumplieron todas sus exigencias con tal de que los llevara de nuevo a un mundial. Él no juega, claro, pero aún ganando 4-2 en el minuto 90, tiene el temperamento y la actitud para acercarse a la raya lateral y gritar a sus jugadores, para que no se le desconcentren y pierdan el partido en apenas un minuto. También sabe en qué momento hay que apretarlos y hasta putearlos, porque en el fútbol eso también se necesita. No hay nada peor que un técnico sentado 90 minutos en el banquillo sin saber qué hacer, resignado, entregado.

 

 

Por más que se tengan buenos jugadores, el técnico sí importa y en Colombia nos tenemos que poner a buscar uno. Depronto después del Mundial Bielsa queda vacante, porque ya en Chile le están exigiendo que sea campeón, como lo hicimos acá en 1994, cuando nos creímos el cuento de que el fútbol colombiano era demasiado grande como para ir solamente a participar. Ojalá algún día volvamos a un Mundial y podamos ver la bandera tricolor entre las de los 32 países protagonistas, de los 206 afiliados a la Fifa. Ojalá comprendamos que con la infraestrutura y el material humano que tenemos (futbolistas, técnicos, dirigentes y periodistas), clasificar sería ya un título del mundo.

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