Corazón de Pantaleón

Publicado el ricardobada

Borges y el cuento de nunca acabar

Un buen amigo y paisano mío, poeta finísimo, prosista galano y pícaro, me escribió acerca del libro Borges, de Adolfo Bioy Casares [Editorial Destino, Barcelona 2006], enjaretándome una serie de ecuaciones literarias que me dejan casi patidifuso. Y le contesté lo siguiente :

«Manué de mi arma, lamento disentir mucho en tu apreciación de Borges, bien que reconozca (porque fuerza es hacerlo) que como ser humano dejaba bastante que desear aunque siempre desde nuestra óptica, una relativización que no debemos de olvidar nunca. Y cuando dices que “Borges + El túnel = Tolstoi”, o bien que “Borges – El túnel = Anatole France – el humor”, bueno, es muy ingenioso, pero partes de la base de que haya o pueda haber un consenso universal, o sea posible que urbi et orbi se crea (la relativización sigue siendo importante) que El túnel es una gran novela, y a mí por ejemplo, sin ir más lejos, me parece bastante mala: algo así como Corín Tellado, pero en tenebroso.

(Ni siquiera se me ocurre hablar del tristemente célebre “Informe para ciegos” de Sobre héroes y tumbas, que ubico entre las páginas más prescindibles que se hayan escrito nunca en nuestro idioma, y no es eso “lo más pior” –¡Cantinflas dixit!–, sino el que se escribieran a conciencia de que había que epatar al personal, así lo creo).

Y puesto que además mencionas a Tolstoi, te recuerdo que al viejo don León no le gustaba Shakespeare un carajo y pensaba que era un mal dramaturgo… ¿y quién soy yo, Manué de mi arma, pa rebatí a Tolstoi?… Por más que desde luego, y pese a la distancia galaxial que nos separa, tampoco Tolstoi podría rebatir mi admiración por Shakespeare. Y como lo he vivido muy intensamente en los escenarios, porque Shakespeare es el autor que más se pone en escena en Alemania, casi me aventuro a afirmar que me temo (fíjate con qué cuidado lo formulo) que Tolstoi, al sostener que mi viejo y querido Bill componía mal sus dramas, lo que me está dando  a entender es que sabía de teatro lo mismo que yo de logaritmos.

A mí lo que en realidad me parece jodido es que el noble y señorial Bioy haya anotado todas esas miserias de su amigo del alma, sabiendo, como debería haberlo sabido, que todos, todos, todos, todos, todos nosotros, sin excepción ninguna, cometemos las mismas. A ver, consulta con tu conciencia y dime si no has emitido nunca en tu vida conceptos equivalentes a los de Borges respecto de otros autores: que si Fulano es uno que se lo tiene creído, que si Perengano es maricón del culo –y además lo es, eso va a misa–, que si Zutana le metía cuernos a Mengano con Ambrosio y  todo lo que escribe es puro plagio, etc, etc, etc… La vida es una miseria muy puta en sí, y ninguno de nosotros está libre de pecado. Así es que yo, por la cuenta que me tiene, me abstengo de adherir a tu filípica contra Borges.

Eso además de que, nos guste o no, lo cierto es que hay una literatura de antes y después de Borges. El sentido y sobre todo, sobre todo, el sound con que manejamos el idioma han cambiado, y el origen de ese cambio es él. Nos guste o no. Y eso sólo en castellano. Porque luego, además, Borges también le cambió la programación al chip de la literatura en otras latitudes. Pero todo esto, y volvemos a la relativización, tómalo cum grano salis. O con un granito de anís, si te gusta lo dulce más que lo salado».

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