Políticamente insurrecto

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Mientras Francia paga por ir al trabajo en bicicleta, Cartagena de Indias la restringe

comparendo@perdomoalaba en Twitter

En esa Cartagena de Indias absurda e irracional en la que se nos ha arrebatado hasta la capacidad de asombro, en la mañana del pasado martes Santo, en un sector al suroccidente de la ciudad, en la Transversal 54 a la altura del colegio Inem, unidades de la Policía de Tránsito y un agente del Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte –Datt, realizaron un operativo de control rutinario de motos en el que además de inmovilizar cerca de 40 motos por violar la restricción de pico y placa, se impartieron tres comparendos a sendos ciclistas que transitaban por el lugar. La indignación de la ciudadanía no tardó y con razón.

Relata uno de los ciclistas sancionados que la autoridad actuó en represalia ya que este le reclamó por qué tenía varias motos inmovilizadas en un camión, ejercicio al parecer ilegal puesto que el Código Nacional de Tránsito en su artículo 72, solo permite el transporte de un (1) vehículo en el planchón de la grúa. En Cartagena es cotidiano ver retenes con camión a bordo donde montan hasta 15 motocicletas inmovilizadas. Vaya uno a saber cuál es el negociado que existe en ese leonino procedimiento.

El siempre eficiente director del Datt, Edilberto Mendoza Goez, explicó sobre lo sucedido que el comparendo se le aplicó a los ciclistas porque invadieron de manera irregular un carril y que además no llevaban casco ni chaleco. Y sí, el Código de Tránsito en su artículo 94 dicta que los conductores de bicicletas deben transitar por la derecha de las vías a distancia no mayor de un metro de la acera u orilla y nunca utilizar las vías exclusivas para servicio público colectivo. Sin embargo, aquel ciclista que increpó con fundamento a los uniformados sí tenía sus elementos reglamentarios.

A los ciclistas les aplicaron la infracción A11, una multa de $ 90 mil e inmovilización de la bici por “transitar por zonas restringidas o por vías de alta velocidad como autopistas y arterias”.

Aplicar el 94 para bicicletas del Código de Tránsito en una ciudad sin infraestructura para su rodamiento implica, en la práctica, que todos la guarden. La regla es clara: No deben transitar sobre las aceras, lugares destinados al tránsito de peatones y por aquellas vías en donde las autoridades competentes lo prohíban. Deben conducir en las vías públicas permitidas o, donde existan, en aquellas especialmente diseñadas para ello.

Preguntas técnicas para respuestas obvias. ¿Se cumple la norma en el Centro Histórico?: NO. ¿Ha habido una campaña de sensibilización por parte del Distrito para informarle a los ciclousuarios cuáles son esas vías donde está prohibida la circulación de bicicletas?: NO. ¿Cuáles son las vías públicas permitidas?: NO SE SABE. ¿Existen en Cartagena vías diseñadas para su tránsito, es decir, ciclorutas?: NO. ¿Hay algún tipo de señalización preventiva que advierta a los ciclistas sobre su conducta en las vías?: NO. Entonces: ¿Con qué criterio y autoridad le exigen a la ciudadanía acatar normas sin un mínimo de garantías e información para su cumplimiento?

La ilegalidad pulula en las vías de esta Cartagena al revés: mototaxismo y jeeps colectivos al desmadre; motos eléctricas sin una regulación clara coexistiendo con motos, servicio público y vehículos particulares (Hasta en las murallas se montan) y un programa de sustitución de vehículos de tracción animal inconcluso ¿Y se vienen a meter con las bicicletas?

Autoridades locales inteligentes y creativas de otras ciudades le apuestan cada día al uso masivo de las bicicletas como medio alternativo de  transporte entre sus ciudadanos, no sólo para reducir el tráfico diario sino para incentivar hábitos de vida saludables y conciencia sobre el cuidado del medio ambiente.

En Francia, por ejemplo, el Gobierno paga por ir al trabajo en bicicleta. Incentiva a sus empleados con 0,25 euros por kilómetro recorrido y obvio, ha sido un éxito: consiguió aumentar del 2% al 3,6% el uso de este medio.

En países como España, Dinamarca, Polonia y Holanda la bicicleta es un medio de transporte común entre sus habitantes; en Bogotá y Medellín por no ir tan lejos, la gente va más a su trabajo en bici. Tal como lo expresa el exconcejal de Cartagena y promotor del proyecto de acuerdo “Sistema de Transporte Público de Bicicletas” Andrés Betancourt: “En  Cartagena de Indias no hay infraestructura para el uso de la bici como una alternativa de transporte”. Betancourt subraya que aparte de favorecer la movilidad, el medio ambiente y la salud, “un trabajador movilizado en bicicleta se ahorra hasta $150 mil en transporte mensualmente”.

La indignación de los caballitos de acero no esperó respuesta del Distrito. En el sector de Bocagrande y en la plaza de La Paz un numeroso grupo se echó la bici al hombro en protesta por lo ocurrido y la comunidad de ciclistas aficionados de la ciudad prepara una movilización para los próximos días, pues temen correr con la misma suerte de aquellos tres.

La alcaldía de “Primero La Gente” debe definir lo antes posible pero sin afanes, las garantías para los ciclistas y/o ciclousuarios en la ciudad. Si los asesores son creativos, se pueden anotar un hit, pues incentivar el uso de la bici, como se menciona arriba, mejora la movilidad, crea hábitos de vida saludable, actúa como soporte de cohesión social y protege el medio ambiente dándole contenido y valor a esa bonita campaña de “Cartagena destino sostenible”.

ADENDA: Insisto en el tema de las motos y bicicletas eléctricas. Invito al Distrito a que no espere a que las cosas se salgan de control; hay que evaluar, planear, regular y hacer seguimiento. Existe una creciente demanda de motos eléctricas, no solo por su versatilidad y carácter ecológico, sino porque son económicas, no pagan impuestos ni necesitan matricularse lo cual les permite rodar sin dios ni ley en una misma vía con el resto de vehículos convencionales. Ahora, por allá en el 2010, la bancada del Mira presentó un proyecto de Ley (023) en el que se establecerían medidas para la promoción e implementación de modos de transporte que usaran tecnología de tracción eléctrica. Válido.  En el artículo 6 de la iniciativa legislativa se instaba a alcaldías a adoptar medidas para incentivar el uso de ese tipo de vehículos. Por otro lado, en 2011 el Concejo de Bogotá a través de un proyecto de acuerdo intentó reglamentar el uso de las bicicletas eléctricas en la red de ciclorutas de la capital. En ese orden de ideas, como no existe una reglamentación clara al respecto y tampoco infraestructura, sugiero mientras tanto, aplicar para Cartagena ahí sí con rigor, el artículo 94 del Código de Tránsito a este tipo de vehículos. Es necesario.

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