Mi Opinión

Publicado el Ben Bustillo

El Drama entre el Sí y el No

Sí o No - final

Las redes sociales andan inundadas últimamente apoyando los dos bandos; es más, los del Sí son Santistas, y los del No son Uribistas, según la definición de cada bando refiriéndose al contrincante. Estas ilustraciones me hacen recordar mi incursión a la comunidad colombiana hace varios años en Estados Unidos. Los que apoyaban a Uribe eran denominados paramilitares, y los que estaban en contra de él (no tenía en ese tiempo un opositor) eran guerrilleros.

Las negociaciones con los paramilitares se dieron como se hizo, se encuentran en el estado en que están, y las ramificaciones de esas negociaciones las enfrentamos los colombianos en los días cotidianos de cada quien. Una muestra, es que los favorecedores del Sí, vociferan que nadie sabe cuáles fueron los acuerdos firmados entre Uribe y ellos, en comparación con lo mostrado por los negociadores de la paz.

Por el otro lado, los que prefieren el No, dicen que se les está entregando el país a los integrantes de las FARC, que son narcotraficantes, (directa o indirectamente todos los colombianos nos hemos beneficiado del narcotráfico y su influencia continúa siendo parte activa en la economía del país), y que prefieren a Uribe porque ha sido el “mejor presidente de Colombia,” pero no son Uribistas.

Si eres identificado como Santista, eres pacifista y le estás entregando el país a los de las FARC, y si eres identificado como Uribista, eres amante de la guerra y la encuentras como la solución al conflicto.

Ninguno de los dos bandos tiene una razón contundente para apoyar la respuesta del plebiscito. Ambas son una farsa de los dos caudillos gobernantes actuales del país, y lo que están haciendo es, medir nuevamente cuál de los dos grupos proyecta más influencia sobre los colombianos. No caigan en sus rediles y utilicen su propio pensamiento y raciocinio basado en conclusiones propias antes de ponerse a repetir como loros las propagandas del bando con el cual se identifican.

La verdad es que en las negociaciones con cualquier tipo de insurgencia se conceden beneficios de diferentes tamaños y calidades; sucedió en Guatemala, El Salvador, Belfast y en cada otro conflicto interno de varias naciones, y sus efectos se reflejan aún a pesar de haber firmado un tratado de paz por décadas, como es el caso de Guatemala. ¿En qué estado se encuentra actualmente? Analicen los resultados en El Salvador, que los tenemos bien cerca. Y si quieren dos formas de conflictos solucionados diferentemente, analicen a Cuba y a Venezuela.

Los conflictos son personales y no de ideologías. Estas son utilizadas como medio para conseguir lo que buscan sus dirigentes. Por ejemplo, lo que querían los dirigentes de las FARC era parte de la “mermelada” que, por décadas y décadas, unas pocas familias colombianas han estado usufructuando. Ya lo consiguieron, ingresarán en la política, serán derrotados algunos, otros se integrarán como lo han hecho otros, por ejemplo, Gustavo Petro.

Los beneficios obtenidos con las negociaciones de los paramilitares y las FARC, no los obtendremos nosotros, pero quizás sí, los nietos de nuestros nietos. Mi generación, la de mis hijos y sus hijos, está demasiado influenciada por las discordias ideológicas y personales de un pequeño grupo de personas que yo denomino como criminales, en ambos lados: gobiernistas, y el resto que quiere mermelada.

Su voto, es un concepto personal; y ambas alternativas, deberían ser estudiadas para amplificar conocimiento y razonamiento. Antes de repetir propagandas idiotas de otros, escriban su propia conclusión.

En cuanto a mí, sí les voy a dar mi concepto: A los del Sí, y a los del No, les digo: ¡Váyanse al carajo, idiotas! En mí no encontrarán un pendejo, que les siga sus patrañas.

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