Mi Opinión

Publicado el Ben Bustillo

Ambiente de Ares, Atenea y Marte ¿Guerra contra Venezuela?

El de Ares, brutal y sádico; el de Atenea, meditación y sabiduría; Marte, colindando con Ares le añade el odio a su espíritu bélico. Pero definen el sentimiento guerrero que habita en nuestras humanidades, difíciles de desalojar de gavetas incrustadas en el siglo de los bisabuelos que aún existen como figura representativa de una era. El conflicto es parte del desarrollo del ser humano y está radicado como parte fundamental de la destrucción del hombre, movido por intereses incompatibles y hostilidades.

El conflicto más destructivo es la guerra y ha evolucionado en su historia. En Colombia no hemos terminado de salir de un conflicto interno coercitivo y violento, y estamos entrando en territorio de un escalamiento del problema venezolano, que es problema de un psicópata como tantos que tenemos alrededor. No hay que ir muy lejos para encontrarlos. Empujar a Duque a una confrontación con Maduro es absurda; y embarcar a Colombia como títere estadounidense de otro psicópata y servir de puente para cualquier intento que se esté fabricando Trump es contra procedente. Este está necesitado y ansioso de un escenario de distracción y Venezuela con su Maduro está cerca; y desde su punto de vista, fácil de plantar cualquier tipo de disturbio.

Analicemos primero quienes podrían ayudar a Maduro y sus secuaces. Rusia, tiene una buen inversión en este país y lo que pretende primordialmente es salvarla, o recuperarla. Pero el sentido económico que representa una guerra especialmente dirigida por corruptos ignorantes es que se hacen vulnerables a los mercados negros. Primero, por las sanciones económicas impuestas por los países europeos incluyendo Estados Unidos. Los rusos, vivos al fin y al cabo, les van a vender armas y municiones hasta que se queden sin dinero. La distancia impide una reacción rápida por parte de los rusos, y si aun así pudiesen, el costo no justifica el mantenimiento de una guerra costosa, porque implicaría otra guerra mundial.

Irán y China están muy distantes, y financiar una guerra sin límites no está contemplada en sus agendas económicas. Bulla hacen simplemente porque no simpatizan con Estados Unidos y continuarán haciéndolo hasta que entren en el mercado negro comprando drogas, oro y lo que puedan. A su vez, le venderán armas a Maduro y municiones a precios que vaciarán sus arcas rápidamente. Por acá tampoco hay una ayuda belicosa. Oportunista, ¡sí!

Cuba ya está haciendo lo que puede, y es proporcionar material mercenario. Tiene mucho que perder de los beneficios logrados con Obama y evitarían un confrontamiento con Trump. Lo que sí harán es seguir siendo parte de los chupadores de los ingresos producidos por la industria del petróleo venezolano.

Pero ¿qué puede hacer Trump? Una maniobra rápida y destructiva son los bombardeos con clones, o de los mejores aviones de su equipo en la fuerza aérea. Los clones son más baratos, y el personal quizás esté muy reducido para emplear cinco aviones, que conlleva un equipamiento de una flota de por lo menos setenta personas en total por un equipo de cinco aviones F/A-18C. Demasiado costoso e inoperante, porque no certifica el aniquilamiento de las personas que se intenten atacar. Podrían salir de la Florida, Texas o Illinois. Sin embargo, los costos no justifican la guerra de payasos, Trump contra Maduro.

Además, el espíritu belicoso ha estado evolucionando y aunque aún el valor de la vida humana todavía se contempla como una ayuda para contrarrestar el crecimiento del ser humano, el sentimiento de querer salvar vidas se hace más latente. ¿Entonces, cuál método o métodos se podrían poner en acción?

Las operaciones vigentes reducen al menor número posible de operadores con la más alta capacidad paramilitar o de mercenarios para incurrir en un plan de captura o aniquilamiento. Pero aun así, con un máximo de diez operadores activos implica un personal de soporte de por lo menos otras treinta personas, pero es la más acertada. Una vez infiltrado el sujeto, es cuestión de una vigilancia continua hasta la hora cero. El problema es que para tumbar a Maduro no pueden comenzar con él, por varias razones, siendo la principal el círculo de guardaespaldas cubanos que lo rodean. Eso lo dificulta, pero no lo impide.

Además, los que lo mantienen en el poder, sus seguidores cercanos, tienen también su propio círculo de protección que incrementaría el personal necesario para la misión, aunque se inicie con el propósito de captura de por lo menos dos personas a la vez, sin interrupción y rápido ataque, o contraataque para evitar reforzamientos en los lugares de escondite por un período mínimo de treinta días, y retirarse con un triunfo total, fraccionado, o con la imagen de ser buen perdedor. Pero ¿podía Trump apoyar un fracaso? Necesita un plan que le de notoriedad que tarde por lo menos el tiempo que dure el escándalo de la entrega del reporte final que el fiscal Mueller entregará al recién elegido Abogado General William P. Barr. El Senador Rubio, quien representa al Estado de Florida parece ser que lo está ayudando a elaborar un plan de hostigamiento económico empapado con un poco de bravuconería.

Nada parece fácil y barato por el lado de Trump, y a esto se le añade la fama negativa que tienen las fuerzas armadas estadounidenses. Desde que empezaron a desplegar su músculo militar en la guerra de Corea, no han ganado ninguna guerra. Los fracasos estridentes fueron los de Vietnam y la muy anunciada ganada guerra en Irak, y recientemente en Siria. El ejército de Estados Unidos no gana guerras y si profundizamos en el estado mental del soldado gringo, entendemos que el aparato bélico no funciona como aparentemente en teoría estudios tienden a publicar y comentar.

Entregarle las riendas de una guerra a Duque suena hasta peligroso, porque el muchacho y su gabinete, aunque estén bien intencionados, no tienen la capacidad intelectual militar que requiere este conflicto. Esta disyuntiva no es igual a la guachafita que hicieron cuando y que “liberaron a Ingrid”. La voz belicosa que tiene experiencia lidiando con las ramas militares es, Álvaro Uribe. Créanme que detesto al tipo, pero hay que conceder las venias producto de ejercicios asimilados en la consecución de la experiencia. ¡Nómbrenlo ministro de guerra! Sí, creen un nuevo ministerio para planificar las guerras del estado, si es que quieren manejar un país experto en materia de vigilancia con grupos mercenarios y paramilitares. Si ese es el propósito, el de mantener una imagen belicosa y agresiva, háganlo abiertamente. Tienen los votos, que es lo que maneja a la elección de una visión que no es compartida con los que pensamos que el sentido de la guerra debe evolucionar hasta el punto de disminuir o extinguir el exponente mayor de esta teoría de convivencia. Pero ustedes tienen las herramientas a su disposición. ¿Qué harán?

La guerra abre mercados en ambas economías, blanca y negra. Esta última implica, abusos sexuales, trata de blancas, drogas, armas, municiones, blanqueamiento de dineros, testaferros, secuestros, violencia a varios niveles. ¿Está la mentalidad colombiana adaptada para una evolución de esta dimensión? ¿Se tienen que planificar las incursiones militares y declarar la guerra? ¿Tiene el presidente de Colombia la capacidad legal de declarar una guerra? ¿Qué tan grande es la influencia de Trump sobre Duque para abanderarse con el liderazgo de este conflicto? ¿Qué simpatías tiene la generalidad colombiana de que su país se asocie una incursión militar en Venezuela? ¿La apoyaría?

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