Coyuntura Política

Publicado el Renny Rueda Castañeda

26 observaciones por las cuales Juan Manuel Santos no debe volver a presentarse como candidato

1. Juan Manuel Santos ha hecho del tema de la “paz” una falsa temática electoral. La paz no es una representación cultural sino un fenómeno tangible. Desde su llegada al Ministerio de Defensa Nacional en el año 2008, Colombia ha experimentado un inusitado estancamiento (recrudecimiento) en materia de seguridad (ver puntos 4-5-6-7-12). Estratégicamente, hoy, a diferencia del discurso del gobierno, la mayor amenaza de orden público actual no emana de las desbandadas facciones guerrilleras, sino de las bandas criminales y sus asociaciones con guerrilla y reincidentes del antiguo paramilitarismo.

2. Guerrilla y bandas criminales o neo-paramilitares en Colombia comparten numerosos corredores estratégicos de salida de droga. Las alusiones a la guerrilla en medios llevadas a cabo por el presidente Juan Manuel Santos, son una reconstrucción mediática del conflicto que no corresponde a la realidad nacional. La paz no surge con una negociación en la Habana con la cúpula de las Farc. En los últimos meses, solo el colectivo de los Urabeños (aprox. 2366) presentan un incremento más acelerado que el de ningún grupo de narcoguerrilla. Superando al ELN.

3. Urabeños y FARC comparten rutas del narcotráfico y hasta integrantes. En 11 regiones del país se les atribuye el 80% de los homicidios .

4. Desde el año 2009, a pesar de los incrementos presupuestales del sector defensa del gobierno central, el número de ataques a la población civil han aumentado gravemente. Adicionalmente, la percepción en seguridad ciudadana derivada de la cantidad de denuncias por extorsión ha continuado en aumento desde el año 2008 -año de la llegada de Juan Manuel Santos al ministerio de defensa nacional-.

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5. El 3 de mayo del año 2013, el presidente Juan Manuel Santos afirma que “Nunca antes se les había dado tan duro a las Farc”. Al cierre del primer semestre del año 2012 el país registró el mayor número de voladuras de oleoductos de los últimos años. En días pasados, un comando de las FARC dinamitó un tramo del oleoducto San Miguel[3], generando una emergencia ambiental sin antecedentes recientes. En solo los primeros dos meses del presente año, se registraron 24 ataques a oleoductos atribuidos a las FARC. Se considera que el primer mes del presente año ha sido el más violento contra la infraestructura energética del país[4].

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6. Desde la llegada de Juan Manuel Santos al Ministerio de Defensa Nacional (año 2008), los atentados contra la infraestructura petrolera han aumentado. Con su posterior llegada a la presidencia de la república, los atentados presentan un inusitado crecimiento.

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7. Desde el año 2009 (año de salida de Juan Manuel Santos del Ministerio de Defensa), el número de secuestros en el país detuvo su descenso para incrementarse hasta el cierre del año 2012.

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8. En materia de secuestro, el discurso de la “paz” de la administración no se ajusta con la realidad política nacional. Los mayores secuestradores del país no son las FARC, sino la delincuencia común o bandas criminales. En lo corrido del presente año. Se atribuyen 6 secuestros al ELN, 11 secuestros a las FARC y 40 secuestros a la delincuencia común[5].

9. Los escándalos de corrupción, delito y desinstitucionalización de la base militar de Tolemaida[6], no han generado un cambio en la cúpula de las fuerzas armadas. El presidente no ha tenido la firmeza de llamar a retiro miembros de la cúpula militar conocedores de la situación, ni ha sancionado públicamente a los miembros de la fuerza pública vinculados al desorden jurídico e institucional de la décima brigada.

10. Al día de hoy no existe claridad jurídica, política ni democrática en los ademanes de otorgar legitimidad política a las cabecillas de las FARC en el evento de un escenario electoral. La transición de la guerrilla de las últimas dos décadas en Colombia ha sido un decantamiento criminal de un fenómeno político iniciado a comienzos del siglo pasado. El financiamiento de grupos ilegales a partir del narcotráfico, el recrudecimiento de las acciones criminales, el secuestro, el reclutamiento masivo de menores de edad y la violación sistemática de los derechos humanos, sin embargo, han sido prácticas modernas de guerrilla y paramilitarismo intensificadas en las recientes dos décadas.

11. Ni guerrillas ni paramilitares son interlocutores congresionales válidos. En pleno año 2013 la juventud y la sociedad colombiana no puede tolerar lavar comandancias mercenarias en figuras públicas sin importar su origen ideológico.

 12. Es necesario establecer que las Farc -a pesar de la aproximación del gobierno central- no está representada por la vida de los jóvenes guerrilleros que sirven de carne de cañón, sino principalmente en la cúpula guerrillera que hoy está sentada en la Habana. El gobierno nacional carece de una política de desmovilización agresiva que reintegre a la vida civil a  los jóvenes parte de las filas en medio del conflicto. Desde el año 2008 (descontando las desmovilizaciones públicas de acuerdos con el gobierno central) el número de desmovilizados descendió sustancialmente. El año pasado se han registrado apenas 418.

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13. A diferencia del simbolismo discursivo del gobierno, los diálogos con la guerrilla y las concesiones de la administración no configuran en la dinámica actual un punto de inflexión en materia de orden público a nivel nacional. En efecto, las razones por las cuales en el año de 1999 la administración Pastrana acogió la idea de adoptar diálogos con la guerrilla (a parte de aquellas en material electoral) se debían a la incontrolable situación de violencia en Colombia, cuya cifra de homicidios alcanzó su cenit en el año 2001. Al contrario de esas circunstancias, la administración de Juan Manuel Santos recibió el poder con los mejores indicadores en materia de seguridad en aproximadamente 2 décadas. A la fecha, muchos presentan congelamiento o deterioro.

14. Las “negociaciones” de la Habana han permitido a un grupo delincuencias difundir una agenda programática anacrónica y desorientada como una alternativa política de una modernidad global. El gobierno de Juan Manuel Santos no logra generar una distinción entre los intereses de la comandancia de las Farc y los jóvenes que abusivamente han sido ingresados en sus filas. La posición militar estratégica de las Farc ha sido beneficiada por los medios de comunicación colombianos que han pretendido generar opinión a base de reproducir declaraciones y comunicados de sus cabecillas. Sin embargo en Colombia las mayores amenazas al orden público no están determinadas por la capacidad militar de las Farc sino por su influencia a través de medios masivos de comunicación.

15. La inversión extranjera directa con excepción de la industria minera se ha desestimulado de su tendencia de los últimos años (esta última también presenta un deterioro este año). Incrementalmente el modelo de desarrollo nacional parece tender a financiarse con recursos de las industrias extractivas.

16. La desigualdad económica entre habitantes del país se mantiene sistemáticamente.

17. El crecimiento económico en Latinoamérica se debe en gran medida a variables que escapan al gobierno central. En ese escenario algunas administraciones asumen la inversión social como bandera electoral. La retórica de la actual administración en regalar casas es representativa de esta conducta. No existe sin embargo un criterio claro que explique porque que un ciudadano merece unidades habitacionales y no otro en un país donde un gran porcentaje de la población carece de suelo habitable propio. La campaña llevada a cabo junto con Germán Vargas Lleras demuestra una política oportunista, insubstancial e irresponsable.

18. Con excepción de los ingresos provenientes de actividades extractivas, la administración no presenta resultados en materia económica. Según el DANE, la producción industrial a lo largo del año 2012 creció en un 0% [i].  Se estima que para este año el sector industrial colombiano continúe con la contracción que ha venido experimentado desde el año 2012. Gran parte de los discursos del gobierno central desconocen una dinámica internacional que está haciendo grave mella en la arquitectura social y económica nacional, incrementado condiciones de vulnerabilidad doméstica frente a flujos de capital extranjero.

19. El sector servicios y manufactura presenta una contracción de la que no se ha podido recuperar desde el año 2009.

20. El presidente Juan Manuel Santos hace uso sistemático de los medios de comunicación para abiertamente llevar a cabo una propaganda grandilocuente pero vacua. La sociedad colombiana en su mayoría no obstante tiene que lidiar con un representante nacional artificial en medio de urgencias reales.

21. El presidente Juan Manuel Santos ha carecido de honestidad para explicar ante el país que el sector agrícola y campesino no puede competir con sectores internacionales subvencionados con opulencia en economías de renta alta. El mensaje del presidente en lo que respecta al paro campesino rememora la historia del sector agrícola colombiano de las últimas décadas. Las declaraciones del gobierno central están enfocadas en realizar un diagnóstico equivocado del problema. La economía y la sociedad colombiana esta en mora de transformar su modelo político, social y cultural para enfrentarse a una dinámica internacional abocada a la producción de bienes y servicios de ALTO VALOR AGREGADO. La agenda económica de Juan Manuel Santos, destinada a publicitar la “locomotora de la minería” no solamente es inconveniente sino que representa una burda falacia de desarrollo.

22. El gobierno del presidente Juan Manuel Santos carece de una estrategia de integración social, cultural y étnica integral en el territorio nacional. La construcción del imaginario político de la élite que él representa no armoniza con la complejidad, los intereses y los problemas culturales de grandes masas de la población colombiana que no se ven representados ante el gobierno central. El presidente tiene un apoyo inusitado en medios pero carece seriamente de liderazgo.

23. El gobierno central ha desplazado de la agenda nacional las consecuencias que la desigualdad económica tiene sobre la vida política y el modelo de desarrollo de la nación. Desde la campaña ha evadido sistemáticamente la responsabilidad de debatir abiertamente la urgencia de establecer una reforma tributaria equitativa, y los cambios que debe adoptar la administración en un escenario de desarrollo incluyente, justo y a largo plazo.

24. El gobierno central no muestra signos de madurez y autonomía en la definición de una agenda de política exterior honesta y respetuosa del derecho internacional. A la fecha no ha habido una declaración pública en lo que respecta a la violación de Estados Unidos de la privacidad de la ciudadanía colombiana (programas de espionaje), así como a posibles –y reales- escenarios de violación de derecho internacional (caso Siria). En sus relaciones internacionales, el país reproduce una postura ideológica facilista  y de abierta subordinación económica y política a Europa y a los Estados Unidos. Esta simulada diplomacia tiene implicaciones reales sobre la ciudadanía colombiana.

25. El gobierno central no tiene una agenda medioambiental integral, no presenta propuestas programáticas direccionadas al fortalecimiento científico de los activos geoestratégicos y de exploración científica del territorio, no tiene ninguna opinión en lo que respecta al proceso de cambio climático (cuyas consecuencias directas son principalmente acaecidas en paises de línea ecuatorial), invierte cuantiosas sumas del presupuesto nacional en un sector agrario estructuralmente antieconómico y no sostenible ni doméstica ni internacionalmente, carece de credibilidad ante la base social y económica del país.

26. La razón por la que Juan Manuel Santos llego a la presidencia de la república se debe a una coyuntura ocasionada con la salida de Álvaro Uribe Vélez. No obstante, en comparación con numerosas personas de la vida pública nacional, el presidente Juan Manuel Santos no solo es en lo programático un pésimo candidato, sino que es probadamente un mal presidente. Hoy en día figuras en la izquierda y la derecha del espectro político nacional se ven en desigualdad de condiciones para participar en una contienda electoral que probablemente incluya a Juan Manuel Santos en el grupo de opcionados. Teniendo en cuenta la ascendencia de la administración en los procesos electorales nacionales y la influencia en medios de Santos, su candidatura no solamente nublaría opciones políticas más ricas programáticamente, sino que distorsionaría gravemente las prioridades de la esfera pública nacional.


[1] http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo-422797-denuncian-los-urabenos-absorben-rutas-y-hombres-de-farc
[2] http://www.abc.es/internacional/20130430/abci-urabegnos-suman-guerrilla-colombiana-201304291816.html
[3] http://www.eltiempo.com/colombia/otraszonas/atentado-de-las-farc-a-oleoducto-en-putumayo_12809582-4
[4] http://www.portafolio.co/detalle_archivo/DR-81137
[5] Fecha de corte. Marzo 31 de 2013. Fuente: Ministerio de Defensa Nacional.
[6] http://www.semana.com/nacion/articulo/tolemaida-resort/237791-3


[i] http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12613001

 

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Renny Rueda Castañeda

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