Bernardo Congote

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¿Se cocina otra Venezuela?

Ocurrió el 20 de julio del año 2018. El espectáculo fue peor que el de cualquier plaza de mercado. Tan pronto salió Santos del edificio del Congreso, la bancada uribista se desató en iras y odios sin límite contra el ausente. Algunas de sus peores figuras, disfrazadas como siempre de palomas, se fueron lanza ristre contra el gobernante en ejercicio, derramando fuego a bocanadas.

Son los mismos que, desde el 7 de agosto y por decisión de 50 millones de ciudadanos (electores y abstencionistas), gobernarán a Colombia insultando y difundiendo mentiras. Ajustaron 16 años insultando y difundiendo mentiras y elegimos al grupo de los peores entre ellos, para que sigan destruyendo, pero ahora, manejando las riendas del Estado.

Pronto tendrán ministros; contarán con presupuestos y dirigirán a las fuerzas militares. Los oficialistas del insulto y la mentira determinarán ahora el rumbo del Legislativo y co-elegirán a las Cortes de la justicia. Todo ello, por supuesto, en cabeza de Duque, el que dijo Uribe. El mismo que, corridas las horas siguientes al desbordamiento de los insultos, guarda silencio. El independiente…

Así lo veremos durante los siguientes cuatro años, porque así lo elegimos. Sólo que cabe preguntar: ¿Servirán el insulto y la mentira para gobernar? Les ha sido fácil destruir; pero ¿construirán algo? ¿A quién insultarán y difamarán ahora los oficialistas? ¿A ellos mismos? ¿Se harán auto-oposición? O, como es de esperar ¿Se dedicarán los siguientes cuatro años a insultar y difamar a la oposición, a la prensa, a las ONGs, a las víctimas de ayer y a las nuevas?

Existe la posibilidad de que, como lo han probado sus nuevos congresistas, utilicen las viejas armas para seguir destruyendo. Y, lo que es peor, para que cuando los resultados escaseen, se agoten las arcas presupuestales y los inversionistas sean ahuyentados ¡el Gobierno se declare víctima y nosotros seamos declarados sus victimarios!

Muy pronto la mentira y el insulto ahora gobernando, pelarán el cobre. Falazmente inútiles para hacer oposición, también serán inútiles para gobernar. Pero la responsabilidad será de los demás. Duque seguirá guardando silencio mientras los escuderos del mayordomo del Ubérrimo botan fuego.

Una vez la hacienda pública agotada; los impuestos escasos; las obras públicas detenidas; la educación parada; los sueldos oficiales impagos; en fin, casi todo el aparato social exánime estaremos ad-portas de caer en la trampa venezolana. ¡Ellos lo lograrán!

Uribe y los suyos, profetas oficiales de la venezolanización por venir, cumplirán su propia profecía. Lo que en campaña les atribuyeron, falazmente, a los izquierdistas, será logrado por la derecha cavernaria.  ¡Esta trabajará por hacer de Colombia una Venezuela, pero peor! Ya lo habíamos advertido[1].

Una vez las escaseces; las obras paradas y los salarios impagos comiencen a hacer mella, brotará la protesta social. Pero, como ya lo advirtió el nuevo y joven ministro de Defensa de Duque: ¡la protesta social será controlada! ¿Cómo? Tendrán para escoger entre el modo venezolano de Maduro y Diosdado o el nicaragüense de Ortega.

El gobierno de Duque, una vez desbordado por sus propias crisis, sólo permitirá las manifestaciones que le sirvan al régimen. La seguridad democrática regresará con sus falsos positivos. El ejército y la policía saldrán a golpear a los ciudadanos de a pie. A disparar por doquier “ conservando el orden”. A controlar. A disciplinar. A castigar.

¿10,3 millones de electores querían sangre? ¡La tendrán! Y, nuevamente, será sangre de colombianos enfrentados a colombianos. Esto es lo que produce haber reelegido a la mentira y al insulto como forma de hacer política: ¡más sangre!

En todo Colombia le acabamos de escuchar algunos de estos anuncios a un ciudadano de apellido Botero. El mismo cuyos méritos de precario mercader, le llevaron a dirigir las fuerzas armadas para controlar la protesta social. Esto es lo que hará el ministro de la Defensa elegido “solito” por Duque. Sí. Por Duque. “El que dijo Uribe”.

¡Válame Dios Sancho!

Nietzscheana. Una sociedad en donde los peores son elegidos para gobernar, producirá peores resultados.

Nietzscheana 2. Una sociedad presidida por un correveidile, se merece su suerte.

Platónica. Duque no es Uribe.

[1] ¿Reelegir al Uro chavismo? Blog, mayo 1. Duque está cañando, Blog mayo 16.De Duque, de Petro y de fraude, mayo 22.“El pelietas” Blog junio 5. ¿Un adolescente de Presidente? Blog junio 12.  Eligiendo entre peores. Blog junio 19. ¡Vomitemos estos sapos! Julio 15.

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