Bernardo Congote

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Petro El Pésimo

A Colombia la seducen los predicadores. Desde izquierda y derecha logran, con artilugios, conservar el estado de cosas. Ofrecen todo para hacer nada y lo empeoran todo. Petro y Uribe son los mejores ejemplos. ¡Y cómo arrastran! Su estrategia es fácil porque, apenas seduciendo, impiden que les exijan cuentas. Nunca ofrecen datos y, si los ofrecen, suelen ser falsos.

Petro ofrece elevar impuestos a los latifundios, “para que produzcan”[1]. Pero no explica qué va a hacer con la sobre producción de los quince millones de hectáreas que son materia de sus nuevos tributos. Irse contra los ricos, seduce. Y los ricos, cómplices del desangre, callan porque suelen guardar sus ganancias en Miami o en Suiza. Pero Petro no mira para allá. De pronto porque también guarda las suyas en Miami, o se las guardan sus familiares, los constructores. Lo cierto es que Petro promete inundar el mercado con productos agrícolas sin proponer su destino, lo que echaría al piso los precios. Arruinando a los agricultores dice que los va a salvar. ¡Cómo resulta violador un seductor!

Petro también ofrece acabar con las EPS. Nadie hace cuentas de una cobertura que supera al 90% en todo el país. Tampoco de que el defraudador de las EPS es el propio Estado porque así lo diseñó Uribe, el otro gran seductor que violenta y que tampoco ha presentado cuentas. Las EPS están quebradas por el propio Estado que no les paga. Pero según Petro, hay que acabarlas. Y cómo caen las moscas en la dulce trampa ¡Vean las encuestas! ¡Petro y Duque arriba!

Y entonces ¿qué ofrece Petro a cambio? La solución venezolana. Llevar médicos a todas las casas, sin explicar con qué recursos, dotación o medicinas. Lo único claro es que ¡a todos les va a pagar el Estado! O sea, el mismo modelo de Maduro que, mientras acusa a Colombia por la falta de medicinas en Venezuela, se guarda que ellos no pagan lo que les vendemos. Con todo y sus torpezas, Petro afirma que sus médicos caseros van a superar a las clínicas de nivel 1,2,3 y 4 que hoy atienden al 90% de la población atenidas a que el FOSYGA les gire lo que les debe. Pero también las EPS hablan bajo. El negocio al debe parece ser bueno dado que nadie es responsable mientras llore. Para la muestra las lágrimas de Uribe: “¡Nos están chuzando esos hp!” O las de Petro “¡Me echaron bala en Cúcuta!”. Ambos quejosos en los Estados Unidos porque nuestra justicia no les sirve… para seguir impunes.

Petro es pésimo. Está ganando en la misma Bogotá que dejó inundada de basura. Aguas de Bogotá, su gran idea, nació quebrada. Con ella intentaba también quebrar a la empresa de acueducto, pero Ordóñez, para fortuna, logró distraerlo. Petro logró que, hoy, 2.000 obreros queden desempleados. Pero estos se levantan contra Peñalosa y no contra Petro. ¡Y Peñalosa tampoco habla! ¿Por qué? ¿Estará cuidando otra candidatura?

Otra prueba de pesimismo petrista: Petro está ganando en la Costa donde no ha gobernado. Su plan de gobierno para la Costa es seducirla porque él también es costeño. Y eso cala en una región que se dice explotada por los bogotanos, cuando son los propios costeños quienes la defraudan. Miren si no para La Gata, Tapia, Lyons, Pestana, Char, Triple AAA, etc. El plan de Petro sólo es de audacia. Gana en Bogotá porque es famoso en la Costa y gana en la Costa porque es famoso en Bogotá. Pero ni en la Costa ni en Bogotá ha hecho algo distinto a hablar. Todo violador es, primero, un seductor. ¡Vean los datos! Son buenos para los seductores que violentan. Pésimos para Colombia.

Bogotá marzo 2018

[1] Datos tomados de “Cinco reformas que haría el gobierno de Petro”, La República, Bogotá, febrero 20 2018, Págs. 2 y 3.

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