Bernardo Congote

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¡¿Escapar del falso positivo llamado Colombia?!

Voces autorizadas (lo que se quiera decir con ello), se han sumado a la alharaca. Alias Jesús Santrich, un ciudadano ajusticiable por presuntos delitos postacuerdo, al tiempo viene siendo perseguido por parte del agente DUribe, de los legisladores del duribismo y de la recta Embajada de los Estados Unidos en Colombia, sí suponemos por qué.

 

Lo uno no se debe confundir con lo otro. A la justicia le compete juzgar al ciudadano Paucias Hernández por los delitos que, presuntamente, cometió después de la firma del Acuerdo de Paz. Parecen existir pruebas. Y existe entre la gente sensata cierto consenso en relación con que, la tentación de revolver el revólver con las narices coqueras, untadas de dólares, además, deba ser sancionada sea quien sea el infractor.

 

Pero del otro lado, la andanada duribista desde la Casa de Nari y sucursales, tiene motivaciones menores. Politiqueras. No es menos que DUribe haya ajusticiado ex ante y vía twitter a Paucias, en una flagrante violación (fascista) de la debida y democrática separación de poderes. (¡Aquel mismo personaje lagrimea diciéndose personero de <<la unión de los colombianos>>!)

 

Tal como se lo enseñó el mayordomo del ubérrimo, DUribe ya emitió sentencia contra Paucias. Según nuestro reencarnado Mussolini franquista <<es un mafioso>>, <<es un delincuente>>, <<es un evasor de la justicia>>. El sapiente agente que tiene el duribismo en la Casa de Nari, ya sabe lo que los jueces y fiscales y buena parte de nosotros, apenas si suponemos.

 

Sin conocer prueba alguna, porque no las muestra, DUribe ha dictado sentencia. Y uno empieza a pensar si, acaso, por los sótanos de la Nari habría entrado, otra vez, algún >>Job>> o escrito algún >>Tasmania>> contándole a DUribe cómo, cuándo y por qué Paucias ES lo que nadie ha probado que sea[i].

 

Al mismo nivel habrían caído los Estados Unidos. Nunca le enviaron a la JEP alguna de sus <<pruebas>> contra Paucias. ¡A la JEP! Porque si las pruebas se las hubiera pedido JOGaviria o el homófobo fascista Velásquez, el del pueblito paisa cortando a navaja las banderas, pues, ¡vaya y venga!

 

Si ello no bastara, en ese mismo fango se mueve la vociferante camada de abyectos que se hacen llamar congresistas del duribismo. Sin pausa vomitan contra Paucias. Tampoco conocemos de las cabales, palomas, guerras y etcétera, que hayan mostrado prueba alguna contra Paucias. Sólo gritos. Aspavientos. Histerias. ¡Este es el Estado de Opinión!

 

En medio de este panorama violatorio de todas la garantías procesales, olvidamos de un día para otro que este es el mismo país en el que asesinamos a diario a civiles del talante de María del Pilar Hurtado (la honrada, porque la otra está presa). Aquellos cuyo único delito, muy probablemente, haya sido reclamarles a los terratenientes paramilitares, muchos de ellos ciudadanos de alcurnia ( ), la devolución de las tierras que se robaron con ayuda paramilitar[ii].

 

Y Paucias Hernández, el mismo que cometió lo que para algunos es torpeza, aquella de firmar el Acuerdo de Paz  que terminó en manos de un aparato de Estado manchado de sangre y asesinatos impunes, horas después de confirmar cómo se multiplican los crímenes de Estado decide escapar de su territorio, probablemente, porque teme por su vida.

 

¡¿Cómo es posible que alguien en Colombia tema por su vida?! (Vociferan los de marras).

 

¿Acaso genera miedo un régimen bipartidista, guerrerista civil desde el siglo XIX, autor de la Guerra de los Mil días, inductor de las guerrillas liberales y conservadoras, gobernado por Laureano Gómez, maestro de Tirofijo, Sangrenegra y Jojoy, patrocinador de Rojas Pinilla y sus asesinatos pájaros y chulavitas en campos y ciudades? ¿El mismo régimen que, con estos antecedentes, acordó crear un frente <<nacional>> sin llamar a negociar con la guerrilla? ¿El mismo que ha parido el más atroz paramilitarismo y se ha lucrado de la narcopolítica hasta las narices? ¿Éste que ha dado a luz al fascismo duribista… ¡¿Cómo es posible temerle?!

 

¿Cómo es posible que algún Guillermo Cano ayer, u hoy algún Daniel Coronell, Iván Velásquez, o algún testigo en los procesos contra los honorables hermanitos paisas, haya sentido temor de ser asesinados?

 

¿A qué estúpido colombiano que se destaque por su papel democratizador, crítico o librepensador, se le ocurriría temer, aquí y ahora, por su vida?

 

¿A qué estúpido colombiano se le ocurriría dudar de la integridad de sus fuerzas armadas tan bien adoctrinadas por la <<Santa Madre Iglesia Católica>>?

 

¿A qué estúpido bloguero se le ocurriría que, un día de estos, ya sabemos quiénes le encarguen a algún bellaco que le envíen sufragios, crucifijos sangrantes o imágenes de una virgen manchando sangre, acompañando las fotografías de sus hijos y nietos, recomendándole, de paso, que se vaya de este paraíso?

 

¡¿A qué estúpido Paucias Hernández se le ocurriría temer por su vida y escaparse de las alas blanquecinas de este benemérito, pacífico, comprensivo, librepensador y próspero país, el falso positivo llamado Colombia?!

Congótica. ¡No me crean tan estúpido!

 

El autor es profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad (Argentina-www.federalismoylibertad.org) y autor del libro La Iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com)

[i] McFarlane, M. (2018). Aquí no hubo muertos. Bogotá: Planeta-

[ii] https://blogs.elespectador.com/politica/bernardo-congote/carta-mancuso-uribe

Mayo 31 2019

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