Bernardo Congote

Publicado el

Circo sin Paz

Los césares tramaban a los suyos con <<pan y circo>>. El duribismo pretende tramarnos con circo sin paz. El ocupante de la Casa de Nariño se ha ratificado como redomado súbdito del mayordomo del Ubérrimo. Su consigna es la misma de su amo: tirar la piedra y esconder la mano.

Con la ayuda humanitaria venezolana, armó una parafernalia que terminó sin ayuda y deshumanizando a nuevas víctimas. Los venezolanos que fueron llamados a cargar en Cúcuta una ayuda cuya entrega era improbable, después tuvieron que regresarse por la trocha cargando sólo con el estigma de haber conspirado contra el régimen. Así funciona el circo.

Durante este joven 2019, el animador del circo se empeñó en distraernos con uno que él mismo llamó <<estudio profundo>> de la Ley Estatutaria de la JEP. Estudio cuyos resultados se revelaron superficiales, falaces, ilegales e ilegítimos. En suma, un tiro en el pie.

Las objeciones sólo han logrado ¡unir a la oposición! La carta de Gaviria es un tratado de alta política, probando que la decisión de DUribe le ha confirmado como un vulgar faltón. En efecto, comprometida la cooperación liberal con base en el respeto a los Acuerdos de Paz, DUribe haló el mantel de la mesa, tiró al piso los platos y luego llamó, sin vergüenza alguna, dizque al <<diálogo nacional>>.

Y de paso destapó cierta proclividad a hacer el ridículo latente en el consejo gremial. Tal vez ensoberbecidos por algunas cifras del comienzo de año, los empresarios que, de hecho, se han destacado por cierto analfabetismo político, acogieron la decisión de DUribe para, enseguida, llamar a los partidos al espurio diálogo nacional que se estaba voceando desde la Casa de Nariño.

¿Acaso no fueron diálogo, nacional y constitucional los que se practicaron discutiendo la Ley Estatutaria en el Congreso? Y, más aún, ¿no lo fueron sometiéndo lo aprobado al escrutinio de la Corte Constitucional y logrando su exequibilidad? Tal como lo prueba Londoño el cuerdo[i], la sucesión de acuerdos, votaciones y ajustes que fueron construidos en el Congreso no resiste duda alguna acerca de su profunda calidad política.

Pero es claro que, al tiempo, el circense duribismo congresista, mientras se construía el debate se denunció experto en el más vulgar terrorismo legislativo. Descomponiendo los quorum y huyendo a la hora de votar, terminó luego desde la Casa de Nariño objetando por ilegítimas unas decisiones democráticas que pretendieron ser torpedeadas al extremo por la mecánica fascista de un grupúsculo llamado Centro Democrático.

Este circo también es experto en manipular <<articulitos>>. Tal como lo recordó Bejarano el domingo 17[ii], mediante un <<articulito>> votado gracias al cohecho y el fraude, ya se había reelegido El Innombrable llevándose a la cárcel a buena parte de sus vasallos. Y ahora, objetando falazmente <<seis articulitos>> en contra de las instituciones legítimas, DUribe se ha echado encima a la oposición, fracturado el voto de opinión nacional y auto descalificado su honestidad ante la comunidad.

Las explicaciones dadas por sus payasos menores ante los gremios, la prensa y algunos organismos internacionales, sólo habrían profundizado este perfil degradado del régimen. Ignorando cínicamente la máxima de <<excusa no pedida, acusación manifiesta>>, el gobierno fascista salió a explicar lo que nadie le había pedido y se está regresando con el rabo entre las patas.

De esta forma el circo estaría abocado a que, también como le está ocurriendo al canciller venezolano en todos los ámbitos democráticos internacionales, muy pronto la presencia de los funcionarios de la Casa de Nariño sea víctima de boicots en esos importantes escenarios.

Si lo anterior no bastara, el mismo que pretende hacer trizas los acuerdos de paz ha tenido el cinismo de visitar algunos campamentos de los ex FARC para abrazar a sus víctimas, cual Judas, a sabiendas de que desde su escritorio está intentando socavar su reincorporación mediante verdad, justicia y reparación.

De esta forma hace ver a sus víctimas como ingenuas. Y estaría logrando que, las unas, se devuelvan a la guerrilla y, las otras, se rehúsen el diálogo negociador. Todo para convalidar su perversa auto profecía de que <<con el terrorismo no se puede dialogar>>. ¿Habíase visto? Sí. En Colombia lo estamos padeciendo desde hace 17 años, tal y como Venezuela lo empezó a padecer 25 años atrás.

Circo sin Paz. Esta es la verdadera promesa política del duribismo fascista. Perversidad que está exigiendo de las fuerzas vivas democráticas, recibir un golpe de gracia en las próximas elecciones de octubre por parte de quienes estamos hartos de que nuestra ya frágil política, esté decayendo en una vulgar puesta en escena circense.

Congótica. Convertir la paz en un ideal fascista, al estilo DUribe, sólo busca dinamitar los caminos que la hagan realidad.

[i] Londoño, Julio (2019) <<Se quitaron la tenue máscara>>. El Espectador, marzo 16 2019.

[ii] Bejarano, Ramiro (2019 <<Acorralados>>. El Espectador, marzo 17 2019.

Bernardo Congote es profesor universitario colombiano, miembro del Consejo Internacional de la Fundación Federalismo y Libertad (Argentina-www.federalismoylibertad.org) y autor de La Iglesia (agazapada) en la violencia política (www.amazon.com)

 

Comentarios