Parsimonia

Publicado el Jarne

Un Día de la Hispanidad diferente

La patria tiene una capacidad soprendente para crear fechas con boato. El día de la Hispanidad es uno de esos días. En España se festeja con el desfile militar de Madrid y banderas por doquier. Pero también habrá gente que se lo tomará de una forma distinta: antimilitaristas, catalanes y seguidores de Paco Ibañez, cada uno lo vive a su manera. Repasamos las diferentes formas de vivir el Día de la Hispanidad.

En Madrid tendremos el clásico desfile militar presidido por Su Majestad el rey de España, aunque en los últimos años nuestro querido Juan Carlos no ha estado en las mejores condiciones. Podremos ver los juguetes que le han supuesto al Estado español tener una deuda de más treinta mil millones de euros y que han provocado que en los presupuestos Defensa sea el único ministerio que aumente el gasto con respecto al año anterior.  Ya que vamos a estar pagándolos hasta el día del Juicio Final, por lo menos que la gente vea los trastos y cacharros que hemos comprado.

Luego tendremos a la pléyade de hippies, antimilitaristas y gente contra todo lo que signifique violencia, que harán su particular desfile antimilitar. Surge la duda si acudirá la actriz Jill Love, que se quedó en ropa interior y con el torso desnudo en la última manifestación de los indignados y que después apareció desnuda en una revista -pasando previamente por caja según algunos periódicos– pidiendo paz, amor y buenas energías para los políticos.

Las imágenes de los periodistas y fotógrafos de un lado para otro buscando la foto de la chica son de lo mejor que hubo en la manifestación. Una concentración que había sido tachada por algunos políticos de ‘golpe de Estado‘, con más de 1500 policías ‘protegiendo’ el Congreso y la prensa pendiente de sacarle la foto a una tía desnuda que luego resultó que era para promocionarse.

En otras partes de España, habrá gente que no lo celebre y hará vida normal. En algunos pueblos de Cataluña se ha llevado a cabo una iniciativa para que los comercios abran y la gente trabaje como si fuera un día más.  Los centros educativos no pueden dar clase al no ser un día lectivo, pero algunos abrirán y ofrecerán actividades culturales.

En Vaya Semanita, un programa de humor vasco, ya se trataba este tema hace unos años. Da igual que la fiesta sea española con tal de hacer puente y cogerse vacaciones. Al ritmo de Julio Iglesias, el sketch trataba sobre dos chicos nacionalistas que supuestamente van abrir la herriko taberna -lugar de reunión de los nacionalistas vascos de izquierdas- pero que en realidad se van de vacaciones. En este otro sometían al personaje a un duro interrogatorio para que sea capaz de aguantar la presión de los arbertzales y no confiese que se había ido a Laredo, una población de Cantabria que se encuentra al lado de Euskadi y donde suelen veranear los vascos. Si bien en este caso era el Día de la Constitución.

¿Qué haré yo? Pues lo que decía la canción de Brassens versionada por Paco Ibañez «Cuando la Fiesta Nacional,/ yo me quedo en la cama igual,/ que la música militar nunca me supo levantar«. Soy español y estoy orgulloso de ello, pero desde luego que no voy a celebrar el comienzo de la destrucción de un continente. Me quedaré en casa y pasaré el previsible guayabo de mañana sin pena ni gloria.

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