Ecuaciones de opinión

Publicado el Ignacio Mantilla Prada

¿Es Portugal la nueva Finlandia en educación?

Desde el año 2015, cuando Portugal superó a Finlandia en los resultados de la prestigiosa prueba internacional de matemáticas y ciencias TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study), que evalúa estudiantes inscritos entre cuarto y octavo grado de todo el mundo, los ojos de la educación se han enfocado hacia este país para comprobar que no se trató de un milagro, sino de la consecuencia de un esfuerzo dirigido a mejorar el aprendizaje en forma sostenida.

En aquel año los alumnos de 4° grado obtuvieron en matemática 541 puntos, 17 más que los alumnos finlandeses del mismo grado y Portugal fue 13 entre los 49 países inscritos. Veinte años antes, Portugal ocupaba el penúltimo puesto. En las pruebas PISA de ese mismo año, Portugal ya mostraba también una mejora en más de 30 puntos desde su primera participación.

La prensa internacional describe hoy a Portugal como la “estrella emergente en educación”. Y no es para menos, en las últimas pruebas PISA los alumnos portugueses alcanzaron 501 puntos en ciencias (Colombia obtuvo 416 puntos), 498 en lectura (Colombia 425) y 492 en matemáticas (Colombia 390).

Aun cuando tengamos muchas críticas y objeciones a las evaluaciones y clasificaciones que realiza la OCDE con las pruebas PISA o al alineamiento con las políticas de la OCDE, estos resultados son, a todas luces, bastante satisfactorios para un país que se ha propuesto hacer bien la tarea para sobresalir por la calidad de su educación. 

¿Cómo lo está logrando? Portugal inició su trabajo hace más de 20 años, pero fue con María de Lurdes Rodrigues, ministra de Educación entre 2005 y 2009 que dio el impulso clave. Después vinieron gobiernos que continuaron con este esfuerzo en acciones tales como innovación pedagógica, gratuidad de libros de texto y formación intensa de los docentes. 

Portugal puso el énfasis en los primeros cuatro años de la escuela primaria; había muchas escuelas muy malas y con muy pocos alumnos, así que entre 2005 y 2008 la ministra Rodrigues, no sin resistencia, hizo cerrar unas 2500 escuelas de apenas unos 10 alumnos cada una, que se sumaron a escuelas renovadas que articularon los niveles de primaria y secundaria, pero que además se agruparon en clusters en cabeza de un solo director para disminuir los procesos burocráticos. Así, de unas 16.000 escuelas en 2005 se pasó a tener unos 1000 clusters en 2008.

Paralelamente se acentuó la autonomía con base en la confianza para que las propias escuelas elaboraran planes de mejoramiento en matemáticas y lenguaje principalmente y se alcanzó la jornada completa (de todo el día) para todos los alumnos de primaria, que incluyó apoyo adicional en el aprendizaje de disciplinas medulares como matemáticas y se crearon jornadas voluntarias extraescolares para actividades complementarias tales como aprender a tocar un instrumento, por ejemplo. Se creó también un exitoso plan nacional de lectura que mejoró los resultados tanto de primaria como de secundaria. Los últimos tres años de la secundaria tuvieron cambios que introdujeron cursos obligatorios, con jornadas de días enteros dedicadas a la enseñanza de las ciencias, de las humanidades y a la orientación profesional.

Por otra parte, los docentes se han ido formando en las universidades a nivel de maestría, requisito exigido a los nuevos, y sus salarios de enganche son competitivos, comparados con otros empleos públicos como los de funcionarios judiciales, por ejemplo.

En una entrevista con el actual ministro de educación de Portugal, Tiago Brandão Rodrigues (bioquímico que no tenía experiencia política alguna previa), publicada la semana pasada en el diario El País de España,  resalta la importancia de evitar la imposición y afirma: “cuando confías en las escuelas, responden”. 

Es así como dentro del currículo nacional obligatorio se deja en libertad a las escuelas para que propongan un 25% de cada programa con alguna iniciativa o estrategia propia. Con referencia a esta original acción, dice el ministro en la entrevista antes mencionada que: “… suelen fusionar asignaturas —Historia y Geografía, o Matemáticas y Física—, trabajan experimentalmente o diseñan proyectos anuales. Estuve en una clase donde los profesores de Biología, Química y Filosofía iban rotando por pequeños grupos para abordar de forma integral el asunto de las drogas y el dopaje. No hay que ser impositivo, las escuelas ven que se confía en ellas y han respondido muy bien”.

Pero sumado a todas las estrategias hay un hecho esencial que destaca el ministro en los logros de Portugal: el consenso político y social sobre la educación de calidad como palanca del crecimiento económico; por eso ha sido clave la continuidad en los últimos gobiernos, que a pesar de las crisis económicas, mantienen hoy la inversión del 5.1% del PIB en educación.

Para el ministro portugués hay una etapa clave para atender: la etapa de los tres a los seis años que es crucial para el conocimiento y también para lo que él denomina, el acceso a valores colectivos, a la ciudadanía o la enseñanza inclusiva. Pero también destaca el acierto que hubo en la decisión de reducir el currículo “casi sin cambiarlo”, ajustándose a las prácticas internacionales, evitando así los problemas que trae el cambio de libros de texto.

Hay una cifra que me ha llamado especialmente la atención en los logros de Portugal y es la que tiene que ver con la deserción estudiantil temprana, entendida como el abandono antes de concluir la secundaria: en el año 2000 era del 44% y ahora es de apenas el 12.6%. Un gran logro si se tiene en cuenta que países como España que para el año 2000 tenía una deserción menor, del 29.1%, solo ha logrado disminuirla al 17.9%. 

Entre exministros y académicos han elaborado un informe sobre los valores, capacidades y habilidades que hay que adquirir al concluir la enseñanza obligatoria. Como resultado, ahora se evalúan en las pruebas nacionales también las expresiones artísticas y psicomotrices.

La experiencia de Portugal es muy interesante y aunque en materia de educación, como en la crianza de un hijo, no podemos tener fórmulas mágicas universales, sí nos deja un ejemplo de algunas acciones dignas de imitar en Colombia para que a mediano plazo nuestros gobiernos, todos, hagan de la educación su mayor apuesta.

@MantillaIgnacio

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