Parsimonia

Publicado el Jarne

El olvido y Blas de Lezo

«Mediohombre», una de las leyendas de los mares y protagonista de la defensa numantina de los españoles frente a los ingleses en el Sitio de Cartagena de Indias, por fin tiene una estatua en su honor en la capital. Se ha erigido en la Plaza de Colón de Madrid, bajo suscripción popular y con gran alharaca de algunos medios de la derecha y de los nacionalistas catalanes, quienes por distintos motivos quizá esperan que resucite para asediar de nuevo Cataluña.

España olvida su pasado con facilidad. Por ejemplo la historia de nuestro Imperio, que ustedes tienen tan presente por haber formado parte de él, es en buena parte desconocida. En la escuela no hay muchas alusiones a nuestras glorias o miserias imperiales, este período histórico se explica superficialmente. No hay menciones a la mitra, al esclavismo o al oro. Sólo se estudia cómo se ganaron y perdieron las colonias.

Esa falta de conocimientos hace que en todas las épocas de este país siempre haya una voluntad innata de romper con el pasado, con Podemos protagonizando su último capítulo. Para construir el futuro hay que hacerlo sobre los sedimentos del ayer. Si queremos que el edificio se mantenga, es muy conveniente no ignorar el terreno que uno pisa. Aunque uno muchas veces tiene la impresión de que se pretende arrasar con lo anterior porque se conoce demasiado bien.

Otro ejemplo de esta amnesia tan habitual es el caso del Panteón de los Hombres Ilustres, un monumento que se sitúa junto a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, cerca de la estación de tren. En el Panteón están enterrados los grandes estadistas del siglo XIX: Cánovas, Sagasta, Dato y Canalejas. Durante años pasé muchas veces por la puerta y había muy poco movimiento. Salvo un par de seguratas encargados de velar para que no se levantaran los muertos o evitar que se les metiera algún estudiante para fumarse un porro -marihuana-, allí no entraba nadie.

El último caso es el de Blas de Lezo, un marinero español que combatió en varias guerras, aunque por lo que más se le conoce es por el episodio del Sitio de Cartagena durante la Guerra del Asiento. Según los historiadores, unos 3.500 hombres consiguieron resistir el asedio de unos 25.000 hombres y causarles importantes bajas. Los ingleses tuvieron que abandonar la ciudad dejando numerosos heridos  y enfermos y sellando el dominio español del Caribe hasta la derrota de Trafalgar.

Según cuenta Pérez-Reverte, los ingleses crearon una medalla  en la que ponía:  «El orgullo de España humillado por el almirante Vernon; y en el reverso: Auténtico héroe británico, tomó Cartagena». Vernon era el almirante que comandaba la tropa y según parece, vendió la piel del oso antes de cazarlo. El escritor cuenta que la historiografía inglesa siempre negó esta derrota; quizás fue peor la española porque nunca sacó pecho por esa victoria.

¿Saben los españoles de este tipo de episodios? Pues no, incluso a los que nos interesa la historia militar. Yo conocí la gesta de Blas de Lezo por un colega: César. Mi amigo leía un libro donde se narraban las andanzas del marinero. César había estado en La Heoica hace unos años y el guía turístico, que debió ser magnífico, le transmitió esa pasión por aquella batalla.

Durante una temporada, si me lo encontraba en la cafetería o en el césped, me contaba lo que iba leyendo con todos los detalles pudo encontrar. Se puso tan pesado que al final me entró la curiosidad y averigüé quien era el tal Mediohombre del que no paraba de hablarme. Al final, me enteré de una historia tan interesante por un venezolano enamorado de España. Que cosas.

P.D: Dedicado a César Sánchez, el venezolano más español que conozco.

P.D.2: Me encanta esta versión de la batalla de El siguiente programa.

En Twitter: @Jarnavic

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