Parsimonia

Publicado el Jarne

Aquel Madrid que no vivimos: los bastardos, los salvajes y los malditos (III)

En nuestro repaso por la Movida, quedaron pendientes algunos grupos. Dejamos apartados algunos conjuntos clave de aquellos años. Faltan los hermanos Cano con Ana Torroja, que formaron un grupo llamado Mecano. Hablaremos de Loquillo, un hombre que vivía en el filo de la navaja para después pasar a  poetas malditos como Enrique Urquijo y Los secretos y terminar con Antonio Vega y Nacha pop.

Los bastardos

Algunos se llevaran las manos a la cabeza cuando vean a Mecano incluido dentro de los grupos de la Movida. Tienen razón. Siempre hicieron un pop tirando a tecno con esos teclados de Nacho Cano. Frente a los grupos de la Movida, que no vendieron mucho la verdad sea dicha, Mecano arrasó en las listas de ventas. Tenían algo de idea de música, algo que no muchos podían decir en aquellos momentos. Por algo nunca aparecen en las recopilaciones de La movida.

¿Por qué los incluyo? Porque en las dos etapas marcadas que tienen los de Ana Torroja, hay una en la que se dejaron contagiar por La movida. La forma en que iban vestidos y el tipo de canciones se parecía a lo que hacían entonces los grupos. Me colé en una fiesta, Maquillaje o Perdido en mi habitación son buenos ejemplos de esta primera época. Canciones con letras superficiales y temática juvenil, estética ochentera y algo de electrónica pero sin pasarse.

Podría haberse quedado en uno de los muchos grupos de aquellos años. Los niños pijos, -gomelos, que dirían ustedes- formaron un grupo para divertirse y dejarlo a los pocos años. Se termina todo. Vuelven a sus asuntos las personas formales y todo debía quedar como un pecado de juventud. Pero cuando la  Movida está de capa caída, empiezan los mejores años de Mecano.

Con el disco Entre el cielo y el suelo marcan el comienzo de su mejor época. Cambían la temática de las canciones, que se vuelven más profundas con unas cuidadas letras. Hijo de la luna, Me cuesta tanto olvidarte o Cruz de navajas son buenos ejemplos. De ahí al éxito internacional con el siguiente disco, Descanso Dominical. Mi preferida de su segunda etapa es este Mujer contra mujer. También hay una versión preciosa de esta canción en francés.

http://www.youtube.com/watch?v=WqBlIEMKPQ4

Los salvajes

Un grandullón venido de Barcelona iba a ser un miembro de la Movida. Barcelona languidecía durante ese tiempo, así que tuvo que buscar otro lugar donde beberse de trago la vida. Ese hombre, jugador de baloncesto en su adolescencia, demasiado punqueta para los roqueros y demasiado roquero para los  punketas que diría él, adicto a todo tipo de sustancias y compañero de parranda de algunos personajes dignos de novela como el atracador de bancos Dani, el Rojo es Loquillo. Llegaba a Madrid para hacerse un sitio y de la mano de Sabino Méndez llegaría a la cumbre a finales de los 80.

Comienza con Los rebeldes, el grupo de rockabilly de Carlos Segarra.  Loquillo llega un poco tarde a La movida. Pero nos viene bien porque es un punto de partida desde el que buscar otros grupos y estilos, como el rockabilly, los mods o el after punk, que también los hubo, aunque no acapararon tantos titulares como otros.

Haría algunas canciones que le dieron a conocer  como Yo para ser feliz quiero un camión o El ritmo del garajeDespués maduró e hizo algunos himnos como Cadillac Solitario, Cuando fuimos los mejores o El rompeolas. Con algunos compañeros, como Andrés Calamaro o Bunbury, hace poco hizo esta versión de una canción de Jonhy Cash, Man in black. Disfrútenla.

Además de Loquillo, también nos interesan sus amigos. Algunos como Gabinete Caligari, que empezaron con postpunk y luego comenzaron con el rock torero. Muy influenciados por Joy Division, salieron con estrellas gamadas en un concierto en Rockola para darse a conocer como había hecho Joy Division. La música también se parece mucho a lo que hacía Ian Curtis por esa fecha, como este Cómo perdimos Berlín. Otros como Los rebeldes, originarios de Barcelona, triunfaron a finales de los 80 con Mescalina o Mediterráneo.

Los malditos 

A pesar de las canciones y de las vestimentas de aquellos años, el país no estaba para tirar cohetes. El paro hacia estragos tras la crisis del 73, el crimen creció de forma exponencial y los jóvenes españoles conocieron los nuevos paraísos artificiales: las drogas. En concreto la más problemática fue la heroína, que causó estragos durante los 80 y buena parte de los 90.

Hay muchos que cayeron por las drogas. Hay dos que me conmovieron especialmente por la música que hicieron: uno de ellos es Enrique Urquijo cantante de Los Secretos, que aparece en varios libros de Rafael Reig, y el otro es Antonio Vega de Nacha pop.

Los Secretos es uno de los grupos clásicos de la Movida, aunque cuando uno se sumerge en su discografía se da cuenta que pegaba poco con lo que se hizo en aquel tiempo. Lo más paradójico es que algunos consideran que la Movida comienza en el concierto de homenaje a Tos, el anterior grupo de los hermanos Urquijo y principales componentes de Los secretos, en el año 80.

Las canciones de Los secretos son depresivas haya donde las haya.  La más conocida es Déjame, pero hay otras muchas que merecen ser destacadas como Ojos de gata -canción que tiene la misma melodía que Y nos dieron la diez de Sabina, pero que cada uno terminó a su manera-, La calle del olvido o Agárrate a mí, María.

Al final, el cantante, Enrique Urquijo murió en un portal de Malasaña. Después su hermano continúo con el grupo y mantuvo el nivel que habían tenido a lo largo de su carrera. Una de mis preferidas es Volver a ser un niño, que cantan con Manolo García de El último de la fila en un programa muy conocido después del concierto homenaje por su 30 aniversario en Las Ventas.

El otro maldito es Antonio Vega, que firmó un título como La chica de ayer cuando estaba en Nacha pop. La canción se convirtió en el himno de La movida. Después, en solitario, haría auténticas preciosidades como El sitio de mi recreo o Lucha de gigantes.

A lo largo de su vida, perdería la sonrisa, enflaquecería y se iría curvando hasta convertirse en un ser frágil, en un joven viejo afeado con la sensibilidad de un niño. Murió en 2009 a la edad de 52 años con el aspecto de un hombre de 60 largos. De su amplio elenco de canciones, mi preferida es Lucha de gigantes, con esta versión de dos grupos actuales: Love of lesbian y Zahara.

Para la última entrada queda mucha de la música de aquellos que no se puede incluir en La movida. El llamado Rock radical vasco de Eskorbuto o los Kortatu del incombustible Muguruza o el rock de Burning y Asfalto, que abren las puertas a rock urbano de Leño y al heavy de Barón Rojo u Obús.

También recogeremos algunas de las críticas que se ha hecho a La movida desde las nuevas generaciones, especialmente por encarnar eso que se ha llamado La cultura de la Transición. Al final, no es más que otro ajuste entre generaciones, pero es interesante ver las críticas que se hacen.

Las anteriores entradas:

Aquel Madrid que no vivimos (I)

Aquel Madrid que no vivimos: un recorrido musical (II)

En Twitter: @Jarnavic

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