Parsimonia

Publicado el Jarne

Latinoamérica y Podemos

Las recientes encuestas de El País y y el CIS sitúan a Podemos como segunda o tercera fuerza política, aunque los dos partidos tradicionales, PP y PSOE, obtienen un porcentaje similar de votos. Llama la atención que hace sólo 5 meses que se presentaron a las elecciones y ya van camino de convertirse en la principal fuerza política. Hoy me quiero detener en la relación entre el actual contexto español y Latinoamérica.

La clase política tradicional, lo que los americanos llamarían el establishment, los infravaloró. Joaquín Leguina, un peso pesado en los tiempos de Felipe González, les atacaba porque eran «unos profesores universitarios mediocres de Políticas». El asesor aúlico del PP -primero con Aznar y después con Rajoy- en materia de encuestas, Pedro Arriola, tildó de «frikis» a Podemos y les auguró poco futuro.

No se podía imaginar que un grupo de profesores izquierdistas que se habían fogueado y curtido en América Latina, fueran capaces de montar un partido que le disputara la hegemonía a la clase política tradicional. Eso era algo que no podía pasar en la vieja y rica Europa. Un continente poblado de clases medias donde la estabilidad del sistema se garantizaba gracias al consenso entre conservadores y socialdemócratas.

Parte de la culpa la tienen los medios españoles, que han dibujado una imagen caricaturesca de Latinoamérica, especialmente grave en el caso de Venezuela. Tienden mostrarnos una división entre arquetipos y esterotipos, que muchas veces corresponde con la facilidad que tengan las empresas españolas -que además son sus principales anunciantes o accionistas- para hacer negocios en esos países. Dicen que el libro que mejor narra estos entresijos es Pacual Serrano en Traficantes de la información, pero no lo he leído.

Así, se ha creado una imagen en parte deformada que no se corresponde con la realidad. Colombia, Brasil o Chile aparecen siempre como aliados amigables, de los cuales se destacan sus logros económicos y la mentada seguridad jurídica para tranquilizar a los inversores. No se puede negar que son de los mejores países para hacer negocios, pero tampoco se explican las graves desigualdades que afligen a estos países. El relato se queda con notables vacíos que nunca se completan.

Cambian la cosas cuando hablamos de Venezuela, Bolivia o Argentina, países maléficos, estatistas unidos por el odio a extranjero y que no suelen aparecer en términos positivos. Son gobiernos que se envuelven en la bandera para nacionalizar empresas privatizadas y que dan subsidios sociales para crear redes clientelares que los mantengan en el poder -como si todos los gobiernos no lo hicieran-. Además, se corta con el mismo patrón a todos estos países, cuando sabemos que las diferencias entre ellos son abismales.

Nadie explica cuando se emiten las noticias que muchos de esos gobernantes han llegado tras duros planes de ajuste como el que ha impuesto la troika a España -es verdad que también con el beneplácito del gobierno español-. No se cuenta nunca sobre qué pasó en Rusia y en los Países del Este durante los 90, qué es el Caracazo o las Guerras del Agua que tienen su replica en España en los ajustes que comienzan el 12 de mayo de 2010.

De la incapacidad de los partidos políticos tradicionales para hacer frente a la situación, surgieron esos líderes que tan mal nos caen. En España primero se da un movimiento ciudadano, el 15-M y después su plasmación política, Podemos, que supo capitalizar ese descontento. Es verdad que es otro contexto, pero veremos si el sistema es capaz de reinventarse porque puede que los países americanos hayan marcado la senda que va a seguir España. Y eso sí que es una novedad.

En Twitter: @Jarnavic

Comentarios